Fuente: Madrid Rumbo al Sur 2010
(Diario de la expedición)
3 de septiembre. Día 19.
Joaquín Asenjo durante la visita a Sidi Ifni, explicando a los expedicionarios de MRS'2010 la historía de la ciudad.
(Foto: J.L.C.; MRS'2010)
"Éste es un lugar que ya apenas figura en los libros de Historia, pero fue la primera posesión española en África". "Antes de que Granada fuese reconquistada", explica Joaquín María Asenjo, "antes de Ceuta y Melilla… Sidi Ifni fue España". El historiador de Madrid Rumbo al Sur arranca su conferencia apoyado en la barandilla frente al Atlántico sobre la que gira la vida de la ciudad.
El territorio de Ifni fue ocupado por la Corona de Castilla en 1476 y
bautizado Santa Cruz de la Mar Pequeña, aunque nadie lo diría por su
playa. Con la conquista de América, África dejó de ser prioritaria e
Ifni fue abandonada en 1524 ante los ataques bereberes.
Siglos después, en 1860, Marruecos reconoció a España aquel viejo
establecimiento en el tratado de Wad- Ras, pero no estaba claro dónde se
encontraba exactamente el territorio histórico y no fue hasta 1934,
cuando el coronel Capaz desembarcó en este punto de la costa Atlántica y nació Sidi Ifni, bautizada en honor a un morabito local.
Un par de años después de su fundación la familia Gran llegó a Sidi
Ifni y montó el restaurante La Suerte Loca. Según la leyenda, al dueño,
un legionario, le tocó varias veces la lotería y de ahí el nombre.
Hamido, el actual propietario, junto a su hermana Malika, niega la
historia.
“Cuando los Gran llegaron aquí no había nada y les pareció una suerte
loca encontrar este lugar”, explica en la barra de su local, famoso
entre los expedicionarios de Madrid Rumbo al Sur por su mítica tarta de
limón (lo merece).
Sidi Ifni fue español de 1934 a 1969 (con una guerra de por medio)
cuando España finalmente cedió a Marruecos lo que quedaba de su
provincia de ultramar por un acuerdo de retrocesión. “Todavía se nota
mucho la huella española, en costumbres como la siesta, y en platos como
la paella o el marisco”, cuenta Hamido, “por la calle, la gente aún se
saluda con un ¡Hola!”.
En la visita guiada a la ciudad, el profesor Asenjo muestra otras
huellas: el escudo de España en la decrepita pagaduría y los edificios
que albergaron el casino militar o la casa del gobernador. Entre el
grupo de estudiantes hay varios chicos cuyos abuelos o bisabuelos
militares vivieron aquí: Lorite, Rafa o Rodrigo se hacen fotos
ilusionados en las calles blanquiazules que pisaron sus antepasados.
Durante la guerra de Ifni, Carmen Sevilla y Gila visitaron a las
tropas, pero hoy, quienes animan esta ciudad pesquera son los surferos. La playa de siete olas se llena de octubre a diciembre con los chicos de neopreno cuando la mar es buena. Hoy no ha habido suerte, ondeaba la bandera negra.
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