Fuente: El Diario
El Archivo General Militar de Ávila descubre sus secretos al público.
La División Azul, la administración española en el
Sáhara o el archivo privado del general Moscardó son algunos de los
miles de fondos que custodia el Archivo General Militar, con sede en
Ávila, que desde hoy abre sus puertas para que se conozca la labor de
conservación y custodia que desarrolla.
Las entrañas
del Palacio renacentista de Polentinos han guardado con celo, hasta este
momento, miles de fondos históricos que abarcan desde la Guerra Civil
española hasta 1976.
Una ingente cantidad de mapas,
fotografías, planos, colombogramas y otros documentos cuyos secretos se
empezarán a desvelar con la apertura al público del archivo.
Para no interrumpir la labor que realizan los trabajadores del archivo,
civiles y militares, la apertura al público se hará únicamente los
jueves, a través de visitas guiadas que explicarán a los participantes
la historia del palacio y del archivo, ha dicho a los periodistas su
directora técnica, María Teresa López.
Es, ha indicado, un paso más para "abrir" estas
dependencias a vecinos y turistas, ya que "mucha gente piensa que este
palacio está cerrado desde que se fue la Academia de Intendencia", que
ocupó el recinto entre 1875 y 1992.
Los visitantes
podrán adentrarse en las salas de depósitos y de investigadores, además
de conocer el proceso de control, descripción, encarpetado y
clasificación de los documentos aquí guardados, que alcanzan todo tipo
de fondos relacionados con el Ministerio del Ejército, la Comandancia de
Obras o las unidades militares de la Guerra Civil, milicias, Falange y
requetés.
También aquí hay fondos sobre las campañas
de Ifni-Sahara, la presencia militar española en África, documentos y
archivos privados y colecciones de fotografías, prensa y un largo
etcétera que suman unas 48.000 cajas, 35.000 fotografías, 240.000 planos
impresos y miles de libros.
La labor del Archivo
General Militar alcanza, asimismo, a facilitar información a los
investigadores, teniendo en cuenta que se reciben peticiones "de todo el
mundo", relacionadas, sobre todo, con la Guerra Civil y las campañas
africanas.
A los investigadores se les facilita la
documentación por correo electrónico, teniendo en cuenta que sólo hay
"una mínima parte" digitalizada.
A modo de ejemplo, Teresa López ha indicado que hay digitalizadas "casi dos millones de imágenes".
La conservación, difusión y preparación de la documentación para los
investigadores son las funciones que desempeña el archivo, que cuenta
con una veintena de trabajadores en su plantilla, dedicada a trabajar
con documentos como el parte final de la Guerra Civil o fotografías de
las Brigadas Internacionales.
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