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SIROCO 18 DE jULIO DE 1967.¿Lo recuerdas?

Cuenta tus vivencias de como lo pasaste y como lo recuerdas despues de 40 y.... pico de años.

Recuerdo el siroco que comentas, fueron los únicos días que pudimos salir en mangas de camisa por el pueblo y recuerdo también que en nuestro cuartel, Bon.Mixto de Ingenieros nos dejaron las duchas libres, pudiéndonos duchar a cualquier hora para dormir por la noche, sacamos las colchonetas a la pista de baloncesto pues en la compañía no se podía estar.

No lo pase mal, tenía un destino estupendo en la Imprenta del Gobierno, con agua a discreción, y dormíamos en la misma dependencia.

Yo pertenecía ala Compañia del Cuartel General y estaba agregado al Depósito de Víveres del Sector, dormíamos en el mismo Depósito.
Me desperté a las seis de la mañana debido al calor y a una extraña sensación, me duché en una manguera, me vestí reglamentariamente y me dirigí al almacén más fresco que teníamos. Como el 18 de julio no había servicio nos dirigimos en camión al aeropuerto donde nos esperaba un avión de víveres que hubimos de descargar y traladar al Depósito, el Depósito de Víveres estaba situado en Tiradores de Ifni nº 1.
La temperatura alcanzada fué de 60º y los días posteriores superior a 40º, nosotros teníamos la manguera y el hielo, que hacíamos con latas de agua y la cámara frigorífica del Depósito y que resultó de gran ayuda para todos los del cuartel que la necesitaron, en especial para el cuerpo de guardia que habían de aguantar el puesto con 60º.
En fin, que os voy a contar que no sepais. Ifni fué lo que fué y lo que hay que recordar son lo sbuenos momentos que nuestro compañerismo nos proporcionaba.
Saludos
Juan Bta. Estopá - Flix (Tarragona)
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Yo estuve en la Legión desde primeros del 68 hasta su entrega en julio del 69. Lo que más recuerdo fue una plaga de langostas, que taparon el sol arrasaron con todo lo verde que había y cómo era chofer, tenia que conducir con el limpia en marcha para apartar del cristal a los bichos. Tenía entonces 19 años y lo pasé fatal. Para postre cuando llevé a los oficiales a su destino los cabrones se despidieron de mi diciéndome que aquél seria nuestro último viaje, porque detrás de aquellos bichos vendrían otros más grandes y nos comerían a todos. Cuando dejé el coche en el garaje, cogí un CETME le metí un cargador, lo escondí dentro de la cama y esperá. Al día siguiente pasada la marabunda, fuy a buscar a los oficiales, y menudo cachondeo conmigo, con el miedo que pasé.