Fuente: El Faro de Ceuta
La Guerra de Ifni-Sáhara 1957/58. Tres días después del ataque, el
26 de noviembre se mantenían con bravura los puestos de Tiugsá, Tenin de
Amelu, Mesti, Telata y Tiliulin
Aunque parezca que el ataque del 23 de noviembre de 1957 constituyó
una sorpresa, los hechos demuestran lo contrario, como así consta en los
documentos del Estado Mayor de las Fuerzas militares del África
Occidental Española. El 22 de noviembre los Servicios de Información del
Gobierno de Ifni tenían noticias fidedignas de un inminente ataque,
cuyas informaciones previamente valoradas dio tiempo a que la guarnición
estuviese alerta.
Las tres misiones del Estado Mayor
Fue
a partir del 17 de junio cuando el Estado Mayor del Gobierno de Ifni
cursó las instrucciones para aumentar la vigilancia de la capital y
montar los retenes que serían patrullados aunque resultaban
insuficientes. Con las nuevas directrices del Estado Mayor se llegó a
ocupar militarmente la ciudad de Sidi Ifni, cuyo peso recayó
mayoritariamente en el Grupo de Tiradores de Ifni, con dos tabores de
personal europeo, una sección de paracaidistas y dos radios de 15
vatios.
Orden de Defensa a partir de marzo de 1958.
En lo que respecta a la defensa interior de la ciudad de Sidi Ifni,
esta recayó en el Grupo de Policía de Ifni con las fuerzas de la
guarnición de la plaza y como refuerzo una Batería del Grupo de
Artillería a lomo, de reserva la II Bandera Paracaidista, al mando del
entonces comandante Tomas Pallas Sierra (fallecido de Teniente General),
más dos secciones segregadas. También en dicha defensa interior
contaban con las secciones de automóviles del Gobierno de Ifni.
El
resultado de la operación de defensa de las Fuerzas Militares del
Gobierno de Ifni puede calificarse de una brillante acción defensiva
como lo avala que el enemigo ni por asomo llevó a la práctica la idea de
un ataque directo a la guarnición y pasar a cuchillo a toda la
población como así lo tenían planeado.
Apenas habían
transcurrido tres horas del inicio del ataque cuando el Estado Mayor
pide telefónicamente al Sector Aéreo que un avión “Heinkel” (B-21)
despegue en misión de reconocimiento por el territorio para sobrevolar
los puestos de Tiliuin y Telata al sur, para posteriormente llegar a
Hameiduch y Tabelcut por el norte.
Posteriormente, a
través de un telegrama se solicitaba al Sector Aéreo el envío de otro
avión “Heinkel” para que fuese cargado de bombas dispuesto a despegar al
primer aviso, y a su vez también que al primer aviso tuviesen en alerta
a aviones de transporte para transportar desde El Aaiún a Sidi Ifni a
la VI Bandera de la Legión. Lamentable sería la respuesta del Sector
Aéreo que comunicaba que dicha orden en cuanto al envió de avión
“Heinkel” que dicho Sector Aéreo carece de munición para armar a los
“Heinkel”. Lo más grave es que según pasaban las horas, las noticias que
llegaban de los puestos del interior eran de extrema gravedad.
Caen los puestos
El Cuartel General de Sidi
Ifni el 24 de noviembre era un hervidero en todas las Secciones de
Estado Mayor. No daban abasto con los partes que llegaban y órdenes que
cursaban, pero lo cierto es que con los partes, telegramas y órdenes que
cursaban a 33 Kms. de Ifni en Tabelcut no se tenían noticias. Al día
siguiente, el 25 de noviembre, de Tamucha tampoco se sabía nada, tan
solo que desde el 23 de noviembre habían sido atacados, de Bifurna y
Hameiduch tampoco se tenían noticias ignorando lo que ocurría, teniendo
en cuenta que las guarniciones eran muy reducidas, ya que en Blfurna
eran tan solo siete soldados indígenas y un español del Grupo de
Policía, en Hameiduch eran 10 soldados de tiradores al mando del
sargento José Osorio Ramírez. Ambos puestos sucumbieron heroicamente
ante un enemigo que sumaban varios centenares contra un puñado de
españoles y nativos que no sumaban como Tamucha unos 30 hombres.
Tres
días después del ataque, el 26 de noviembre se mantenían con bravura
los puestos de Tiugsá, Tenin de Amelu, Mesti, Telata y Tiliulin. El
puesto que más bajas había tenido era Telata, pero el caso mas grave era
Tiluin. Las bajas superaban más del Lo por ciento de sus efectivos. El
general-gobernador Mariano Gomez-Zamalloa era pesimista como lo avala el
texto de este documento, “Tiluin situación gravísima. No me extrañaría
que se perdiese. Actuación de sus defensores es verdaderamente heroica”.
Uno
de los puestos que su defensa era imposible era el de Tamucha. Se
trataba de una torre ruina de los portugueses y su finalidad no era otra
que el control de la frontera, el cual carecía de una infraestructura
apropiada para resistir un ataque. Bajo la perspectiva militar no tenia
ninguna condición de lo que se podía denominar como un Puesto Militar,
de hecho y según testigos presenciales que estaban en dicho puesto,
sucedió que tras el ataque cayeron prisioneros y murieron el teniente
Gonzalo Fernández Fuentes, el sargento Isaac Ros y varios soldados.
Excepto los que pudieron huir, el resto fueron hechos prisioneros.
El
triste final de Tamucha era que todos sabían lo que podía suceder y que
el final podía ser fatal. De ello soy testigo cuando hace varios años
en la Patrona de Infantería en el Acuartelamiento del Regimiento
“Tenerife” 49, se me acercó un coronel el cual me dijo que a el lo
relevó el teniente Gonzalo Fernández Fuentes en Tamucha y textualmente
le dijo que en caso de ataque no tenían ninguna escapatoria, ya que la
defensa que se haga será inútil y la profecía así se cumplió, como así
me lo manifestó mi buen amigo defensor de Tamucha (q.e.p.d.) Pelayo Rosa
Viera, el cual con los pocos supervivientes fueron hechos prisioneros,
sufriendo un cautiverio de año y medio en el interior de Marruecos.
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