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MRS'2009: dos días en Sidi Ifni Imprimir E-Mail
Colaboraciones - Pablo Vázquez Ramírez
sábado, 19 de septiembre de 2009
Índice del Artículo
MRS'2009: dos días en Sidi Ifni
31 de agosto de 2009. Llegan a Sidi Ifni
1 de septiembre de 2009. Primer día en Sidi Ifni
2 de septiembre de 2009. Segundo día en Sidi Ifni
En el diario del viaje...

JORNADA 12. 31 de agosto de 2009


Crónica 1
Ramón Huarte
Cronista Oficial MRS 2009

31 AGOSTO, 6:00, grabados rupestres de Imaoine.

Siempre libres.

Los grabados rupestres de la pared de Imaoine siguen tan libres como cuando eran animales de carne y hueso, grabados en la roca quién sabe si para propiciar su caza.

Ni una sola señal, ni una sola valla, indican que el Gobierno Marroquí les conceda ninguna importancia. Antílopes, elefantes, ungulados…En cualquier otra parte del mundo serían objeto de tráfico turístico. Aquí, en medio del espacio desértico, siguen en libertad, abandonados, a la espera de que cualquier cazador furtivo se acerque impunemente con un cincel y se los lleve a su casa. O a su museo.

Olga, la arqueóloga, los lleva, sin moverlos, a nuestras cabezas.

…………………

Pablo baila.

Los gritos de “¡Buenos días!” de pablo despertando a los chicos, hoy tienen réplica. Se ha preparado de manera subrepticia una canción que caricaturiza las instrucciones de la gimnasia matutina.

“Pablo baila, baila, baila… ¡Con el pie!”, y todos trotan en el sitio. “¡Con el codo!”, y todos hacen ejercicios de movimiento de antebrazo. “¡Adrián, Álvaro, diez flexiones!” rapean imitando los castigos…. “¡Pablo baila, baila, baila!”, continúa el estribillo.

Pablo sonríe (El objetivo era hacerle cambiar la adusta cara de por la mañana), aunque sin dudar mucho grita “¡A ver, comenzamos con flexiones!”.

Pero hoy han ganado los chicos, y ellos lo saben.

……………………

El Cabo de Buena Esperanza.

Los marinos celebran, desde hace siglos, cuando pasan del Índico al Atlántico o viceversa, el paso del Cabo de Buena Esperanza o Cabo de Las Tormentas. Es el punto de inflexión en la ruta, la proa de sus barcos deja de enfilar al sur y tuerce hacia el norte, hacia el final del trayecto, tras pasar por esta zona de aguas poco amistosas.

Nosotros hoy doblamos nuestro Cabo de Las Tormentas. Tras el Rif, el Atlas y el Desierto, y justo a mitad de viaje, vamos a enfilar, a través del desierto, hacia el Atlántico. Cambio de rumbo y cambio de escenario. Tras la jornada de transición de hoy, tras las muchas horas de carretera, nos esperan la playa de Sidi Ifni, nos esperan Marrakech, Fez, Rabat...

Los inhóspitos hogares que hemos habitado son un presente en forma de más de 40 grados de calor, en forma de pátina sucia sobre nosotros, que ya hemos considerado pasado, por las previsiones del plan de ruta.

El Cabo de las Tormentas, del calor que ya hace desde primera hora de la mañana, de las serpientes y escorpiones más elípticos que presentes, es ya en la cabeza de los chavales Cabo de buena Esperanza.

Y como para simboliarlo, hoy Gabi y Gonzalo han repartido zumo en polvo para nuestras cantimploras.

…………………………

Transfiguración.

Los chicos, en el autobús, son menos bulliciosos que al principio del viaje. Saben que cualquier hora de sueño robada a los madrugones, aprovecha. Escriben sus cuadernos de viaje, rebuscan en las mochilas la comida que han ido ahorrando para momentos de escasez.

Muestran ya las caras afiladas y morenas, los ojos penetrantes, el gesto sufrido, el carácter impreso que les han dejado las marchas, las privaciones, el sueño, el conocimiento de los demás.

No obstante, ya cerca de Sidi Ifni, de noche, Nacho el chófer hace sonar bien alto un CD de éxitos y el autobús se convierte en una sala de baile. Doble transformación.

……………………………

Sidi Ifni. Una suerte loca.

“La Suerte loca” es un hotel situado cerca de la playa de Sidi Ifni. Fue inaugurado, según me cuenta el Profesor Asenjo, por un español llamado Pepe, en los años treinta. Sorprendido por el éxito del establecimiento, frecuentado por militares y sus familias, puso al local el nombre que mantiene hoy en día. Con la devolución del protectorado por parte de España a Marruecos, Pepe vendió el negocio a uno de sus empleados marroquíes, cuya hija hoy en día lo regenta.

En las terrazas de “La Suerte Loca” colocaremos hoy nuestras esterillas y sacos de dormir.


Crónica 2
Claudia García Benlloch
Irene Barroso Huber

El sol abre nuestros ojos una mañana más y nos hace encontrarnos bajo la rocosa pared del barranco.

A pesar de la temprana hora, el ambiente, pesado y seco, es mucho más caluroso que los días anteriores.

Como siempre, después de apresurarnos fuera de los sacos, no nos libramos de la gimnasia diaria, aunque hoy se sale de la rutina, ya que unas compañeras nos alegran el calentamiento con una cómica canción.

