Fuente: La Opinión de Tenerife
José María Iglesias, director del Museo Militar de Almeyda, lleva 32 años en la ciudad y ya la considera su hogar
El coronel José María Iglesias de
Ussel junto al cañón Hércules, que él considera
la joya más importante
del Museo de Almeyda. (Foto: Carsten W. Lauritsen)
Si Horatio Nelson se hubiera tenido que
enfrentar al cañón Hércules en vez de al Tigre en la batalla en la que
cayó derrotado en las costas chicharreras, en 1797, el almirante
británico habría echado en falta seguramente algo más que un brazo. Eso
es al menos lo que considera el coronel José María Iglesias de Ussel y
de Leste, director del Museo Histórico Militar de Canarias. Además cree
que este arma es una de las grandes joyas que se encuentran en este
centro cultural ubicado en pleno barrio de El Toscal, en Santa Cruz, en
el antiguo fuerte de Almeyda.
Este militar nació hace 61 años en
Ferrol por pura casualidad, ya que sus padres se encontraban de
vacaciones en Galicia. Su juventud la pasó en El Aaiún, en el Sahara
Occidental, pero lo cierto es que él se considera un auténtico
chicharrero. En la ciudad de Santa Cruz lleva 32 años y reconoce que es
donde realmente le gusta estar. "Si me sueltan en Galicia no sé muy bien
qué hacer, pero de aquí me encanta todo, sobre todo los guachinches",
sentencia.
Iglesias de Ussel es hijo de militar y
durante su infancia nunca se planteó dedicarse a otra cosa que a lo que
hacía su padre. A los 17 años ya estaba en el cuartel y a los 22 años ya
era teniente. Además, explica, puede presumir de pertenecer a la
primera promoción de militares que hubo durante la Transición.
Pertenece
a la unidad de artillería y dentro de ella ha pasado por las tres
ramas: campaña, antiaérea y costa. Gracias a su vida como militar puede
presumir de haber recorrido gran parte de la geografía española. Ha
estado en Valencia, Bilbao, Sevilla o Cádiz, entro otros muchos otros
lugares. De su estancia en Bilbao destaca, por ejemplo, los numerosos
atentados que perpetró la banda terrorista ETA en el tiempo que pasó
allí.
Cuando José María Iglesias de Ussel finalmente llegó a
Tenerife era capitán y reconoce que desde el primer momento le encantó
este destino. "Hay militares a los que le da el mal canario porque se
agobian al pensar que están en una Isla y no se adaptan", explica el
coronel, que añade que él "en ningún momento" tuvo ese problema. Además,
admite que su familia se encuentra afincada en Gran Canaria y eso
también le animó. En Tenerife encontró, además, a su segunda esposa y en
las Islas han nacido dos de sus tres hijas.
Al fuerte de Almeyda
llegó porque hace 32 años era la cabecera del regimiento de artillería,
aunque su destino real era el Cuartel del Cristo, en La Laguna. Él
estuvo, precisamente, cuando ese espacio fue cerrado. Aunque el museo en
el que ahora trabaja apareció hace 26 años y el regimiento de
artillería abandonó este espacio hace 24, Iglesias de Ussel es director
del centro desde hace un año. Asegura que decidió presentar la solicitud
para dirigir el museo debido a su dominio de la cultura y su
conocimiento del mundo canario. "Le tengo mucho cariño a la historia de
las Islas", sentencia.
Doce meses después de ocupar este cargo,
reconoce que se trata de un puesto en el que "no esperaba que se
trabajara tanto". A pesar de lo que pudiera parecer, no se trata de un
trabajo rutinario y explica que "no me esperaba que este centro tuviera
tantas actividades". Y es que durante este fin de semana pasaron por
este edifico cerca de 500 niños. Justamente estos pequeños forman parte
del público favorito del militar. "Ellos ven más que nosotros y les
gusta escarbar para encontrar el detalle", explica Iglesias de Ussel,
que asegura que aprende él más de estos jóvenes que al contrario.
A
pesar de que los niños son el público más importante, los turistas
también suponen un gran volumen de visitas. "Llevo mal que tan poca
gente conozca un lugar como éste", explica el militar. "Se ve que algo
estamos haciendo mal y no termina de cuajar", reconoce. Uno de los
aspectos que cree que falla es la manía de seguir definiendo este
edificio como un cuartel, puesto que ahora es un museo antes que
cualquier otra cosa.
"El canario desprecia lo que tiene y
prefiere irse fuera a consumir cultura sin ver lo que hay en su tierra",
explica. Por esta razón añade que sería necesario crear "una cultura de
museo" y enseñar todo lo que estos espacios pueden aportar. "En ese
sentido, el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, lo está
haciendo muy bien", opina Iglesias de Ussel.
El Museo Histórico
Militar de Canarias tiene, en opinión del militar, muchas joyas que
pueden hacer atractiva su visita. Más allá de los cañones, él destaca
las banderas inglesas que durante años permanecieron en la Iglesia de La
Concepción de la capital chicharrera. "Mucha gente no cree que sean
reales pero lo cierto es que si no las mostramos, Tenerife está
perdiendo parte de su historia", sentencia el coronel.
Ahora,
José María Iglesias de Ussel también se ha propuesto recuperar las
banderas del regimiento de milicias que durante años se entregaron a
iglesias de toda Canarias. "Son parte de la historia de la defensa de
las Islas realizada por sus propios habitantes", explica. Durante su
estancia en Ifni, en Marruecos, cuando era joven, también descubrió la
importancia del papel que habían jugado los canarios en este territorio.
"No hay un museo en toda España que trate este momento de la historia y
me gustaría darlo a conocer", explica el militar que, más que
Venezuela, considera que la octava isla del Archipiélago es Ifni.
Ya
le quedan pocos años a José María Iglesias de Ussel para jubilarse y no
le gustaría hacerlo sin que antes salga a la luz la investigación que
está realizando sobre el Batallón de la Luisiana, formado por un grupo
de canarios que participaron en la guerra de Estados Unidos contra Gran
Bretaña para conseguir la independencia. Del mismo modo, también le
gustaría sacar a la luz la historia de la Guardia Provincial que en el
siglo XIX y durante unos 40 años, se encargó de realizar las labores de
la Guardia Civil en el Archipiélago. Sin embargo, prácticamente no hay
información sobre este caso.
Aunque se le puede considerar
ciudadano del mundo, José María asegura que cuando se jubile seguirá
viviendo en Tenerife. "Podré disfrutar de la playa de Las Teresitas,
porque no entiendo cómo hay chicharreros que se van de viaje en
vacaciones cuando hay tantas cosas bonitas aquí", concluye.
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