Una mirada al pasado sin perder de vista el futuro  

  Estas en: Portada

Menú principal
Portada
Bienvenida
¿Dónde está IFNI?
¿Cómo llegar a IFNI?
Un poco de historia...
Acerca de...
Contenido
Noticias
Colaboraciones
Artículos digitales
Proyectos solidarios
Libros - Revistas
Documentos
Gastronomía
Recursos
Foro
Eventos
Fotos (en Facebook)
Enlaces de interés
Preguntas Frecuentes
Contactar
Búsqueda avanzada
Mapa del Sitio
Acceso
Teclee sus datos:





¿Recuperar clave?
Para obtener acceso, por favor, contacte con el Administrador.
¿Quién está en línea?
Hay 6 invitados en línea
Datos del Portal
Usuarios registrados: 435
Noticias y Artículos: 1552
Enlaces de interés: 103

Sindicación


  El Rincón de Sidi Ifni
Este sitio está diseñado
para verse mejor con una
resolución mínima de
1024x768


Creative Commons License
"Guinea Española", de Gustavo Adolfo Ordoño.
 
 

La ausencia de política disuasoria: el caso de la guerra de Ifni-Sáhara Imprimir E-Mail
Artículos digitales
Escrito por Juan Pastrana Piñero   
lunes, 25 de mayo de 2020
Índice del Artículo
La ausencia de política disuasoria: el caso de la guerra de Ifni-Sáhara
Introducción
Los restos de un imperio
La creciente amenaza irredentista marroquí
Las contradicciones entre la realidad y la política española
Una política de disuasión nunca implementada: el plan Madrid
Disuasión mal aplicada: el episodio Agadir
Conclusiones
Nota sobre el autor y Referencias

Una política de disuasión nunca implementada: el plan Madrid

Pardo de Santayana cesó en su cargo de Gobernador General del A.O.E. el 23 de mayo de 1957, por razones de edad. Su sucesor iba a ser el laureado general Mariano Gómez Zamalloa, destacado militar del bando nacional en la Guerra Civil, que obtuvo la máxima distinción militar española durante la batalla del Jarama por su defensa de la posición del Pingarrón.

Sin embargo, apenas unos días antes de dejar el cargo, Pardo de Santayana envió sendos telegramas dando cuenta de la situación actual en los territorios del A.O.E. En el primero de ellos, dirigido a la embajada española en Rabat, informaba que:

«Tengo informes y datos suficientes para suponer casi segura una acción del Ejército de Liberación contra nosotros en el Sáhara en plazo de mes o mes y medio. Ruégole que en lo posible y con conocimiento ambiente medios Rabat me advierta posibilidades este supuesto, interviniendo en lo posible para evitar tal contingencia. Agradeceré informes estado actual pretensiones Marruecos sobre Ifni tanto diplomáticas como acción directa. Ruego asimismo contestación lo más urgente para prevenirme acontecimientos». (“Órdenes y comunicaciones cursadas”, SHM, legajo 5, carpeta 18).

El segundo telegrama iba dirigido a la Dirección General de Plazas y Provincias africanas, a la que advertía que:

«En relación con su cifrado fecha 21 mayo sobre conversaciones carácter política africana de Ministerio Asuntos Exteriores creo que después entrevista emisario con el enviado por General Bourgund debo someter consideración Gobierno respuesta colaboración francesa aun atendiendo últimos informes recibidos acerca Ejército Liberación que pueden suponer grave amenaza para nuestro Territorio en plazo no inmediato que puede cifrarse en mes o mes y medio». (“Órdenes y comunicaciones cursadas”, SHM, legajo 5, carpeta 18).

Así pues, antes de abandonar su puesto, Pardo de Santayana denunciaba por última vez la amenaza que se cernía sobre los territorios del A.O.E., esperando, infructuosamente, hacer cambiar de punto de vista al gobierno.

El gobernador saliente no esperó la llegada de su relevo, sino que abandonó el A.O.E. antes de la llegada de Gómez Zamalloa, consciente de la situación que dejaba, y comentando a sus colaboradores más cercanos que «en mi vida he tenido ocasión de rebelarme tres veces: una en el 32 con el general Sanjurjo, otra en el 36 con el general Franco y otra en el 57, con motivo de la crítica situación a que se había llegado en los territorios bajo mi mando», (Fernández-Aceytuno, 2001: 460) situación que achacaba a las órdenes que había recibido de Madrid.

