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Fuente: Revista General de Marina, marzo de 2008.
Actividades de la flota en el otoño de 1957
Como se puede deducir de todo lo expuesto, las unidades de la Armada
que hasta entonces habían operado en permanencia en aguas del AOE habían
sido las asignadas a la Comandancia General de la Base Naval de
Canarias.
La Flota, núcleo principal de la Fuerza Naval, continuó en sus bases
de la Península para llevar a cabo las maniobras de otoño previstas en
su plan de actividades. El comandante general de la Flota era el
vicealmirante Pedro Nieto Antúnez desde mayo de 1957.
En septiembre de 1957 la Flota estaba organizada en tres divisiones y
se componía de cinco vetustos cruceros que habían participado en la
Guerra Civil, Canarias, Almirante Cervera, Miguel de Cervantes, Galicia y Méndez Nuñez, y ocho destructores de la clase Churruca de los años veinte. De estos buques, el Galicia y el destructor Ulloa se encontraban en reparación. Los Álava y Liniers,
de la misma clase pero de construcción más reciente, estaban pendientes
de emprender sus obras de modernización, así como los de la clase Audaz.
Tanto los cruceros como los destructores, carentes de sensores, no
contaban con posibilidades antisubmarinas ni antiaéreas. Sí se demostró
en la campaña de Ifni que conservaban una capacidad artillera no
desdeñable contra blancos en tierra, de la que se supo sacar partido.
Por otro lado, según señalaba el almirante Meléndez en uno de sus
partes de campaña refiriéndose a los destructores: «La falta de
capacidad de sus evaporadores obligaba a racionar el agua a casi tan
sólo la necesaria para beber, lo que junto a la calidad de las faenas
grises de marinería, las malas máquinas de lavar, las cocinas de carbón y
la falta de espacio en los sollados, hacía que las dotaciones de los
buques al cabo de sólo cinco días de navegación presentaran un aspecto
verdaderamente deplorable». En la campaña de Ifni los destructores
llegaron a hacer dieciséis días de mar consecutivos.
Las tres divisiones de la Flota iniciaron los ejercicios preliminares
de otoño en aguas próximas a sus bases de Ferrol, Cádiz y Cartagena y
después pasaron todas al Mediterráneo para las maniobras de conjunto.
Precisamente en esas maniobras participaron por primera vez los dos
primeros destructores de la clase Fetcher cedidos por la Marina norteamericana, Lepanto y Ferrandiz,
recién llegados a España y que no fueron destacados, supongo que por
consideraciones políticas, a aguas del AOE. El 3 de noviembre toda la
Flota se encontraba en Palma de Mallorca, lista para realizar ejercicios
de tiro y de lanzamiento de torpedos el día siguiente. En estas
condiciones de alistamiento se recibieron órdenes de transportar tropas
al AOE y prestar apoyo al Ejército en sus aguas.
Precisamente este día se había iniciado, conforme al plan previsto de
concentración en las zonas de El Aaiún y Villa Bens, la retirada de
Tantán, el 6 se llevaría a cabo la de la guarnición de Smara y el 10 la
de Auserd. El cariz de la situación tras el incremento de las
concentraciones llevadas a cabo por las bandas que se habían detectado
era alarmante pese a los bombardeos esporádicos realizados por nuestros
viejos He-111 contra ellas.
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