Fuente: Cordópolis
El profesor de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba Pablo
Rabasco investiga la arquitectura que se produjo durante la última
década de la dictadura de Franco en el África colonial español
Década de los 60. Mientras que la mayor parte de Europa ya ha puesto
en marcha los procesos de descolonización en África, España decide nadar
a contracorriente, y en un intento por conservar sus colonias, trata de
reforzar la españolización del territorio a través de la arquitectura.
Se produce, de esta forma, un importante desarrollo de la construcción,
un auge que ahora ha sido estudiado por el profesor de Historia del Arte
de la Universidad de Córdoba Pablo Rabasco a través de varias
publicaciones, centradas especialmente en el Sáhara Occidental, Guinea
Ecuatorial y Sidi Ifni.
Ejemplo de una de las edificaciones en el África colonial.
La España franquista no tenía ninguna intención de perder sus últimas
colonias. De hecho, tal y como subraya Rabasco, el por aquel entonces
ministro de la Presidencia Carrero Blanco pensaba que el movimiento de
la descolonización estaba ligado al marxismo. Fue entonces cuando, en
1959, el gobierno franquista impulsó una ley para convertir sus colonias
en provincias, de manera que fueran consideradas como cualquier otro
territorio peninsular.
Tal y como apunta la investigación, este fue el punto de inflexión
para que, en 1961, el Instituto Nacional de la Vivienda proyectara
varios trabajos “de gran interés” y realizara una planificación urbana
ambiciosa a través de una arquitectura moderna y nuevas formas de
vivienda social bajo la dirección del arquitecto Ramón Estalella.
“Nos hemos encontrado un tipo de arquitectura propia del movimiento
moderno en su contexto colonial”, destaca Rabasco, más moderna y
arriesgada de lo que en España era común. El motivo, según el profesor,
se debe a que no había un control social sobre ella. “En el centro de
Madrid todo el mundo ve los edificios, pero en las colonias se permitía
una cierta experimentación”. Además, las edificaciones eran diferentes
por que las condiciones climáticas eran muy distintas a las de España.
Había que adaptar la arquitectura a la selva y el desierto.
Tal y como apunta el investigador, miembro también del grupo de
investigación HUM 666 de la Escuela Superior de Arquitectura de la
Universidad de Sevilla, cuando personal de la administración española se
muda a estos territorios se construyen barrios enteros. En el Sáhara
occidental se planificaron 2.000 viviendas y se crean ciudades de la
nada pegadas a la costa. En el caso de Guinea Ecuatorial, se diseñaron
además una serie de poblados experimentales con carreteras, puertos;
infraestructuras que permitirían la rentabilidad económica de la
presencia española en los territorios africanos. No obstante, el intento
quedó en vano cuando apenas 8 años más tarde la colonia consiguió su
independencia a través de un referéndum de autonomía aprobado por el
propio gobierno de Franco.
Medio siglo después, muchas de estas edificaciones se encuentran
habitadas y en buen estado de conservación. Exceptuando pequeñas
intervenciones en algunos barrios no hay grandes cambios. Esto se debe a
que los habitantes de estas construcciones no han dispuesto de fondos
para renovar los espacios”, apunta el profesor.
Rabasco, investigador principal del proyecto de investigación
-financiado por el Ministerio e Economía-, y coordinador del grupo GAMUC
-African Modern Urban Challenge in Former Spanish Colonies-, ha
recibido recientemente la mención de los premios FAD de Barcelona y el
premio del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid por sus
investigaciones sobre arquitectura y exilio, uno de los galardones más
importantes a nivel español en el campo de la arquitectura. Ha
comisariado exposiciones sobre este tema en la Universidad de Cornell
(Nueva York) y en el Museo ICO de Madrid. En los próximos meses
publicará un libro con la Editorial Akal en el que recogerá una parte de
su trabajo.
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