Fuente: Bienmesabe.org (nº 366, 20/5/2011)
Este diccionario se suma a los repertorios lexicales existentes imprescindibles para cualquier investigador deseoso de estudiar ciertos aspectos de la problemática de las antiguas hablas de las Islas Canarias.
'Taknarit', de Ahmed Sabir: un nuevo diccionario básico para el estudio de las antiguas hablas canarias.
Para explicar el interés de este trabajo y situarlo en su contexto, hay que tener presente un poco la historia de la lexicografía española. En la historia de los diccionarios con el español pueden establecerse diferentes etapas según Manuel Alvar: primero fueron los léxicos latinos medievales, luego vinieron los diccionarios de los humanistas con el latín y la lengua vulgar, al mismo tiempo circulaban los diccionarios multilingües desde principios del siglo XVI. Después en el siglo XVII aparecieron los repertorios etimológicos monolingües impulsados por la importancia que iban cobrando las lenguas vivas y se inicia la lexicografía monolingüe europea con los diccionarios de Sebastian de Covarrubias (1611). En el siglo XVIII surgen los grandes diccionarios de la lengua, en el XIX aparecen los diccionarios enciclopédicos, y en el XX se diversifica la producción y aparecen diccionarios generales que incluyen el léxico científico y técnico y las hablas regionales.
La lexicografía moderna bilingüe o
plurilingüe con el español más otra u otras lenguas, arranca con Antonio
de Nebrija en el último decenio del siglo XV. En general los
investigadores coinciden en destacar la originalidad de la labor de
Nebrija al componer sus repertorios, incluso en la parte latina, por más
que se basara en los famosos vocabularios que lo precedieron (Hugucio,
Papias, Johannes). Este ha sido tomado como modelo prestigioso de su
época por toda una serie de lexicógrafos europeos para la construcción
de vocabularios bilingües o plurilingües.
Este es el caso de Iohn Minsheu (1599),
uno de los representantes de una parcela tan importante de la
lexicografía como es la lexicografía bilingüe (Español / Inglés) que
escribió el primer diccionario bidireccional con estas dos lenguas; o
Fray Pedro de Alcalá, representante de la lexicografía bilingüe Español /
Árabe que sigue la tendencia de la época según la cual los autores no
constituyen sus diccionarios de la nada sino que en sus obras se puede
hablar de un plagio encadenado. Su vocabulista arábigo en letra
castellana está considerado como el Nebrija traducido al árabe. Otros
casos son Cristóbal de Las Casas (1570) y Lorenzo Franciosini (1620) en
la lexicografía bilingüe Español / Italiano, Jean Palet (1604) y Cesar
Oudin (1607) en la lexicografía bilingüe Español / Francés. Otro ejemplo
es la lexicografía bilingüe con el español y las lenguas amerindias,
que comenzó con el estudio sistemático de los idiomas más importantes
que se hablaban en la América recién conquistada hacia 1524, año en que
varios franciscanos y jesuitas llegaron a Nueva España. Estos frailes y
misioneros se encontraron desde el principio con el problema de la
comunicación en su trato cotidiano con los indígenas y se pusieron a
elaborar libritos de catecismos, gramáticas y léxicos para poder llevar a
cabo su labor misionera y doctrinal. Entre ellos podemos citar a Alonso
Molina (1555), Fray Maturino Gilberti (1559), Fray Domingo de Santo
Tomas (1560), Pedro de Arenas (1611), Ludvico Bertonio (1612) y Juan de
Figueredo (1701).
Había que esperar hasta el siglo XIX y
XX, sobre todo en la época de la colonización, para ver la aparición de
otros trabajos lexicográficos bilingües en nuevas áreas geográficas y
lingüísticas hasta ese momento desconocidas o ignoradas. Los trabajos
realizados en el Norte de África están hechos no siempre por lingüistas o
docentes sino por frailes, misioneros y militares llevados por la
necesidad de comunicación con los pueblos colonizados a confeccionar
herramientas idiomáticas para facilitar la expansión, la explotación y
la cristianización de los territorios ocupados. Este legado, en el que
se incluyen también los primeros trabajos de dialectología sobre
Marruecos y Argelia, los primeros corpus de literatura oral y las
primeras descripciones de las costumbres, será rechazado después de la
Independencia, considerado por los nacionalistas como un producto bastardo de la colonización.