El nuevo Gobernador General no tuvo más remedio que seguir las órdenes recibidas desde Madrid y que tanto malestar le habían causado a Pardo de Santayana. Sin embargo, logró obtener autorización para intensificar la colaboración ya establecida inicialmente por Pardo de Santayana con los franceses, dándole, ahora sí, mayor amplitud al contar con la sanción oficial del Pardo.

Sin embargo la situación general, lejos de apaciguarse, fue incrementando paulatinamente su nivel de violencia. Los incidentes entre tropas españolas y el Ejército de Liberación continuaban siendo la tónica general, incluyendo el asesinato selectivo de nativos al servicio de las autoridades del A.O.E. (Bosque, 1998: 100). El objetivo estaba claro: minar la moral de las fuerzas reclutadas localmente y provocar su deserción para disminuir la fuerza militar española en la zona; como objetivo secundario, mostraría a la población civil la incapacidad de las autoridades españolas de protegerla, ya que ni siquiera eran capaces de defender a sus propios soldados.

Significativamente, Gómez Zamalloa, tras analizar la situación en el territorio, dirigió un informe al Director General de Marruecos y Colonias (“Carta a José Díaz de Villegas”, SHM, legajo 3, carpeta 6) en el que detallaba sus impresiones, señalando que: […] estimo es necesaria la eliminación de las bandas del Ejército de Liberación, una vez agotados cuantos procedimientos pacíficos pudiera haber, llegando, paulatinamente, a un cierre o corte de abastecimientos bien en el Draa o en la Saguia el Hamra, o a una acción de fuerza siempre que se disponga de los medios necesarios y para ello creo conveniente la colaboración francesa.

  • Las partidas existentes van engrosando continuamente con filiación de nativos y existe la posibilidad de una sorpresa en algún punto e incluso producirse en el plazo de dos o tres meses un ataque general.
  • Quedó claro el deseo francés de plasmar el cambio de impresiones verificado en un protocolo o tratado en el que se especificase dicha colaboración
  • Se precisó su preocupación ante un posible ataque o pérdida de puntos neurálgicos (Smara, Bir Huaren, Auserd) y el deseo de apoyar con sus medios su mantenimiento.
  • Parece deducirse, buscan la colaboración por todos los medios y que incluso procuran forzarla de una manera más o menos encubierta, sirviendo de pretexto el estado de ánimo de sus administrados por los incidentes que dicen provocados por desaparición de nativos al cruzar la frontera que suponen y achacan al Ejército de Liberación.
  • Finalmente, creo necesaria una colaboración parcial mientras se agotan los medios y procedimientos pacíficos o se procura el cierre de la frontera y una colaboración total siempre que dispongamos de los medios necesarios, y en el caso de agresiones que incluso pueden ser más o menos provocadas.

Es decir, que Gómez Zamalloa advertía que la situación estaba escapando al control español, y que, aunque insistiría en los medios pacíficos para contener las pretensiones de los guerrilleros, no podía descartarse un ataque contra las fuerzas españolas, de manera que reclamaba, solapadamente, un incremento de tropas. Y como punto principal, sostenía la necesidad de colaborar con las fuerzas francesas para garantizar la más rápida y completa victoria posible sobre los guerrilleros.

La espiral de violencia continuó aumentando con el transcurso de los meses hasta llegar a la denominada guerra de agosto, cuando las fuerzas españolas tuvieron los primeros choques armados de relativa importancia con el Ejército de Liberación, cuyas fuerzas se estimaban, a finales de julio de 1957, en unos mil ochocientos efectivos en y alrededor de Ifni (Alonso, 2010: 149).

Por su parte, las fuerzas españolas se situaban, tras la llegada de algunos refuerzos y traslados de tropas entre los diversos territorios del A.O.E. en unos tres mil seiscientos efectivos, distribuidos entre el Sáhara e Ifni (Casas, 2008: 143-144). En concreto, en Ifni se desplegaba el Grupo de Tiradores de Ifni nº1 (salvo su III Tabor) con unos mil cien efectivos, el Grupo de Artillería a Pie nº1 (trescientos cincuenta efectivos) y la II Bandera Paracaidista (cuatrocientos efectivos). En el Sáhara se situaban las XIII y IV Banderas de la Legión (setecientos y seiscientos sesenta efectivos respectivamente) y el III Tabor del GTI (cuatrocientos efectivos).

