Fuente: El Faro de Ceuta
Desde que el Escuadrón Paracaidista del Ejército del Aire adquiere
esta denominación, el 3 de abril de 1953 en Alcalá de Henares, su nombre
con anterioridad era 1ª Bandera Paracaidista. Lo mismo con una
denominación como con otra, creo que habría que darle toda la razón al
célebre Alfredo de Vigny, que escribió: “los ejércitos siempre han sido
los grandes mudos”. En lo que se refiere al Escuadrón Paracaidista del
Ejército del Aire, no sólo han sido eso, sino, ciegos, sordos y mudos.
El primer salto de guerra en Smara.
Para
conocer el prestigio y las excepcionales virtudes castrenses que
siempre demostró el escuadrón, sólo hay que ir a las hemerotecas y ahí
se puede ver, por ejemplo, como el 16 de noviembre de 1952 el teniente
de aviación Justo López González estableció el récord en España, al
saltar en un mismo día nada menos que 33 veces. El reconocimiento al
valor y heroísmo de estos paracaidistas en las misiones encomendadas
queda suficientemente acreditado con la presencia del entonces ministro
del Ejército, Antonio Barroso Sánchez-Guerra en la visita que realizó el
26 de marzo de 1958 en El Aaiún, donde le dirigió a todo el escuadrón
unas elocuentes palabras y le felicitó por su brillante actuación en la
Guerra de Ifni-Sahara.
La reunión de Fort Trinket
Sin
lugar a duda alguna, en cualquier confrontación bélica la coordinación y
colaboración entre los ejércitos de las naciones implicadas suele
siempre dar unos buenos resultados, y máxime en aquella contienda de
Ifni-Sáhara, en la cual nuestros ejércitos, por causas ajenas a ellos,
estaban dotados de unos medios materiales no sólo anticuados y
obsoletos, sino, además, para mayor inri, escasos.
La
colaboración con Francia comenzó mucho antes de los ataques de noviembre
de 1957. Concretamente, un documento en mi poder dice esto: “Radio
Cifrado núm. 2209 del Estado Mayor del África Occidental Española. Se
comunica al teniente general-jefe del Estado Mayor Central del Ejército y
capitán general de Canarias lo siguiente: reunión celebrada el 25 de
febrero de 1957 en Port Etienne, entrevista con oficial de este Estado
Mayor y general Bourgound, jefe fuerzas militares francesas, dicha
reunión se desarrolló en términos extremadamente afectuosos, reafirmando
general Bourgound profunda gratitud”.
Posteriormente, el 18
de marzo de 1957, el general Bourgound, desde su cuartel general en
Dakar, le dirige una extensa carta al general-gobernador de Ifni,
Mariano Gómez-Zamalloa, en la cual le dice, entre otras cosas: “estoy
persuadido que Vd. comparte mi convicción de que nuestro deber de
soldados es el de encararse de antemano con las eventualidades más
graves para estar preparados llegado el caso y hacer frente con la mayor
eficacia”.
Para elaborar los preparativos de un salto de
guerra del Escuadrón Paracaidista sobre Smara, el día 5 de febrero de
1958 partían para Fort Trinket el entonces teniente coronel-jefe del
Escuadrón, Mariano Gómez Muñoz (hoy general), y el capitán-jefe de la 2ª
Escuadrilla, Celso Díaz Pérez, con el fin de ser instruidos por
paracaidistas franceses sobre los paracaídas (EFA-PT-660) con 12 cuerdas
y conocer in situ los aviones desde los que se tenían que lanzar los
paracaidistas españoles: del 1º Escuadrón del Ejército del Aire sobre la
ciudad de Smara o Ciudad Santa.
El Escuadrón Paracaidista en la ‘Operación Ecouvillon’
El
nombre de esta operación militar descrito en francés, parece idéntico a
lo que aquí en Canarias se llama ‘escobillón’, que sirve para barrer,
y, efectivamente, esta operación se desarrolló de limpieza sobre las
Bandas Rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí, de ahí al nombre de
‘escoba’.
Cuatro aviones ‘Nord Atlas’ del Ejército del Aire
francés sobre las pistas de Port Etienne calentaban motores y en su
interior la 2ª Escuadrilla del Escuadrón Paracaidista Español, cuyos
componentes estaban llenos de emoción porque se trataba del primer salto
de guerra de este escuadrón. Con anterioridad para esta operación su
jefe, el teniente coronel Mariano Gómez Muñoz, a bordo de un avión de
reconocimiento, realizó un vuelo sobre Smara y cruce de pistas al W. de
Anech, recibiendo el avión varios impactos de fuego de fusilería al
volar en vuelo rasante dicho avión ametrallando al enemigo.
En
las primeras horas del día 19 de febrero de 1958, de la panza de los
aviones ‘Nord Atlas’ saltaban los componentes de la 2ª Escuadrilla sobre
Smara, al mando de su capitán, Celso Díaz Pérez. Un salto desde 200
metros de altura, pero con una exactitud perfecta, que hizo que el
enemigo se batiese en retirada, además de la concentración de fuerzas
por tierra en la cual operaba una columna francesa al mando del coronel
Grall. Una vez tomada Smara, los, paracaidistas del Ejército del Aire
izaban la bandera española en la Ciudad Santa de los Mai el Ainin
(Smara).
Aunque no hubo que lamentar muertes en dicha
operación, sí hubo varios heridos: el capitán Celso Díaz Pérez, el
sargento Secundino García Feijas, el cabo 1º Enrique Haba Trillan y
Antonio Moreno Ortiz, los soldados Juan Cánovas Arce, Manuel Hernández
García, Julio Sáez Martín y Ramón Tovar Vergara.
Todo el
esfuerzo, entrega y valor derrochado por estos valientes paracaidistas
del Ejército del Aire tuvo su premio. Pocos días después, el 26 de marzo
de 1958, el telegrama postal del Servicio de Transmisiones del Ejército
núm. 2/225, dirigido al jefe del Escuadrón, decía esto: “felicito a Vd.
y componentes de la Unidad, por el valor, entusiasmo, disciplina y alto
grado de instrucción observado en las últimas. operaciones, contra las
bandas rebeldes, demostrando que son dignos soldados del Ejército
español” (José Héctor Vázquez, general-gobernador del Sáhara).
Creo
que el mejor recuerdo a estos excepcionales soldados paracaidistas de
aviación lo plasmó así este escritor: “las páginas de la Historia han
llegado a una unidad de ‘élite’ entre las ‘élites’, la Escuadrilla de
Zapadores Paracaidistas, heredera de aquellos hombres de uniforme azul,
que empezaron a saltar hace ya más de cincuenta años” (Carlos Bourdon).
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