En la zona de Marruecos, por ejemplo,
podemos mencionar la aparición durante el Protectorado de los
diccionarios de Esteban Ibáñez Robledo, un fraile franciscano de Burgos
(1914) enviado como misionero a Marruecos dentro de las misiones
católicas para ejercer en Rabat, Tánger, Nador y Tetuán. Durante su
estancia se dedicó al aprendizaje del árabe, del rifeño y a preparar el
léxico de sus diccionarios que publicara más tarde a su vuelta a Madrid.
Su primer trabajo fue la publicación del
Diccionario bidireccional Español-Rifeño (1944) y Rifeño-Español (1949),
considerado como una contribución muy importante a la lexicografía
bereber (amazigh) dada la escasez de trabajos dedicados a la vertiente
rifeña en comparación con las estudios existentes sobre las otras
vertientes del bereber (amazigh): Tashelhit, Takbailit, Tamchekt,
sobradamente tratadas por los lexicógrafos como Biarnay, Laoust, Remiso o
Stumme. Este diccionario incluye una introducción en la que se trata la
historia de la berberología haciendo énfasis en las aportaciones de los
franceses, un estudio sobre la fonética bereber, explicaciones sobre el
léxico y notas sobre los cuentos, las formas de narrar y las canciones
populares. Para Antonio Tovar es lo mejor de la lingüística hispano-bereber y para Ramón Menéndez Pidal, el prologuista de este diccionario, es una obra de una gran perfección que demuestra un profundo conocimiento del tema. Esta obra continúa la de un compañero de Esteban Ibáñez, el franciscano Pedro Sarrionandía, Gramática de la lengua rifeña, publicada en 1905 en Tánger.
Entre los antecedentes de la lexicografía
hispano-bereber (amazigh), contamos con una publicación en 1814 de un
repertorio de palabras recogidas por un militar español, espía, arabista
y aventurero llamado Domingo Badía y Leblich, más conocido como Ali Bey el-Abassi,
un apasionado del mundo árabe, de Marruecos y de los bereberes, que se
dedicó durante sus viajes por el Norte de África a recopilar las
palabras corrientes con el fin de profundizar en el conocimiento de la
lengua y la cultura bereberes.
Otro trabajo importante de Esteban Ibáñez
es el diccionario bidireccional Español-Baamraní y Baamraní-Español, el
único vocabulario Español-Tashelhit existente. La obra publicada en
1954 se hizo con la ayuda de un nativo de la región de Ifni Si Ali Ben
Ahmed Ben Ali, quien recorrió con el autor los zocos, cafetines y
tiendas en busca de objetos raros y palabras nuevas. En la introducción
del diccionario, Esteban Ibáñez trata de las diferencias existentes
entre el idioma de los Aít Baámran y el rifeño, compara la fonética y el
vocabulario de los Aít Baámran y los Idau Semlal, pueblo vecino cuya
lengua fue estudiada por E. Destaing. Un mapa nos señala la ubicación de
las diferentes tribus con algunas indicaciones sobre las peculiaridades
lingüísticas de éstas como el bilingüismo de algunas áreas donde se
habla el hasania y el baamrani. En el estudio preliminar se habla de los
investigadores franceses que han estudiado con mucho éxito el idioma
tashelhit.
En Canarias, cercana a las costas de
África y de Marruecos, se ha desarrollado una lexicografía dialectal
canaria muy importante que tiene sus orígenes en los primeros estudios
sobre el guanche de Bory de Saint-Vicent, Berthelot, Álvarez Rixo, Chil y
Naranjo y Millares Torres, el Marqués de Bute y de Abercromby, Juan
Bethencourt Alfonso, Wölfel, etc. A esta corriente cercana a los
planteamientos de Wölfel, que defiende el parentesco entre el guanche y
el amazigh, se sumaron después otros investigadores como Álvarez
Delgado, Rohfls, Pérez Vidal,
Fernández Pérez, Armas Ayala y Jiménez Sánchez, e investigadores de
fuera de las Islas como Vycichl, Giese, Zyhlarz, Marcy, Galand y Sabir.