Ante la situación creada, Madrid se avino, finalmente, a mantener una reunión para establecer líneas de actuación destinadas a expulsar al Ejército de Liberación del Sáhara, pero la tan largamente esperada cumbre resultó ser una gran decepción para Gómez Zamalloa. Celebrada el 27 de julio de 1957 en Madrid, asistieron, aparte del gobernador del A.O.E., el propio Franco, el almirante Carrero Blanco, los tres ministros militares (almirante Felipe José Abárzuza, ministro de Marina, teniente general Antonio Barroso, ministro del Ejército, y teniente general José Rodríguez y Díaz, ministro del Ejército del Aire) y sus respectivos jefes de Estado Mayor (Alonso, 2010:155). Gómez Zamalloa insistió en la necesidad de refuerzos, estimados en una unidad tipo batallón para Ifni y otros dos para el Sáhara, a lo que Franco se negó repetidamente (Segura, 2006: 188). Tras las continuas insistencias del gobernador, a las que el dictador español se negó a prestar oídos, Franco pasó de tutearle a tratarle de usted, señal inequívoca de su enfado, al mismo tiempo que uno de los asistentes le espetaba a Gómez Zamalloa un lacónico “Mariano, no insistas más” (Alonso, 2010: 145-146).

Por tanto, la reunión, de la que salió un plan de actuación denominado “Plan Madrid”, (“Síntesis del Plan Madrid”, 27de julio de 1957, SHM, legajo 6, carpeta 1) descartó el incremento de presencia militar en el A.O.E., algo que hubiera constituido una clara muestra de determinación política frente al Ejército de Liberación. En concreto, este plan abogaba por incrementar la presión política sobre Rabat para lidiase con el Ejército de Liberación, a pesar del hecho de que los guerrilleros escapaban al control de la monarquía alauita, para, seguidamente, pasar a una fase de ataque a cargo de la aviación. Tras esta actuación aérea, se entraría en la tercera fase, a cargo de fuerzas motorizadas que acabarían de expulsar a las partidas guerrilleras para, posteriormente, desplegarse para garantizar la soberanía española del territorio y evitar nuevas infiltraciones. Además se autorizaba a Gómez Zamalloa a establecer contacto con las fuerzas francesas para colaborar en la expulsión de los guerrilleros del Sáhara. Por tanto, solamente se estimaba necesario el envío de refuerzos una vez hubiesen fracasado por completo todos los esfuerzos diplomáticos, una línea de actuación que se continuaba priorizando, a pesar de que el acompañamiento de dichas acciones con un despliegue militar adecuado en el A.O.E. hubiese sido una medida de mucho mayor alcance.

El documento resultaba de escasa credibilidad por varios motivos. En primer lugar la actuación española se circunscribiría exclusivamente al Sáhara, pero no se decía nada de Ifni, con lo que solamente se atacaba la mitad del problema. Además, se confiaba demasiado en la actuación de unos medios aéreos escasos en número y en capacidad ofensiva, poco adecuados para la tarea que se les pretendía encomendar. Tal vez se pensase en incrementarlos cuando se pasase a la segunda fase, pero dada la resistencia del dictador a enviar cualquier tipo de refuerzo, parece probable que se pensase en que nunca se llegaría a dar este paso.

Porque estaba claro que Madrid pretendía priorizar, por encima de todo, la vía diplomática. Pero si, como reconocían los propios servicios de información militar españoles, el Ejército de Liberación no era un instrumento de Rabat y escapaba al control del Sultán, ¿qué podía hacer éste para controlarlos? Estaba claro que la única medida que podía adoptar Mohammed V era implicar a las recientemente creadas Fuerzas Armadas Reales (F.A.R.) para que redujesen a las partidas manu militari, algo imposible de hacer sin entrar en una guerra civil y sin violar la soberanía territorial española, ya que los santuarios del Ejército de Liberación estaban en el interior del Sáhara. Tal vez se pensase que Mohammed V podía actuar sobre las fuentes de suministro que avituallaban a los guerrilleros desde el interior de Marruecos, pero esta era una pauta de actuación que iba a necesitar tiempo para que surtiese efecto.

