Fuente: ABC.es
El cambio de ocupante en la Casa Blanca y la mediación acometida
por Christopher Ross, el diplomático estadounidense nombrado en
enero como enviado personal del secretario general de la ONU para el
Sahara Occidental, están empezando a alimentar expectativas de
algún tipo de movimiento con respecto al enquistado conflicto
que desde hace tres décadas enfrenta a Marruecos con el Frente
Polisario por el control de la antigua colonia española.
Chistopher Ross -que cuenta con un mayor peso diplomático que su
antecesor, el holandés Peter van Walsum- ha realizado ya dos
giras por el Magreb y Europa. Tras las cuales convocó para
finales de este mes de julio un encuentro informal en Viena, que
intentaría reactivar la tanda de negociaciones directas -por
ahora sin fruto- realizadas entre el 2007 y el 2008 en la localidad de
Manhasset, a las afueras de Nueva York.
Ahmed Bujari, representante del Frente Polisario en
Naciones Unidas, percibe que, al menos, la Administración Obama «ha
desenchufado el piloto automático» heredado de anteriores gobiernos de
Estados Unidos. Un «piloto automático» que hacía presagiar el apoyo de
Washington a la propuesta de Rabat -autonomía bajo soberanía de
Marruecos- en la reunión del Consejo de Seguridad celebrada el pasado
mes de abril. Sin embargo, la nueva embajadora de EE.UU. ante la ONU,
Susan Rice, omitió cualquier apoyo explícito al plan de autonomía
marroquí, a diferencia de la práctica habitual de sus antecesores en el
cargo con la Administración Bush.
«Ese es el elemento más notorio -explica a este diario-
que podríamos interpretar como una revisión de la política de EE.UU.
hacia la cuestión saharaui. Un silencio que se puede interpretar como
ausencia de continuidad respecto a Bush. No obstante, los hechos
todavía no nos permiten conocer a ciencia cierta cuál será la postura
de EE.UU.», destaca Bujari. El veterano diplomático saharaui espera que
«Obama implique a la ONU para resolver el conflicto en base a la
legalidad internacional, el plan de arreglo y los trabajos realizados
por el anterior enviado, James Baker».
Por su parte, fuentes de la Casa Blanca consultadas por
ABC explican que el presidenet Obama respalda los esfuerzos en curso
del embajador Chris Ross para encontrar, en el marco de la ONU, lo que
se describe como una solución «pacífica, sostenida y acordada
mutuamente» por las partes, mención esta última que incrementa las
esperanzas del Frente Polisario de que el «yes, we can» del presidente
de EE.UU. alcance al Sahara. El presidente «nunca ha hecho una
declaración sobre un cambio de posición» en referencia al tema del
Sahara ni ha decidido «su opción preferida», explican desde la Casa
Blanca, que aclaran que el gobierno de EE.UU. no piensa actuar de forma
independiente en esta polémica cuestión.
Sin embargo, una fuente diplomática occidental
especializada desde hace décadas en el conflicto del Sahara sí percibe
un cierto cambio en Washington: «Para mí, el indicio es que ni Ross ni
la embajadora Rice han apoyado en la ONU de manera expresa el plan de
autonomía de Marruecos, como sí hizo la Administración Bush. Y el hecho
de que no lo apoyen es un síntoma importante».
Carta a Mohamed VI
En un cruce de mensajes con motivo de la festividad
nacional de EE.UU., celebrada el pasado 4 de julio, Obama hizo llegar
una misiva al rey Mohamed VI en la que solicitaba ayuda marroquí para
encontrar una solución al conflicto palestino-israelí y brindaba la
cooperación americana para superar la disputa del Sahara Occidental.
Pero sin mencionar la propuesta de autonomía para el Sahara defendida
por Marruecos. Una omisión que ha hecho saltar las alarmas en las
partes negociadoras.
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