El resultado es la proliferación de estudios y repertorios sobre las
antiguas lenguas canarias, las variedades dialectales canarias, los
topónimos, los antropónimos. Dentro de esta producción se destacan los
importantes repertorios lexicográficos monolingües realizados sobre el
guanche de Navarro Artiles (Teberite), Martín de Guzmán,
Castejón González, Pando de Villarroya, Pérez Pérez, Osorio Acevedo,
Oliva Tacoronte, Concepción, Mora Morales y Barrera Álamo, etc.
Ahmed Sabir.
Paralelamente se ha desarrollado en las
Islas otra lexicografía bilingüe Español-Amazigh reciente que representa
un esfuerzo laudable como material lexicológico práctico para tender
puentes de comunicación y entendimiento entre las culturas y los pueblos
de esta región del Atlántico, pero pecan de falta de originalidad por
ser meras adaptaciones de otros trabajos realizados en otros países y
traducidos desde el francés por desconocimiento obvio de la lengua
amazigh.
De ahí el interés del diccionario
bidireccional Español / Tashelhit - Tashelhit / Español de Ahmed Sabir,
que radica precisamente en el hecho de que es un repertorio académico y
actual realizado por un nativo de la región del Sus, gran conocedor de
la lengua amazigh y de la lengua castellana. Es el primer trabajo
lexicográfico de esta índole (Español-Tashelhit) realizado en la
actualidad en Marruecos y en toda la área amazighófona.
Se divide en tres partes: una parte
preliminar que incluye una presentación general donde el autor explica
el porqué de este diccionario, del título Taknarit y da
aclaraciones sobre la extensión del trabajo; un mapa geolingüístico de
la distribución del amazigh en el Norte de África; la presentación del
alfabeto Tifinagh en su versión oficial del IRCAM adoptada por
Marruecos; la explicación de una serie de pautas metodológicas en
relación con el sistema de transcripción adoptado a lo largo del trabajo
(Tifinagh-latín Ircam) y los problemas relativos al sistema de entradas
elegido para facilitar y garantizar el uso benéfico del diccionario. La
segunda parte está dedicada al repertorio Español-Amazigh y la tercera
parte al repertorio Amazigh-Español. Entre estas dos partes
cuidadosamente organizadas, tanto en su macroestructura como en su
microestructura, el autor incluye, siempre con la misma preocupación
pedagógica, cinco diálogos ansawal de uso cotidiano a modo de ejemplos
de conversación para los principiantes en una de las dos lenguas.
Partiendo del tashelhit tal como se habla actualmente en las zonas del suroeste de Marruecos, Taknarit
procura presentar al usuario del diccionario el material lexicográfico
más corriente en las situaciones de comunicación de la vida diaria. Sin
perder de vista las ricas experiencias de los lexicógrafos extranjeros
que han tratado esta temática del léxico amazigh en general, Sabir
pretende archivar el estado del léxico amazigh (tashelhit) llano tal
como se usa en el campo y en cualquier ciudad del sur de Marruecos. Por
ello, y con la intención de grabar una fase clave de la oralidad y de la
historia de la lengua amazigh, Taknarit no incluye los
términos o neologismos en boga recientemente adoptados o forjados por el
IRCAM, los cuales aparecerán sin duda en otros trabajos lexicograficos
en gestación.
Taknarit, este modesto diccionario bilingüe,
como lo define humildemente su autor, es una aportación importante a la
lexicología amazigh y a la lexicografía española, muy útil para la
investigación sobre las relaciones entre el amazigh y el español y sobre
el patrimonio cultural común. Este diccionario se suma a los
repertorios lexicales existentes imprescindibles para cualquier
investigador deseoso de estudiar ciertos aspectos de la problemática de
las antiguas hablas de las Islas Canarias. Es también un repertorio
destinado al uso práctico como una herramienta necesaria para los
hispanohablantes interesados en estudiar el amazigh y los
amasighoparlantes interesados en aprender el español.
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