Fuente: El Confidencial
Málaga, 15 feb (EFE)
Trece viejos ciclomotores "Mobylette"
de 49 centímetros cúbicos, algunos con 30 años
cumplidos, recorrerán 2.500 kilómetros de
Benalmádena (Málaga) a Sidi Ifni (Marruecos) y vuelta en
una nueva aventura de unos intrépidos que el pasado año
ya cumplieron su reto de hacer 1.800 kilómetros hasta el Sahara.
Volverán así a Marruecos, pero ahora estas
pequeñas motos recorrerán 700 más y
llegarán hasta Sidi Ifni, una ciudad atlántica situada a
800 kilómetros al suroeste de Rabat y que fue cabeza de un
enclave que perteneció a España de 1912 a 1969.
Recorrerán una media de 250 kilómetros diarios del 2
al 12 de marzo, siempre y cuando no tengan grandes contratiempos,
según ha explicado a Efe Antonio Marín, que da como casi
seguras las averías que sufrirán los vehículos en
tan largo camino.
Esta es la tercera ruta a Marruecos en Mobylette de un grupo que el
pasado año tuvo que soportar incluso una nevada, lluvia,
frío y viento y llegaron a la primera meta, una zona de dunas
del Sahara, con dos de las motos remolcadas con cuerdas.
Su primer destino será Algeciras (Cádiz), donde
embarcarán con destino a Tánger, y después se
desplazarán hasta Larache; al día siguiente
seguirán hasta Casablanca pasando por Kenitra, Sale, Rabat y
Mohammedia; y el tercero irán a Safi dejando atrás El
Jadida y Sidi Bennour.
La cuarta etapa será de Safi a Essaouira, y desde
allí a Agadir y la quinta hasta Sidi Ifni pasando por Tiznit.
Después tienen previsto un día de descanso, aunque
dependerá de si han tenido o no problemas mecánicos o
meteorológicos en el recorrido de ida.
Suelen padecer las típicas averías de estos
vehículos antiguos en la bujía: "o se suelta el tubo de
escape con facilidad debido a las vibraciones que parten la abrazadera
que lo sujeta al motor, además de problemas eléctricos
con el condensador sin contar la bombillas, la correa del plato polea o
el pinchazo", explica Marín.
Muchas dosis de paciencia requieren estos valientes e ir preparados
para cualquier eventualidad que se pueda presentar en una aventura
llena de peripecias que supone unos gastos aproximados por persona que
se aproximan a los 600 euros.
Cuidan sus ciclomotores como reliquias y el cariño que les
dispensan es correspondido por las máquinas al resistir el
esfuerzo supuesto por tan peculiar viaje.
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