Ana María Alonso Fernández-Aceytuno, ganadora del
"Premio Internacional de Novela Benito Pérez Galdós" de 2018, con la
novela 'Todo quedará en la sombra', una historia que se desarrolla en
Sidi Ifni en los años de la guerra
Ana María nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1949. Debido a la
profesión militar de su padre, los primeros siete años de su vida
transcurrieron en las colonias españolas en África, seis en Ifni, en un puesto
del interior llamado Tiugsa (Tagragra), y el último en El Aaiún, hasta que en
1956 su familia se traslada definitivamente a Las Palmas de Gran Canaria.
Estudió Medicina en Salamanca y la
especialidad de Anatomía Patológica en Barcelona. Trabajó en varios hospitales
hasta su jubilación en 2014. Entre 1983 y 1990 ocupó cargos de gestión
sanitaria en la provincia de Las Palmas y en Andalucía, obtuvo una beca de
investigación de un año en un hospital de Canadá. Ha publicado relatos cortos y
crónicas de viajes en distintos blogs.
Ana María Alonso Fernández-Aceytuno, ganadora
del Premio Internacional
de Novela Benito Pérez Galdós, con 'Todo
quedará en la sombra'.
Obtuvo en 2018, con “Todo quedará en
la sombra”, el prestigioso Premio Internacional de Novela Benito Pérez
Galdós, convocado por el Cabildo de Gran Canaria. En la novela describe la
situación de la mujer en Sidi Ifni a mediados del siglo XX. El Jurado destacó “la
forma directa y la perspectiva novedosa” desde la que se cuenta la historia.
¿Desde cuándo escribes? ¿Qué fue lo que te motivó a
escribir?
Siempre me ha gustado escribir, pero por
razones de mi profesión, que nada tiene que ver con la literatura, hasta mi
jubilación no tuve el tiempo suficiente para abordar algo más complejo, como es
escribir una novela. Hasta entonces me limitaba a participar con relatos cortos
en algunos foros digitales y algún programa de radio, escribir crónicas de los
viajes que hacía, narraciones sobre temas cotidianos destinados a mis
compañeros de trabajo. Pequeñas incursiones de aficionada.
¿Cuántas obras tienes publicadas?
Esta es mi primera novela publicada, y he
tenido mucha suerte porque el hecho de que ganara el Premio Internacional de
novela Benito Pérez Galdós, convocado por el Cabildo de Gran Canaria en el año
2018, le ha dado visibilidad. Antes de meterme de lleno en ella, aproveché la
documentación familiar que consulté para hacer una pequeña biografía de la vida
de mis padres en África, de la que edité un grupo pequeño de ejemplares para
uso familiar.
¿Sobre qué temas te gustaría escribir en el futuro? ¿En
qué género literario te encuentras más cómoda?
La experiencia de unir ficción y relato
histórico me ha resultado muy gratificante. Quizás en mi próxima novela
mantenga esta línea. Después, ya se verá.
¿Escribes por afición o piensas dedicarte a esto?
Escribo por afición y porque disfruto
haciéndolo. Espero continuar, pero de forma informal. Ya tuve una profesión a
la que dediqué gran parte de mi vida. No quiero convertir el placer de escribir
en otra.
¿Cuánto tiempo le dedicas a escribir?
No tengo un horario fijo. Lo que me lleva
más tiempo es pensar qué quiero contar, documentarme y definir el argumento,
los personajes, el tiempo, el lugar. Solo cuanto tengo una idea clara de lo que
voy a escribir me pongo en ello y, en mi caso, es la fase más rápida. Después
viene corregir, recortar y retocar, un proceso largo y menos gratificante pero
muy importante para que el resultado final sea el deseado.
¿Cómo te definirías como escritora?
Me cuesta definirme como escritora puesto
que esta es una actividad nueva. Antes de empezar a escribir, hice un curso
presencial de escritura de novela, y cuando le planteé al profesor que impartía
el curso mis dudas, en razón de mi edad, él me dijo “Sabes escribir y has
vivido. Cuéntalo”. Me gusta pensar que tengo cosas que contar y que puedo
hacerlo.
En general, ¿Cuánto duró el proceso de documentación?
