Trabajando en mi archivo fotográfico para intentar poner cierto orden, suelo encontrar imágenes que, sin poder evitarlo, me roban un montón de tiempo por la cantidad de recuerdos que la acompañan, pero también por una carga simbólica que hace volar mis pensamientos y mi imaginación. Me sucedió cuando llegué al archivo de Marruecos, en concreto a la ciudad de Sidi Ifni.

En el corazón “noble” de la ciudad se levanta una plaza junto a la que se sitúan algunos edificios importantes, tanto en tiempos de la colonia española como hoy en día. En lo que fue la sede de la gobernación española, o la Pagaduría, completamente en ruinas, aún se levanta el escudo preconstitucional español. Estas fotos están tomadas en febrero de 2005 y aún no se hablaba en España de la Ley de memoria histórica. Supongo que el escudo continuará allí, lo mismo que algunas placas de calles y otros símbolos de la colonización española bajo la dictadura de Franco.

Lo mejor de Sidi Ifni es que, a primera vista, no hay nada en ella que la convierta en un lugar turístico. No es un lugar pintoresco y aún guarda parte de su espíritu cuartelero. Aunque eso es algo que también de da en algunos lugares de España. Para llegar a Sidi Ifni hay que desviarse, no está de paso. Le rodea el desierto y su playa no es hermosa, y para lo surferos sus olas son mediocres. No tiene un zoco atractivo, ni medina, ni narradores de historias profesionales. Por fortuna, Sidi Ifni es algo más interesante que todo eso, porque charlando con su gente (el español aún es una buena herramienta allí) y viviendo su hospitalidad, uno puede encontrar sus propias fuentes de información para saber algo más sobre cómo fueron y cómo son las relaciones con nuestro vecino del sur. ¿Y sobre cómo serán? Nadie sabe eso. Por mi parte espero que vayan bien, porque Marruecos es un gran país. Aunque la situación en la que viven la mayoría de sus habitantes no es fácil y dista mucho de ser normal para nuestros parámetros.

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