Fuente: Marruecos Digital
Mohamed Cherkaoui: “Los españoles deben dejar de sentirse
acomplejados por el supuesto abandono histórico de la
región”
Mohamed Cherkaoui es el actual director de investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) y ocupa el puesto de director del Grupo de Estudio de Métodos de Análisis Sociológico de dicho centro así como en la Universidad de Paris-Sorbona. Marruecos Digital le entrevistó con motivo de la publicación en castellano de su libro “El Sáhara: vínculos sociales y retos estratégicos”, editado por Siglo XXI de España Editores, aunque editado previamente en francés e inglés por la editorial The Bardwell Press-Oxford.
En este libro, Cherkaoui realiza un estudio sociológico en el que plantea la cuestión del Sáhara occidental desde la perspectiva de la integración política, económica y social de la población saharaui, y precisamente, sostiene que los matrimonios contraídos en el Sáhara entre marroquíes y saharauis de nacidos antes de 1975 reafirma el vínculo social entre Marruecos y la región occidental del Sáhara.
Marruecos Digital: ¿Por qué decidió hacer este estudio?
M.Cherkaoui:
Este libro ha supuesto ser un desafío intelectual, ya que, a
pesar de conocer la situación del Magreb, este ámbito no
formaba parte de mis dominios de investigación. Tras la
petición de un amigo a realizar un acercamiento
sociológico sobre el Sáhara, me vi ante la dificultad de
recabar datos, y el reto de poder exponer las líneas de
investigación de forma empírica y neutra, aunque haya
quienes afirmen lo contrario.
Mi estudio se basa en el
método cuantitativo frente a la aproximación cualitativa
para reflejar "una imagen precisa" de la evolución social en el
Sáhara. Considero que el problema que se plantea para el
Sáhara se articula en torno a tres ejes principales: la
legitimidad histórica y jurídica, las tendencias
imperialistas regionales que muestran el contencioso territorial entre
Argelia y Marruecos, y el tercer eje, de tipo sociológico, sobre
el vínculo social entre los saharauis y el resto de la
población marroquí.
MD: En su libro habla del
riesgo de una “balcanización” en la región.
¿Considera negativo que se creara un nuevo estado saharaui?
MCh.:
Creo que dividir más la región, es decir, que sufriera
una balcanización, no beneficiaría a nadie, no tiene
sentido. ¿Quién sería capaz de gestionar toda una
región dividida? ¿Qué intereses se
cumplirían dentro de un Estado nuevo y débil? Hay que
contemplar por un lado los recursos energéticos de la zona, pero
sobre todo, no olvidar el riesgo de una implantación duradera de
Al Qaeda en la región. En el libro reflexiono acerca de las
relaciones entre las debilidades de los Estados, la
desterritorialización del terrorismo, la tentación
tribalista de los movimientos políticos y algunas consecuencias
sobre la seguridad interior y exterior de los países.
Entonces cree que la propuesta marroquí de autonomía del Sáhara occidental es más viable?
No
es una cuestión de punto de vista, sino de responder al contexto
geográfico y a los lazos e integraciones que ha habido
históricamente entre los saharauis y Marruecos.
Además,
la estabilidad regional y la seguridad del norte de África y el
Mediterráneo, así como el proceso de
democratización y modernización de Marruecos en la
actualidad justifican la integración del territorio en Marruecos
mediante una amplia autonomía, tal y como el país propuso
ante Naciones Unidas, que permita el desarrollo del bienestar de las
poblaciones. Asimismo, realizar un referéndum de
autodeterminación no tiene ninguna posibilidad de ser aplicado,
porque, a pesar de los años, las partes no han logrado ponerse
de acuerdo en el censo.
Pero ¿los lazos sociales
que usted subraya en su libro pueden justificar la anexión del
Sáhara Occidental a Marruecos?
Mi
investigación abarca unos 30.000 contratos de matrimonio
formalizados en el Sahara Occidental ante los adules (notarios
islámicos) de nacidos antes de 1975. Este acercamiento de
estudio es único en su género, y nos permite observar
que, pese a las fronteras coloniales, la casi totalidad de matrimonios
exógamos de los saharauis fueron con otros marroquíes,
sobre todo de la zona sur. Según los datos aportados en este
estudio, "desde los años de 1960 hasta hoy día, la tasa
de endogamia pasó de más del 97 por ciento a menos del 55
por ciento".
Esta libertad de elegir con quién contraer
matrimonio es un ejemplo clave de la convivencia e integración
social que había entre la zona durante la ocupación
española del Sáhara y Marruecos, y creo que debe tenerse
en cuenta. Separar familias entre dos entidades políticas
sería algo claramente perjudicial.
¿Cuál es el papel que cree que debe jugar la Unión Europea ante el conflicto del Sáhara Occidental?
La
Unión Europea, incluyendo por tanto a España, no puede
permanecer como meros espectadores, desde el papel político,
sino intentar ayudar a que los puntos de vista del conflicto se
aproximen.
El anterior enviado especial de la ONU al
Sáhara, Peter Van Walsum, ya subrayó que no hay que jugar
con la vida de los hombres, y manipularlos, puesto que los saharauis
tienen derecho a vivir decentemente.
Es triste, pero el
conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario no existe como tal,
sino que el Polisario está sometido a la voluntad de Argelia. Es
decir, el problema principal es que Argelia está dentro, con sus
intereses territoriales y enfrentamiento eternizado con Marruecos en
este aspecto, desde que en 1974 decidió cambiar su postura de
golpe. Antes de esa fecha, Argelia defendía el Sáhara
occidental como parte del territorio marroquí. Es evidente el
interés territorial, de vocación hegemónica en el
Magreb, que se despertó en Argelia.
Cristopher Ross, el
nuevo enviado especial de Naciones Unidas, tiene por tanto un gran
reto, el de hacer avanzar unas negociaciones con estos interlocutores,
y que, por qué no, Argelia proponga también una
solución.
Para terminar, nos gustaría que
opinara sobre el sentimiento de empatía y amistad de la
opinión pública española hacia los saharauis, ya
que no se pueden negar los lazos históricos existentes y sobre
todo los vínculos civiles que se desarrollan en la actualidad
Debo
admitir que a día de hoy incluiría un tercer gran
capítulo en mi libro, relacionado sobre España y su
relación con Marruecos y el Sáhara. En él,
hablaría sobre por qué España no propuso
jamás un programa de descolonización como hizo en Guinea
Ecuatorial, sobre los intereses energéticos españoles con
Argelia, sobre la política de cooperación entre
España y Marruecos, y sobre la posición y sensibilidad
española ante este conflicto, que en relación a otros
países, considero que ha evolucionado.
Creo que los
españoles deben dejar de sentirse acomplejados por el supuesto
“abandono” histórico que hizo en la región, y
dejar de ver a los marroquíes como a los “moros”,
como una amenaza.
Se debe resaltar a la opinión
pública española que hoy hay más de 850 empresas y
entidades españolas en suelo marroquí que hacen un
trabajo admirable y que ya mismo podrían desbancar a Francia
como primer país de cooperación con Marruecos. Estamos
condenados a vivir juntos, en amistad, de ahí la importancia de
los lazos de cooperación hispano-marroquíes
Estoy
absolutamente convencido de que el punto de vista español
está cambiando y reorientándose, tal y como evidencia el
compromiso económico del gobierno español de cara a la
cooperación que está invirtiendo en Marruecos.
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