Fuente: Pax Augusta
El territorio de Ifni fue escenario de la última guerra (1957-1958) con campañas militares
planificadas y con bajas en combate del ejército español en suelo
africano. Esta zona del suroeste marroquí fue de administración española
efectiva desde 1934, por un mandato del gobierno republicano de la época al coronel Capaz.
Hasta los meses de abril y mayo de ese año 1934, que se desembarcó en
la aldea de la región que parecía más "habitable" (futura capital
Sidi-Ifni), no hubo presencia española significativa en 400 años.
Se argumentó por parte española derechos naturales de conquista y posesión por datar en época de los Reyes Católicos un enclave de pesquería y tráfico de esclavos, Santa Cruz de la Mar Pequeña,
en los alrededores de esa costa. Pero los indicios históricos, al no
contar con datos arqueológicos, resultaban confusos y algo inexactos.
Además, se pretendía ocupar un enclave cedido hacía más de 70 años por
el tratado de Wad-Ras (1860), casi ya se había renunciado a ello
(por presiones francesas), pero que llevó, irónicamente, 23 años después
(1957) al campo de batalla a soldados de reemplazo (jóvenes de 21 años) del ejército español.
Miembros de un Batallón de Ingenieros en Sidi-Ifni (1958). Foto particular del blog del Teniente Rafael Bentacor
Nos volvemos a situar en 1934, el coronel Capaz con apenas un centenar de soldados españoles y creando el primer Tabor de regulares nativos a los pocos días de establecer su cuartel general en ese villorrio, futura capital Sidi-Ifni, comienza
a delimitar el territorio de la nueva colonia española. Los límites
territoriales estarán muy ceñidos a la presión francesa y la expedición
española tendrá que guiarse más por los tratados de 1912 entre Francia y España,
que delimitan las zonas de influencia de cada uno en Marruecos, que por
el verdadero acuerdo que sí daba derechos de posesión, el mencionado Tratado de Paz y Amistad de 1860 entre España y Marruecos (Tratado Was-Rad, que puso fin a una de las primeras “guerras españolas” en África).
Esa “conquista” del territorio cedido por
Marruecos a España hacía casi un siglo fue un paseo militar. Para ser más precisos, fue una
toma pacífica más parecida al levantar un acta de funcionarios que a la
campaña de unos militares. El periodista Manuel Chaves Nogales, director del periódico
Ahora, y cronista oficial de la expedición del coronel Capaz, lo
confirmaba en sus crónicas de un periodismo ya moderno. Mandaba una
crónica casi diaria (telegrafiada) y su
prosa no sólo era directa y muy informativa, también merecía la
categoría de
literatura de viajes o ensayo naturalista. Magistral resultó su relato
del
desembarco, lo más complicado y peligroso de la ocupación de Sidi-Ifni
fue el
desembarco a tierra del coronel con sus tropas, pues no existe puerto
natural
(ni había artificial) en esa zona y es costa muy abrupta.
El cronista Chaves Nogales sabía captar el
interés de sus lectores. En sus artículos aparece un argumento que en la España
del 34 resultaba aún atractivo y de gran debate entre la opinión pública: los
prisioneros del Desastre de Annual en 1921. Catorce años después de esa matanza de soldados españoles a
manos de rebeldes rifeños, aparecían todavía en la prensa artículos sobre
supuestos prisioneros retenidos como esclavos o cautivos a modo de la época
medieval, como en las guerras entre moros y cristianos. Chaves Nogales era de
los periodistas que buscaban la verdad y no se limitaba a alimentar la leyenda.
Reconoce que su viaje acompañando a la expedición española a Ifni también era
para desmentir de una vez por todas ese mito de los cautivos de Annual,
comprobando su falsedad sobre el terreno.
Es curioso, pero Ifni ya se levantaba en sus inicios como hecho
histórico rodeado de mentiras y mitos. Nada truculento había en esas
tierras en 1934, pero la prensa había montado cierto "espectáculo"
resucitando el trauma de Annual. Es más, los jefes de las cabilas
locales recibieron al coronel Capaz con agrado o con
buenas expectativas, pues el militar español les aseguró que España traería el
bienestar y que desde ese instante les garantizaba protección contra sus enemigos. Y en cierta
manera así fue durante los más de veinte años que trascurrieron hasta los
ataques del Ejército de Liberación Marroquí en 1957. Las gentes
de Ifni colaboraron en construir un territorio colonial que recordaba a
algunas zonas de las Islas Canarias. La capital, Sidi-Ifni, llegó a ser
una elegante y bonita "ciudad de provincias" española.
Sin embargo, en noviembre de 1957, cumplidos ahora 60 años, las hostilidades bélicas marroquíes no fueron
casuales. Incluso, parte de la población ifneña que había convivido aceptando la administración española se alió con los rebeldes del ELM marroquí.
Comenzaba una guerra que no tiene registros de los acontecimientos
desde una perspectiva civil y de memoria histórica. Eso sí, libros y
artículos desde la óptica de la historia militar se cuentan por
centenares. Otra paradoja, historiar una guerra que se quiso borrar de
la historia...
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