Tal vez lo más provechoso surgido de la reunión celebrada en Madrid fuese la autorización a una mayor colaboración con las autoridades francesas del A.O.F. Con la nueva libertad otorgada, Gómez Zamalloa concertó una entrevista con el general Bourgund, la denominada Conferencia de Dakar y que debería celebrarse en la ciudad senegalesa el 20 de septiembre.

Pero antes de que llegase a celebrarse dicha reunión, el Ejército de Liberación decidió sondear la determinación y capacidades de las fuerzas españolas: el 11 de agosto una patrulla española fue atacada en las cercanías de Id Aisa, y aunque no se registraron bajas entre los europeos, un bombardero B2I se perdió en el mar al regresar a la base tras intentar proporcionar apoyo aéreo (Canales y Del Rey, 2010: 66). A bordo se encontraba el comandante de infantería Álvarez Chas, uno de los oficiales más respetados del territorio. Por su parte, el Ejército de Liberación dejó un muerto en el terreno.

La escaramuza se repitió apenas tres días después, cuando una patrulla de la II Bandera Paracaidista fue atacada a la altura de Tamucha. Tras responder al ataque, los paracaidistas se replegaron sufriendo tan sólo un herido leve, mientras los guerrilleros sufrían tres bajas (“Informe sobre el combate del 11 de agosto”, SHM, legajo 5, carpeta 18). 

Mientras tanto, el Ejército de Liberación seguía incrementando sus efectivos, que los servicios de inteligencia españoles estimaban en unos cinco mil efectivos en y alrededor de Ifni, mientras en el Sáhara se habían identificado doce concentraciones guerrilleras cuyo número oscilaba entre los dos mil y tres mil efectivos, a los que había que añadir otra partida localizada en Tarfaya, compuesta por algo menos de doscientos hombres. (“Situación político-militar. 1ª quincena de agosto”, SHM, legajo 5, carpeta 19). 

Dada la creciente tensión, se enviaron algunos refuerzos, pero de muy escasa entidad, tan sólo dos compañías de infantería provenientes de Canarias y que se desplegaron en Villa Bens. Asimismo, se decidió hacer una demostración de fuerza mediante el envío de un tabor del GTI a recorrer el territorio del Sáhara (nombre en clave: operación Asaca), pero más que una muestra de fuerza era un signo de debilidad, tanto por la escasa entidad de la fuerza comprometida como por el carácter temporal de la presencia militar en determinadas zonas. (“Instrucciones para operación Asaca”, SHM, legajo 8, carpeta 12).  El reconocimiento puso de manifiesto tanto el amplio despliegue de los guerrilleros como los medios a su disposición, que configuraban una imagen muy cercana a un auténtico ejército, con centros de instrucción y razonablemente bien equipado con armas ligeras y medios de transporte.

Cuando finalmente se produjo la reunión de Dakar, los franceses continuaron insistiendo en sus propuestas de hacía ya varios meses, reclamando una total colaboración entre ambos países, mientras la delegación española tan sólo pretendía el establecimiento de planes tácticos que se aplicarían en el caso de un ataque general por parte del Ejército de Liberación contra el A.O.E. Las conclusiones de la reunión fueron un compromiso a medias, (“Informe de la conferencia de Dakar”, SHM, legajo 6, carpetas 1 y 2) ya que se elaboraron dichos planes, que servirían como base para la posterior ejecución de la ofensiva Teide/Écouvillon en 1958, pero Gómez Zamalloa no pudo comprometerse a erradicar los santuarios del Ejército de Liberación en el Sáhara inmediatamente, ya que dicho compromiso excedía lo autorizado por su gobierno. Su argumento fue que aún se encontraban en la fase política del Plan Madrid (Segura, 2006: 202-206).

