Fuente: Noticias de Gipuzkoa.com
Abdelaziz Merzougui, de 19 años y cuarto en el Cross de Reyes, emigró en
2006 de su Marruecos natal en una patera con 25 personas, ahora es
español y campeón europeo junior de cross y quiere vivir en el País
Vasco.
Abdelaziz Merzougui.
(Sidi Ifni, 30 de agosto de 1991)
"En Marruecos hay mucha
pobreza. Los jóvenes quieren trabajar pero no encuentran dónde, y muchos
decidimos emigrar. Los que se meten en una patera dejan atrás algo peor
que la muerte". "Prefieren morir en una patera a vivir en África". La
dura reflexión, por cruel, por real, la realizó en una entrevista hace
unos años Ayad Lamdassem (Sidi Ifni, Marruecos, 1981). Sin embargo, el
exmarroquí que en diciembre dio a España la plata en el Campeonato de
Europa de cross en Albufeira, animó a su vecino Abdelaziz Merzougui
(Sidi Ifni, Marruecos, 30 de agosto de 1991) a jugarse el tipo para
dejar atrás ese "algo peor que la muerte" que, en su opinión, le
esperaba en las calles de Sidi Ifni, esta antigua colonia española que
albergó la última guerra entre España y Marruecos, librada entre 1957 y
1958 y silenciada por la censura de la dictadura del derrotado Franco, que ignoró los trescientos soldados españoles muertos.
"Ayad y yo vivíamos en el mismo barrio -explica Merzougui-, pero más
que vecinos nos consideramos primos. Cuando él se fue -en 2002, de noche
y junto a otros siete marroquíes, tras saltar de la ventana del hotel
de concentración de la selección de Marruecos para el Mundial de cross
de Santiago de Compostela, adonde, por cierto, viajó en avión-,
mantuvimos el contacto y él fue quien más me animó a que me viniera a
España", explica el atleta de 19 años, que también pisó el podio de
Alfubeira para recoger el oro junior, también como español.
Merzougui pertenece a una humilde familia de seis hermanos:
"Somos cinco chicos y una chica. Sobre todo, vivimos con mi madre,
porque mi padre es militar y pasa mucho tiempo fuera de casa", explica.
En su país, Abdelaziz "corría muy poco, porque en Marruecos apenas hay
carreras, y menos de nivel". Sin embargo, vio una puerta para huir de la
miseria a través del atletismo y mediante una carrera a la desesperada
sin dorsales en el pecho. "Ayad me decía que no me lo pensara, que
viniera aquí porque tendría la posibilidad de ser campeón de España o de
Europa y, a partir de ahí, accedería a unas ayudas (becas) y podría
progresar". Incluso, se imaginó triunfando y maceró su gran ilusión:
"Traer de Marruecos a mi familia. Mi padre se jubila pronto y me
gustaría tenerles cerca".
En busca de este edén, en verano de 2006, con 15 años recién
cumplidos, se subió a bordo de una patera junto a un amigo y 23 personas
más con rumbo a Lanzarote, al otro lado de la orilla de Sidi Ifni que
bañan el Atlántico, la hambruna y la desesperación. El esfuerzo familiar
por reunir los 600 euros del peaje y las 36 horas de navegación en un
cascarón de nuez bien merecían un final feliz.
Abdelaziz, entonces, no reparó en esas palabras de Ayad que
conmueven a un témpano -"Prefieren morir en una patera a vivir en
África"-: "Confiaba en él, y pensaba que yo también podía ser un
campeón", afirma ahora. Felizmente, Merzougui y su amigo llegaron a
Lanzarote, donde no los aguardó una patrulla de la Guardia Civil sino un
familiar que les dio cobijo durante dos semanas. Luego, viajó a Lleida
vía Barcelona, y Lamdassem ejerció de anfitrión.
Sus raíces atléticas en Bizkaia
"Quiero vivir en el País Vasco"
Pero Abdelaziz era un sin papeles y para legalizar su
situación, en octubre, recaló en un centro de acogida en Amorebieta y
días después en Zabaloetxe, una residencia de menores en Loiu que ha
albergado a una gran nómina de marroquíes en Bizkaia: Hassan Oubaddi,
Abdelfettah Louajari, Samina Ahbouche... El director del centro, Carlos
Sagardoy, "es como un padre para mí. Me ha ayudado mucho: para sacarme
los papeles, para correr fuera, me da dinero para un avión...",
agradece.
En este centro, "comenzó el atletismo para mí, al poder
tomármelo en serio con el entrenador de todos, Hassan Reddad. Aquí es
más fácil salir atleta, porque hay muchas pistas y carreras
internacionales en las que medirte con campeones del mundo".
Al cumplir la mayoría de edad, debió abandonar Zabaloetxe,
donde "la gente piensa que solo hay chicos malos, pero ahí hay grandes
atletas y futbolistas -Zabaloetxe tiene un club federado de atletismo y
dos equipos de fútbol-. Cuando yo quedé campeón de España, ganaba
carreras y se interesó algún periodista, la gente vio que no éramos
delincuentes".
De Loiu, volvió al regazo de Lamdassem y su entrenador,
Antonio Cánovas, en Lleida, donde hay otra amplia colonia de marroquíes.
En marzo de 2010, adquirió la nacionalidad española y en junio batió el
viejo récord estatal junior de 3.000 obstáculos de Alejandro Gómez
(8:36.4) para dejarlo, 24 años después, en 8:33.29. En el Mundial junior
de Moncton (Canadá), fue cuarto. "Poco a poco voy consiguiendo cosas, y
soy feliz. En Lérida estoy muy a gusto, pero quiero volverme ya al País
Vasco. Me encanta esta tierra, hay muy buena gente, tengo amigos,
muchas ayudas y hay carreras internacionales de mucho nivel. Lo tengo
que hablar con el entrenador (Cánovas)".
La última la disputó el jueves, y fue cuarto en el Cross de
Reyes: "Acabé muy feliz, ya que había marroquíes keniatas, Jesús
España... En 2010 fui octavo, así que voy mejorando (ríe). Ojalá el año
que viene esté entre los tres primeros. Es el primer año que corro con
los absolutos, y es más difícil destacar". Mañana competirá en
Amorebieta, donde ganó "los cuatro últimos años como juvenil y junior, y
me gustaría repetir como promesa". Después hará el Itálica de Sevilla y
se centrará "en el Campeonato de España de clubes, para sacar una plaza
para el Mundial. Mi sueño es ser campeón mundial u olímpico, como
Fermín Cacho. Para ello entreno mucho, y también para traer mi familia
al País Vasco. Veo las entrevistas a Lamdassem, que me ayuda mucho, y
quiero ser como él": de podio en podio, a la carrera.
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