El desayuno de hoy también cuenta con una ligera diferencia y recibimos gratamente la leche condensada y el zumo en polvo (¡novedad!), a parte de ellos habituales pan y barrita. Seguidamente damos nuestra primera clase de arqueología en la que descubrimos grabados rupestres de la Antigüedad que pocos ojos han podido observar anteriormente.

Tras la recogida del campamento comienza la marcha de vuelta a los autobuses. Un sol abrasador, sed abrumadora, pesadas mochilas y la esperanza de una pronta llegada nos acompañan a través de una árida tierra de polvo y roca. El agua de las cantimploras está tan caliente que resulta imbebible y el sudor nos pega la ropa al cuerpo sin piedad. Cuando las fuerzas flaquean los pick-ups y camiones de la expedición nos reducen los últimos kilómetros de esfuerzos. Al llegar nos enfrentamos normalmente a largas horas de autobús, el precio a pagar por ir desentrañando el corazón de Marruecos. Los diversos paisajes desfilan al otro lado de las ventanillas mientras muchos de nosotros caemos rendidos por el agotamiento. Durante el trayecto hacemos una corta parada para comer en uno de esos tantos pueblos desangelados, llenos de niños, calles sin asfaltar y ocultas mujeres asombradas por nuestra presencia.

Es increíble, a pesar de que muchos intentamos plasmar, la realidad con sencillas fotos y escritos seguimos quedándonos atónitos ante aspectos de su cultura tan escondidos e insólitos.

Finalmente llegamos a Sidi Ifni y nos instalan en una terraza de hotel desde la que se ve y se huele el mar.

Tras haber llegado a la mitad de nuestro viaje, hoy dejamos atrás las zonas rurales y el desierto para adentrarnos en la costa abarrotada y su trazo de ciudades caóticas. El viaje continúa.


Crónica 3
David Dorado

Nos levantamos ante una montaña escarpada que durante unas horas nos hizo retroceder en el tiempo hasta la época del neolítico. Durante la mañana tenemos la oportunidad de distinguir sencillas figuras de animales en las altas paredes y a la vez aprender un poco más sobre nuestros antepasados. Pequeños animales dibujados por unas manos con más de 7.000 años de antigüedad se hacían camino entre la roca. Después de un largo caminar travesando un árido desierto bajo un sol que golpeaba nuestras cabezas sin piedad nos esperaban nueve largas horas de viaje hasta la costa de Ifni. A parte de las típicas paradas, de las largas conversaciones y de las innumerables canciones que nos unen a todos cuando más lo necesitamos, paramos en un par de controles policiales debido a la impresión que produce nuestro convoy a su paso.

Y ya estamos en el ecuador del viaje. Una semana y media que ha dado mucho de sí: desde construcciones de presas a paseos en dromedario. Desde altos picos a inmensas dunas. Desde lágrimas a sonrisas. Todavía queda mucho viaje donde cada uno de nosotros dará lo mejor de sí mismo para hacer de él una experiencia única, mágica y maravillosa.


Crónica 4
Jaime Caballer

Atrás quedaron las dunas y la sabana.

Anoche llegamos a Imaoine, donde hoy despertamos al abrigo de una pared de 40 m. de altura repleta de grabados neolíticos. Por la mañana, tras el desayuno y la sesión deportiva, estudiamos los grabados con la profesora de arqueología, Olga Escalona. 

Desde luego, a todos nos resultó extraño que algo tan excepcional estuviese tan abandonado. De nuevo parece que las maravillas de África no las protege nadie.

Tras la charla, nos echamos los macutos al hombro y desandamos el camino a los autobuses. Seis horas después de arrancar, llegamos a Sidi- Ifni, ciudad portuaria marroquí, antiguo enclave español. El clima desértico deja paso al relente del Atlántico que nos trae el olor a salitre hasta “La suerte loca” que nos brinda su terraza para pasar la noche. 

Desde luego, descubrimos cada día un Marruecos repleto de contrastes que no deja de sorprender y asombrar a cada uno de los expedicionarios de esta gran aventura. 


Crónica 5
Olga Escalona
Prehistoriadora y profesora de arqueología experimental

La expedición de MRS despierta en su decimoprimero día al pie del impresionante macizo basáltico que nos transporta a tiempos pasados.

Nos encontramos en la región de Tata en el Antiatlas marroquí. El campamento montado en el lecho de un antiguo río o wadi. Será el punto más meridional del viaje. En esta zona y en concreto en Imaoine se han localizado multitud de sitios arqueológicos con grabados rupestres y dedicamos la mañana a descubrir con los expedicionarios este rico patrimonio cultural. Al recorrer las paredes de basalto empezamos a ver las primeras incisiones en la roca, todo el equipo de MRS intenta encontrar nuevos grabados y localizamos al menos unas 25 figuras. Estas figuras apenas han sido documentadas aunque sí se conocía su existencia. Los grupos humanos que vivieron en esta zona en la fase del Neolítico Inicial (10.000-7.000) dejaron testimonio de su forma de vida en estas paredes, Eran los primeros momentos de una economía de producción y queda reflejado en los dibujos. Hay representación de animales salvajes (elefantes), semisalvajes (bueyes) y domésticos como carneros o vacas.

Figuras o aisladas o en grupos y por las superposiciones en algunos casos podemos deducir varios momentos de realización. Las más destacadas y mejor conservadas son dos representaciones de carneros con claros signos de domesticación. Todos hemos podido tomar conciencia de la importancia de la conservación y la protección del patrimonio cultural.

El viaje continúa ahora hacia el oeste, hacia la costa atlántica donde Sidi Ifni nos espera.


 



 
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