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De como pudimos volvernos locos
El clima en Ifni es de tipo semidesértico, pero existe una gran diferencia entre el interior y el litoral. En este último, aunque la sequedad es alta, son frecuentes las nieblas y nubes bajas que condensan humedad por las corrientes que llegan de Canarias. En el interior, predomina un clima más continental, con pocas lluvias debido a la presencia de alisios que provocan corrientes de aire frío en invierno y caliente en verano que alejan las nubes e impiden las lluvias. Pero de tarde en tarde aparece una corriente de aire muy caliente, el uiming, irifi o siroco, que procedente del Sahara, arrastra grandes cúmulos de arena roja en suspensión, que te azota el rostro, penetra en los edificios y te impide hacer la vida normal por la elevada temperatura que produce a su paso.
En el mes de Marzo, y durante cuatro días, tuve que soportar la presencia de ese viento seco y cálido que alcanzaba velocidades de casi 100 por hora. Cuatro días de casi paralización de la vida en la Huerta pues incluso abrasaba los instrumentos metálicos, como los fusiles de los centinelas. Metido en la casa pensaba lo que debía ser esto cuando te encuentras en pleno desierto sin tener donde meterte. Para volverse loco.
Y como médico tengo que referirme aquí a responder a lo que se dice de los efectos sobre la salud que produce el paso de este viento. Ya en el Siglo VI a.c. Hipócrates decía "el viento austro entorpece los oídos, oscurece la vista, carga la cabeza y deja el cuerpo lánguido y perezoso" y hoy día la Biometereología estudia mas científicamente la influencia de las variaciones meteorológicas sobre el ser humano basándose en las variaciones de la carga iónica de la atmosfera al paso de las grandes corrientes de aire. Y se está estudiando como la variación del tiempo atmosférico influye sobre la actividad de los neurotransmisores, que como sabemos son los emisarios que portan las ordenes para el correcto funcionamiento de todo el organismo. Sobre todo es a nivel cerebral donde esta influencia es mas manifiesta y puede dar lugar a cuadros psicopatológicos.
Pero antes de que estos estudios demostrasen esa influencia ya la opinión popular se refería a los efectos sobre la mente de este viento seco y cálido cuando decía que a fulanito "le entró el siroco" para expresar que se había vuelto loco. Los entendidos dicen que la alteración de los campos electromagnéticos, con el desequilibrio entre iones positivos y negativos, es el responsable de sus efectos sobre el organismo, desequilibrio que como es lógico no pude comprobar, pero si observar el mal humor que teníamos todo dentro de nuestras chabolas y la alegría cuando el viento se marchó.
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