La fase de documentación fue la más
larga, duró más de dos años, aunque no trabajando de forma continua. Fue
apasionante, porque se convirtió en un proceso de inmersión en la vida de la
colonia de Ifni, desde su ocupación por el coronel Capaz, en 1934, hasta su
entrega a Marruecos, en 1969. Incluyó recoger la información que procedía de mi
familia, tanto verbal como escrita, ya que mis padres y abuelos maternos
vivieron muchos años en Ifni; leer muchas publicaciones sobre el tema, y
revisar los escritos existentes en los Archivos históricos militares de Ávila y
Madrid, que comprenden todos los documentos oficiales que se cursaron entre las
autoridades militares de la zona en esos años, una información crucial que no
siempre coincide con la que se conoce. Esto se complementó con varios viajes al
Territorio, acompañada por amigas que vivieron allí más años que yo –que me fui de Ifni
con seis años y de El Aaiún con siete– y que conocían además nativos que habían trabajado en el ejército
español en esos años, que me ampliaron la información.
¿Planificaste la historia al detalle antes de escribirla o la dejaste
surgir sobre la marcha?
En lo que concierne a la historia, la
planifiqué con bastante precisión, siguiendo un orden cronológico, limitándola
a los años 1955, 1956 y 1957, que incluyen los acontecimientos de la preguerra,
la guerra que allí tuvo lugar y la posguerra inmediata. Otra cuestión es que
quería dar a conocer la historia completa de la colonia. Ahí sí hubo cambios
respecto al momento más oportuno para introducir evocaciones del pasado.
¿Te llegaste a plantear cambiar el final después de escribirlo?
Hay escritores que dejan que la historia
fluya a medida que escriben. No es mi caso, necesito tener claro cuál va a ser
el comienzo y el final antes de comenzar a escribir, sea una novela o un relato
corto. La zona intermedia sí puede sufrir variaciones.
¿Cuál ha sido la parte más difícil de escribir según tu experiencia?
La parte más difícil para mí fue unir la
trama novelesca con el trasfondo histórico de una forma fluida, sin que una
fagocitara a la otra, y sin que en el texto hubiera dos novelas independientes,
una contando la historia de la colonia y la otra la de los personajes. No sé cuántos
borradores hice, al menos cuatro o cinco, cada vez más reducidos, hasta llegar
al resultado definitivo.
¿Autopublicación o editorial?
Cuando puse punto y final llegó el
momento de plantearme qué pasos seguir. La autopublicación no me atraía, porque
creo que requiere un esfuerzo enorme para llegar a los lectores y, salvo
excepciones, la difusión es muy limitada. Enviarlo a editoriales me parecía
inútil, porque pensaba que nadie querría publicar la obra de una escritora
novel sin posibilidades de una larga carrera literaria por delante. Opté
entonces por presentarla a algún concurso literario. Coincidió que, en esos
momentos, acababa de publicarse la convocatoria del concurso de novela
internacional “Benito Pérez Galdós”, concurso que ganaron en su día
prestigiosos escritores en la actualidad, pero que llevaba años paralizado. Se
presentaron 88 manuscritos, tanto de escritores españoles como de otros países.
Ante mi sorpresa, fui la galardonada. Por lo que comentaron los miembros del
jurado, lo que valoraron más fue el enfoque original con el que trataba aquél
capítulo de la historia española, y el lenguaje fresco y directo que había
utilizado.
¿Ebook o libro en papel?
De momento la novela solo existe en
formato papel, pero espero que en algún momento pueda leerse también en formato
electrónico, lo que facilitaría su difusión tanto en la península como en otros
países. En los meses transcurridos desde su publicación, la distribución del
libro en la península ha presentado muchos problemas.
¿Cómo has promocionado tu obra?
El Cabildo de Gran Canaria hizo un acto
oficial de entrega del premio, que tuvo bastante resonancia en los medios de
comunicación locales, una edición escrita de 500 ejemplares y, una vez impreso,
su presentación en la Casa Museo Pérez Galdós de Las Palmas. El resto ya
depende de mí. Recientemente la librería Sinopsis de Las Palmas tuvo la
amabilidad de organizar una presentación de la novela, y tengo pendientes
algunos otros actos cuando las circunstancias sanitarias lo permitan. Pero creo
que lo que está funcionando mejor es el “boca a boca”, lo cual es un motivo de
satisfacción. Lo más importante para mí es que los lectores disfruten
leyéndola.
