|
El Proyecto Aaiún
Puntuación: (3 votos)
Tipo: Libro
Autor(es): Joaquín Casariego Ramírez Editor: Mercurio Editorial, 2014 Páginas: 146 Formato: Cartoné, 15x21 cm Idioma: Español. ISBN: 978-84-942934-0-5
Subtítulo
La estructura del espacio urbano en el colonialismo español en el Sahara.
Sobre el libro y el autor
(Del prólogo de Ángel Tristán Pimienta)
Joaquín Casariego (Santa Cruz
de Tenerife, 1948), ha escrito una historia apasionante, donde siendo
la arquitectura y el urbanismo el hilo conductor, refleja en paralelo
los avatares de una época, la personalidad de los actores que
participaron en el proceso de asentamiento colonial y la estructura y
condiciones culturales y humanas del territorio.
Casariego es uno de
los arquitectos que destacan en el panorama de la arquitectura española.
Habitual en concursos de ámbito nacional, no hay cuestión
arquitectónica o urbanística que le resulte lejana y que no suscite de
inmediato su interés. Tiene una curiosidad universal y un deseo de saber
insaciable, que le hace aportar ideas, proponer alternativas, buscar
soluciones, no solo en lo relativo estrictamente al ámbito de la
arquitectura, y que ha demostrado una capacidad extraordinaria como
investigador. Este libro lo prueba. Sus proposiciones son siempre un
compendio de rigor e imaginación, que, reunidas y comparadas con la
evolución autónoma de la realidad, dejan una sensación de nostalgia por
la ciudad y la isla y las islas que pudieron ser y no fueron. Esta
mezcla enriquecedora de rigor e imaginación, producto de un profundo
conocimiento, incentivado por un espíritu emprendedor siempre joven y
dispuesto, hacen de él un brillante profesional y enseñante de alto
nivel que, por ejemplo, ha sido reconocido por la Universidad de Harvard
(Massachusetts, EE.UU.) como uno de sus destacados profesores en la
‘Graduate School of Design’.
Doctor arquitecto y catedrático de
Urbanística y Ordenación del Territorio de la Escuela Técnica Superior
de Arquitectura de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, donde
enseña urbanismo desde 1977, y de la que fue director entre 1987 y 1991,
ha sido asimismo profesor visitante en la Graduate School of Design,
Harvard University, USA, en 1994, 1995 y 2000, en la Escuela de
Arquitectura de la Universidad Metropolitana de Caracas, Venezuela, en
2001, 2002 y 2004, en la Staedelschule de Arquitectura de Frankfurt,
2003, en la Design School de Filadelfia, Universidad de Pensilvania, en
2010, y en la Universidad Europea de Madrid en 2011 . Ha sido miembro
del Consejo Rector de la AEEA (Asociación Europea para la Enseñanza de
la Arquitectura) entre 1995 y 1998 y publicado varios libros de
urbanismo entre los que destaca Las Palmas: Dependencia, Marginalidad y
Autoconstrucción (IEAL, 1987), Waterfronts, de nuevo (Ayuntamiento de
Las Palmas, 1999) y “Environments of Opportunity: Redevopment on the
waterfront of Las Palmas” (Harvard University Press, 2001). Dirige la
serie de urbanismo Exploraciones y es miembro del consejo de redacción
de la revista Cartas Urbanas.
Destaca Casariego que la gran ventaja
de El Aaiún fue que el planeamiento se hizo sin la presión del factor
suelo. La ocupación militar del territorio, y la ausencia de una previa
propiedad privada, o al menos personalizada, permitió a los proyectistas
militares plasmar la ciudad ideal, llevarla directamente de los planos a
la construcción. Esto es algo infrecuente, excepcional. Muy pocos
arquitectos han tenido esta oportunidad: no preocuparse ni por la
propiedad del suelo ni por la extensión de los solares. Luego todo
cambió, naturalmente, cuando el conjunto urbano se fue poblando y
desarrollando. Poco a poco el suelo empezó a tener dueño, afloraron
otras presiones… Y apareció la especulación, que es uno de los factores
no naturales que más condicionan el territorio. Solo veo ―tampoco soy un
profesional de la arquitectura― a dos arquitectos que hayan tenido una
oportunidad semejante, llevar su imaginación del papel cebolla y la
tinta china al suelo: el urbanista Lùcio Costa y el arquitecto Oscar
Niemeyer, padres de Brasilia, la nueva capital para Brasil que soñó el
presidente Juscelino Kubistchek. El primero se encargó del
planeamiento, y el segundo de los edificios más emblemáticos, iconos, a
partir de entonces, del Brasil moderno. Y hay una circunstancia común:
tanto la concepción como parte de la ejecución de Brasilia y de El Aaiún
coinciden en el tiempo: los años 50 y primeros 60 del pasado siglo XX. Y
a ambos planes no les condiciona la superficie. Uno tiene toda la selva
que quiera; el otro, toda la arena de su mar de dunas. Pero hay un
coetáneo ‘tercero en discordia’: en 1961 se convoca el concurso
internacional ‘Maspalomas ―Costa Canaria’ que gana el ‘atelier’ francés
AS ATEA+SETAP con una propuesta tan avanzada y vanguardista… que nunca
se llevó a cabo. Aquí el suelo si tenía propietarios.
Dice el
autor: “En el caso de El Aaiún, acentuado por el extraordinario marco
geográfico que suponía su encuadramiento en la Seguia el Hamra, pero
también por el interés de su estructura urbana limpia, extensa,
jerarquizada y equilibrada, que hizo de aquel germen de ciudad, un
espacio tan coherente y atractivo”. Él reivindica El Aaiún de los años
cincuenta, por muchas más razones que la propia razón de El Aaiún:
porque esta etapa “no solo representa el origen de la ciudad actual,
sino la imagen cristalizada del urbanismo y la arquitectura de un
periodo de la historia de España”.
Toda su vasta experiencia se
adivina detrás de estas 128 páginas, que incluyen fotografías, planos,
documentos, muchos de ellos inéditos y de excepcional valor. El texto
está respaldado por la visita a archivos militares y civiles de Canarias
y de Madrid, Segovia, Alcalá de Henares, Ávila… que guardan un
apasionante material documental de aquella empresa, rescatado ahora del
olvido. Es de destacar, asimismo, la amplia bibliografía consultada, que
constituye, sin duda, una guía inapreciable para el estudio del periodo
colonial en la antigua AOE.
Los isleños y los habitantes del Sahara
occidental tenemos un nuevo punto de encuentro, uno más en la andadura.
Este libro, ‘El proyecto Aaiún’, nos interesa, nos afecta, a los dos
por igual, y más en estos tiempos en que la historia se va desdibujando
igual que se mueven las dunas que rodean El Aaiún, desde la playa hasta
donde se pierde la vista. Pero si escudriñamos con atención podemos ver
cómo El Aaiún tiene una de sus principales señas de identidad en la
herencia arquitectónica y urbanística española.
Por eso casi le
brotan lágrimas al amigo marroquí saharaui que me enseñaba amarillentos
recortes sacados de la lata de galletas comprada en Las Palmas, usada
como pequeño cofre de los tesoros familiares de la época del
‘protectorado’. Él también comprará este libro.
Joaquín Casariego,
como siempre, ha hecho un gran trabajo, riguroso, con mensaje, lleno de
agradables sorpresas. Le agradezco profundamente que me haya dado la
oportunidad de participar en esta obra.
Referencia editorial
Mercurio Editorial
|