El establecer una verdadera política de disuasión hubiese podido tener un efecto mucho más inmediato sobre los guerrilleros que las medidas tomadas hasta la fecha. Si Madrid hubiese autorizado el envío de importantes contingentes militares como señal de que el territorio se iba a defender a toda costa, y, al mismo tiempo, hubiese difundido entre la población la noticia de que se iba a alcanzar una alianza operativa con los franceses, el efecto disuasorio hubiese sido mucho más efectivo que el reconocimiento del Asaka o la presión diplomática sobre Rabat. Pero dar dicho paso significaba arriesgarse a un estallido de las hostilidades que se pretendía evitar a cualquier precio; de lo que no se dio cuenta el Pardo era que la situación estaba a punto de estallar y que había que actuar lo más rápidamente posible.

A pesar de todo, el régimen franquista no estaba preparado para dar el paso decisivo de movilizar y desplazar a miles de quintos hasta el A.O.E., así que se continuó insistiendo en la vía diplomática, de forma preferente ante el ministerio de asuntos exteriores marroquí. Se sostuvieron toda una serie de conversaciones entre representantes españoles y marroquíes cuyos resultados Madrid trasladó al A.O.E. para intentar apaciguar los ánimos de los militares destacados en las colonias:

«Ministro Asuntos Exteriores me comunica resultados conversaciones Tánger en las que han prevalecido nuestros argumentos y puntos de vista» (“Radiograma cifrado de DIRPROA a GAOE”, SHM, legajo 6, carpeta 1). Sobre el documento, alguien garabateó un lacónico “ja, ja”. La distancia entre la visión percibida por Madrid de toda la situación y la realidad sobre el terreno continuaba agrandándose por momentos.

Finalmente, y tras una nueva serie de asesinatos selectivos, sabotajes y pequeños choques armados durante los meses de septiembre y octubre, el Pardo reconoció que las medidas adoptadas hasta la fecha no eran suficientes para evitar una guerra. Así pues, el 5 de noviembre dio comienzo la denominada Operación Águila, (Canales, 2008: 25) el envío de refuerzos al A.O.E. para evitar una posible agresión por parte de los guerrilleros. Era el tipo de política de disuasión que había reclamado Pardo de Santayana un año y medio antes, e incluía el traslado de la II Bandera de la Legión por vía aérea desde el norte de Marruecos a Villa Bens, la VI Bandera por vía marítima a el Aaiún, el batallón disciplinario Cabrerizas a Villa Cisneros, envío de unidades navales, incremento de efectivos aéreos, etc. (“Despliegue de fuerzas en el A.O.E.”, SHM, legajo 6, carpeta 3).

Desgraciadamente, el Ejército de Liberación no pensaba esperar a que Madrid determinase libremente su actuación, ni tampoco iba a concederle tiempo para reconducir la situación, por lo que el 23 de noviembre de 1957, las posesiones españolas del A.O.E. se vieron sorprendidas por una ofensiva del Ejército de Liberación sobre la práctica totalidad de enclaves militares en el Sáhara e Ifni. A pesar de todos los intentos de negar la realidad, la guerra había llegado por fin al A.O.E.

A partir de aquí el flujo de unidades de refuerzo en dirección al A.O.E. fue una constante: Escuadrón Paracaidista del Ejército del Aire, I Bandera Paracaidista, IV y IX Banderas de la Legión, Grupos Expedicionarios de los Regimientos Santiago-1, Artillería-19, Extremadura-15, Guadalajara-20, Pavía-19, San Fernando-11, Castilla-16, Soria-9, Cádiz-41, Belchite-57, Fuerteventura-53, Wad Ras-55, Ultonia-59, además de unidades de apoyo, aéreas y navales. La negativa a realizar el mismo despliegue militar a finales de 1956, tal y cómo reclamaba Pardo de Santayana, no había podido evitar el estallido de las hostilidades que tan largamente había esperado soslayar el gobierno franquista. Ahora, docenas de jóvenes iban a pagar con sus vidas la inexistencia de una política disuasoria en los restos del imperio colonial español.


 
< Artículo anterior   Artículo siguiente >

Destacamos

 

Lo más leido...