¿Algún escritor que admires?
He sido y soy una lectora entusiasta,
sobre todo de novela de ficción, pero de forma autónoma, sin una dirección
concreta. En ese sentido mis lecturas han sido muy variadas. De niña y
adolescente pasé de Guillermo Brown, Robinson Crusoe o Miguel
Strogoff, a autores como Rudyard Kipling, Pearl Book, o Selma Lagerlöf, más
tarde a Tolstoy y Dostoyevski y, si no había otra cosa, leía incluso tratados
militares que mi padre tenía en su despacho, que elegía por lo sugestivo que
fuera su nombre: Operación Barbarroja, El proceso de Nuremberg o La
conquista de los fiordos noruegos, de los que probablemente no me enteraba
demasiado. Después llegó la literatura latinoamericana, Cortázar, Vargas Llosa,
García Márquez y, más tarde, Kundera, Bolaños, Paul Auster, Vila-Matas, Javier
Marías, junto a muchos más. Me gustan también escritores canarios
contemporáneos como Ángel Sánchez y Alexis Ravelo.
¿Hay alguna novela que te haya marcado?
Algunas novelas que leí en mi juventud me
han dejado huella, como Nada, de Carmen Laforet, quizás porque me
identificaba con su protagonista, Los hermanos Karamazov y Crimen y
castigo, de Fiedor Dostoyevski, con sus complejos análisis psicológicos, y La
leyenda de Gösta Berling de Selma Lagerlöf, de la que me atraían sus
personajes a la vez héroes y villanos. Con el paso de los años, por desgracia,
esa capacidad de sorpresa se atenúa, aunque sigo disfrutando con la lectura de La
Odisea de Homero.
¿Novela favorita de temática colonial?
En novela de tipo colonial no tengo una
preferencia clara. Disfruté, como muchos lectores, con El tiempo entre
costuras, de María Dueñas.
¿Te has basado en hechos reales para escribir "Todo
quedará en la sombra"?
Todo quedará en la sombra narra
la historia de la colonia de Ifni, desde una perspectiva no estrictamente
militar, a través de una trama centrada en tres mujeres de una misma familia:
dos de ellas, madre e hija, arquetipos de su época, y la protagonista, que
procede de otro ambiente, cuya mirada aporta una visión diferente. He
incorporado anécdotas reales, la mayoría de mi propia familia o que me fueron
contadas por personas que las vivieron en primera persona, porque pienso que
ayudan a entender la identidad de sus personajes. En la parte histórica he
intentado ser estricta y atenerme exclusivamente a las publicaciones
existentes.
¿Cómo está estructurada la novela?
La novela está estructurada en tres
partes. La primera se desarrolla en Sidi Ifni, y refleja la vida cotidiana en
la capital a finales de 1954 y comienzo de 1955, en un momento, coincidente con
la llegada de la protagonista, en la que la tranquila convivencia entre
colonizadores y colonizados se rompe como consecuencia de la entrega del
protectorado francés de Marruecos y del español del norte de África, y de los
deseos de independencia de una parte de sus habitantes nativos, alentados por
el partido independentista Istiqual, y su brazo armado, el ejército de
liberación marroquí. La segunda parte se ubica en uno de los puestos
periféricos situado en Tiugsa (Tagragra), lugar en el que viví hasta los seis
años, y hace particular énfasis en la diferente forma de vida de los militares
y sus familias ubicados en los territorios del interior, así como la de los
nativos, que son amplia mayoría, reflejando su organización política, costumbres,
tipos de vivienda, sistema de justicia, dialectos, ritos, etc. Por último, una
tercera parte se centra en la guerra que tuvo lugar a finales de 1957, y parte
de 1948, en particular en como es vivida por los no combatientes, es decir las
mujeres y los niños, y en como las circunstancias afectan a los protagonistas
obligándoles a decidir entre la lealtad y sus sentimientos.
