Fuente: El Baluarte de la Hispanidad
No sé si ustedes han sentido alguna vez nostalgia de lugares en los que nunca han estado.
A mí me sucede de vez en cuando y me suele pasar con aquellos lugares
que me hacen imaginar tiempos plácidos y tranquilos en los que me veo
de niño feliz correteando por una playa inmensa, limpia, salvaje,
virgen... Así me imagino en Ifni, ese pequeño paraiso español del que casi todos recuerdan sólo una breve guerra provocada por Marruecos que dejó herido el corazón de la 51ª provincia española, pero que no consiguió matar una ilusión alegre y feliz de convivencia provechosa que se recuerda todavía allí con melancolía.
Por suerte la memoria real es mantenida por sus habitantes actuales y por aquellos españoles que vivieron allí y que forman la Asociación Amigos de Ifni. Ellos, como yo, recuerdan que hace cuarenta años, un cálido y triste 30 de junio de 1969, la presencia física de España en Ifni desapareció para siempre.
Pero
la presencia inmaterial, el cariño hacia España y la nostalgia de sus
habitantes marroquíes se mantiene firme y nos permite seguir soñando en
aquel niño ocioso y feliz que corría sobre la arena fina de la playa de
Legzira, que compartía ilusiones y sueños con Abdul, Pepe, Fatima,
Cristina o Hamed, que imaginaba su futuro como un juego eterno al sol
donde se oreaban las ilusiones infantiles y se cocinaba, lentamente, su
madurez por llegar.
Ese es el niño que nunca fui en Sidi Ifni hace hoy 40 años, y siento cierta nostalgia.
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