Fuente: El Mundo.es
A pocos metros de profundas zanjas embarradas, un grupo de hombres
curtidos por la guerra dirigían la mirada con frecuencia hacia su
objetivo. Llamaba la atención uno de ellos; sobre la cabeza el típico
fez de fieltro rojo marroquí, al tiempo que sujetaba con cierta
solemnidad un banderín de tropa en el que se distinguía la figura de un
dromedario.
No, no era el invierno de 1957 en el norte de África. Era el 16 de
diciembre de 2009 en la capital de España, frente al Congreso de los
Diputados. Y se trataba de veteranos de Ifni-Sáhara, la guerra
olvidada. Soldados de reemplazo e integrantes de compañías
expedicionarias que combatieron en el África Occidental Español y que
se manifestaban para reivindicar el reconocimiento del Estado a quienes
fueron enviados a una guerra colonial en un lugar tan lejano como
inhóspito. No lanzaban gritos ni consignas: las pancartas que portaban
lo decían todo y, por si quedaban dudas, distribuían un manifiesto con
los logotipos de sus asociaciones de ex combatientes.
Ni siquiera el tiempo inclemente consiguió desanimar a quienes se
desplazaron desde distintos puntos de nuestra geografía, representantes
de los últimos soldados españoles que se vieron abocados a enfrentarse
a los guerrilleros marroquíes que realizaban incursiones invasoras en
los territorios administrados por España en el norte de África entre
los años 1957-59. Reclutas calzados con alpargatas, armados con
carabinas que dejaban de funcionar en los momentos más críticos,
munición en mal estado y un casco y una vela como instrumento para
comunicarse en morse. «El ejército peor equipado del mundo», según uno
de los supervivientes. No quedaba otra, era lo que había.
Varios centenares perdieron la vida o resultaron heridos. Otros
quedaron marcados para siempre por el recuerdo del sufrimiento y de los
compañeros muertos. Por eso es justa su reivindicación. Por eso es
justo que se les compense, tal como se decidió en el Congreso en 2006,
ya que consideran que la Ley de la Carrera Militar -en vigor desde el 1
de enero de 2008- desvirtuó el acuerdo adoptado en la Comisión de
Defensa del Congreso.
Plegaron las pancartas igual que las habían extendido: con la
esperanza -pero también con cierto escepticismo- de que aquello
sirviese de algo. Se encontraron con obstáculos añadidos, como una
huelga de periodistas. El resto de informadores se encontraban
pendientes del fragor dialéctico en el hemiciclo del Congreso y,
posiblemente, los ecos de aquella batalla quedaban ya un tanto lejanos.
No encontré referencias que dieran fe de lo acontecido aquella
desangelada mañana. Pero yo les vi. Y junto al diputado Vicente Ferrer
tomé buena nota para que el esfuerzo no resultase en vano. Es razonable
una compensación moral y económica a los soldados que combatieron en
Ifni y Sáhara. Y en esa dirección han ido varias iniciativas
parlamentarias del Grupo Popular, para que el Gobierno reconozca las
reivindicaciones de estos veteranos.
Aquel 16 de diciembre, mientras Aminatou Haidar contaba las horas
para regresar al Sáhara, estos veteranos de guerra querían que su
presencia en Madrid sirviera para recordar que todavía existen, aunque
sean supervivientes de una guerra que la dictadura no reconoció y que
ahora, cincuenta años después, sigue siendo una guerra olvidada.
Inmaculada Bañuls Ros es diputada por Valencia del Partido Popular.
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