¿Por qué Ifni? ¿De dónde te surgió la idea de una novela
que se desarrollase en Ifni?
La elección de Ifni como eje de la novela
fue el resultado de dos reflexiones. La primera, rescatar la colonia del
olvido. Pese a los 35 años de presencia española en la colonia, pese a que fue
escenario de una guerra y pese a ser un episodio de nuestra historia
relativamente reciente, salvo las personas que vivieron allí y sus allegados,
una gran mayoría de españoles ignora incluso su nombre y, en el mejor de los
casos, la confunden con el Sahara. La segunda, hacer un retrato social de la
colonia. Aunque existe abundante bibliografía, en su mayor parte escrita por
militares, centrada sobre todo en la guerra, salvo algunas excepciones, poco se
ha escrito sobre la vida cotidiana de las familias, ninguna mención a cómo
vivieron la guerra los no combatientes, es decir las mujeres y los niños, y muy
poco de la forma de vida de los nativos civiles en el Territorio durante esos
años.
En el caso de "Todo quedará en la sombra" ¿has encontrado
dificultades durante el proceso de documentación?
En absoluto. Además de la documentación
bibliográfica y de la existente, microfilmada, en el Archivo Histórico Militar
de Madrid, que está excelentemente organizado y que me facilitaron sin ninguna
cortapisa, yo disponía de una información familiar privilegiada. Pese a que
apenas tengo recuerdos de los años de mi primera infancia, contaba con las
historias y anécdotas de mi madre y abuela, y de las amigas que vivieron en
Ifni; una importante documentación fotográfica en los álbumes familiares, y
numerosos escritos e informes de mi padre, ya fallecido, que había sido capitán
del cuerpo de policía y responsable de la Oficina de Asuntos Indígenas del
sector norte de Tagragra, los cuales hacían referencia a temas de organización
militar y estudios sobre los nativos.
De los personajes, ¿hay alguno con el que te identifiques especialmente?
Los personajes de la novela son ficticios
y he intentado que expresen sus puntos de vista de acuerdo a la personalidad de
cada uno, evitando realizar un juicio personal. Eso no quita para que sea muy
difícil sustraerse totalmente del resultado. A posteriori, me reconozco en
algunos aspectos en varios de ellos, y también reconozco algunos rasgos
familiares en distintos protagonistas.
¿Esperas alguna secuela de esta novela?
De momento no me he planteado continuar
con el mismo tema. Durante el proceso de escritura, los personajes principales,
el paisaje, la trama, formaron parte de mí, y ahora necesito desprenderme de
ellos durante un tiempo.
¿Qué ha supuesto para ti el "Premio Internacional de Novela Benito
Pérez Galdós"?
Obtener el premio ha sido muy importante
para mí. Presentarme al concurso era una forma de medir mis capacidades, y que
el jurado considerara mi novela merecedora del premio, me da confianza para
seguir escribiendo. La publicación, muy cuidada, y la divulgación hubieran sido
muy difíciles sin él, además de una dotación económica, que siempre se
agradece.
¿Tienes más proyectos en mente?
Estoy en la fase de recogida de información
para otra novela relacionada con la emigración canaria a Venezuela. Aunque
tengo claro lo que quiero contar, aún es pronto para saber si llegará a buen
puerto.
¿Se puede vivir de escribir?
No lo creo. Existen escritores muy
conocidos que lo han conseguido al cabo del tiempo, pero en la mayor parte de
los casos las ganancias son muy escasas y los escritores tienen que buscarse
otro trabajo que les permita vivir. Tampoco la condición de jubilado permite,
hoy día, disponer de tiempo libre en abundancia, ya que casi todos tenemos
obligaciones familiares que cubrir, pero sí es cierto que facilita la
concentración, y eso es importante.
¿Algún consejo a los nuevos escritores?
Por mi experiencia, creo que alguien que
quiera escribir y no tenga experiencia previa, debería asistir a algún curso de
escritura creativa impartido por algún escritor o escritora que haya publicado
en la faceta a la que se desee acceder (poesía, relato corto, novela, guion,
teatro). En mi opinión es fundamental para adquirir las herramientas básicas
que permitan llevar a cabo el proyecto. Y si el curso es presencial, mejor.
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