Ifni, un aniversario, dos versiones
30-06-2009
Fuente: La Frontera débil AVISO: Este blog ya no existe, el enlace lleva a una copia guardada por Archive.org Actualizado el 7/12/2014 Hoy, 30 de junio, se cumplen los 40 años de la salida de España de Sidi Ifni. Así lo ve ABC en el reportaje que publiqué el domingo y así lo ve hoy la agencia oficial Maghreb Arabe Presse (Map) de Marruecos. Para la agencia, rebautizada esta semana en un amplio... Leer más...
Los veteranos de Ifni se reunieron en Badalona
11-11-2013
El 5º encuentro de Veteranos de Ifni en Badalona tuvo lugar el pasado 30 de octubre El grupo de veteranos de Ifni reunidos en Badalona. Como suele ocurrir en estos eventos reinó la camaradería entre todos. No faltaron el intercambio de fotos. Cada uno con los recuerdos y anécdotas tuvimos un momento de protagonismo. Algunos hacíamos planes para un eventual viaje a aquella tierra (el próximo año) que... Leer más...
Los habitantes de la ex colonia de Sidi Ifni ondean la bandera española
04-09-2007
Fuente: Minuto Digital Publicado en la sección Actualidad Después de que España entregase Sidi Ifni a Hasán II en 1969, sus habitantes han llegado a la conclusión de que siendo españoles vivían mejor. En una protesta contra las elecciones fraudulentas del viernes próximo, varios grupos han arriado banderas marroquíes y ondeado otras españolas. Hay catalanes, vascos, gallegos,... Leer más...
Ifni: la guerra que España libró con Marruecos a sangre y fuego
04-04-2013
Fuente: ABC Historia militar de España Tan olvidada está la contienda que hasta un diputado de CiU hace bandera en el Congreso para reconocer a «estos viejos soldados» Una patrulla de la Legión en el territorio de Ifni durante la guerra 1957-1958 | Archivo ABC. Ifni sería sinónimo de «guerra olvidada» si no fuera porque en España hemos olvidado todas excepto la contienda Civil.... Leer más...
Veteranos de Ifni celebran el 50 aniversario de su jura de bandera
07-11-2013
Vetranos de Ifni celebran el 50 aniversario de su Jura de Bandera en La Maruca (Santander) El pasado 26 de octubre, un grupo de 21 personas entre veteranos de Ifni y sus acompañantes, hemos celebrado el 50 aniversario de nuestra Jura de Bandera en Sidi Ifni. Nos acompañaron también unos cuantos de nuestros vecinos del Sáhara, además de algún legionario que sirvió en aquellas tierras africanas.... Leer más...

Buscar
Calendario eventos
<<  Marzo 2024  >>
 Lu  Ma  Mi  Ju  Vi  Sá  Do 
      1  2  3
  4  5  6  7  8  910
11121314151617
18192021222324
25262728293031
Próximos eventos
No hay eventos
Páginas de interés
» Sidi Ifni: Edificios históricos y patrimoniales de la época española
» Ayuntamiento de Sidi Ifni (traducido con Google)
» 24 Kilates (Blog)
» Amigos de Tiradores de Ifni (Facebook)
» Antiguos Alumnos del Instituto General Diaz de Villegas de Sidi Ifni (AOE) (Facebook)
» Relatos de la Guerra de Ifni-Sahara 1957/58
» Novela Colonial Hispanoafricana
» Rutas Marruecas (Blog)
» Pax Augusta (Blog)
Asociación Amigos de IFNI
 Página Web (nueva)
 En Facebook (nueva)
 En Facebook (vieja)
 Lista de correo
 Ifnipedia (en Facebook)
 Ifnipedia (web inactiva)
Asociación AVILE
 Página web
 Libro de visitas
 Documentos AVILE
El tiempo en IFNI
Encuestas
¿Conoces Ifni?
 

In Memorian, José María Barranco

In Memoriam, Efrén Gómez López

Adolfo Cano Ruiz. In memoriam.

Manuel Jorques Ortiz. In Memoriam

Miguel Ángel Rubio. In Memoriam

PortadaAcerca de...Contactar
Este portal es un PROYECTO PERSONAL y NO está vinculado a ninguna asociación o grupo.
Los artículos de colaboración y las opiniones y comentarios de los usuarios son de su entera propiedad y responsabilidad,
expresados con total libertad y sin ningún tipo de censura por parte del Administrador o sus colaboradores.
El Rincón de Sidi Ifni, 2009-2024