Cincuenta años después
Manuel Jorques Ortiz
Escrito por Manuel Jorques Ortiz   
miércoles, 20 de octubre de 2010

Un reencuentro esperado

La mera curiosidad o, tal vez, la añoranza, cuando se van a cumplir cincuenta años desde que a un pequeño grupo de alicantinos (Caja de Reclutas nº 30) nos tocó la lotería de ir a prestar el servicio militar obligatorio en las Fuerzas de Policía de Ifni (la Policía Indígena, europeizada a partir de 1.957), me han llevado a intentar averiguar que les había deparado la vida, tras la licencia, a aquellos otros seis compañeros con los que compartí viaje de ida (y de vuelta), Campamento e incluso algunos Compañía y análogo puesto.

Como no mucho después de la licencia fui destinado a Barcelona en mi calidad de funcionario estatal, y en Cataluña viví durante veinticinco años, perdí el rastro de los amigos y compañeros (excepto el de Jaime Juan Cremades) y al intentar retomarlo me encontré que, en el año 1.993, había fallecido uno de ellos: ANTONIO JALÓN CANDELA.

Antonio Jalón Candela

Antonio, el más bajito.
Antonio, el más bajito.

Antonio y Jaime (ambos en la foto tomada en el hoy desaparecido Cuartel de Infantería de Benalua-Alicante, el 17 de Marzo de 1.961) eran conocidos y amigos, vecinos de la ciudad de Elche, y pertenecientes al gremio de los "zapatos", en el que Jaime desempeñaba funciones administrativas mientras que Antonio (conocido también por "El Colorado", por la rojez de la tez) era un artesano de la piel.

El día de la jura Antonio continúa siendo el más pequeño.
El día de la jura, Antonio continúa siendo el más pequeño.

Tras el duro Campamento de cuatro meses de duración, en el que traté día sí y día también (estábamos en la misma chabola) a Antonio Jalón, nos distanciamos al ser destinados a diferentes Compañías, ya que yo fui a la Mixta mientras él pasaba a la Local (ambas de la Policía).

Antonio, vestido de gala.
Antonio, vestido de gala.

Aquel largo año en la Compañía Local, entre botas, polainas, cartucheras, cintos y demás prendas de cuero, con sus pequeños "negocios" de arreglos de zapatos y las muchas horas libres, no le fueron demasiado bien al amigo Antonio. Se inició (si es que ya no lo llevaba encima) en el vicio de la bebida, y en Sidi Ifni era abundante y barata (excepto el vino que era malo y caro). No había momento y ocasión en que nos encontráramos que fuera inoportuno para "hacernos un chorro" (casi siempre de coñac), conducta que le acompañó de regreso a la vida civil, según pude comprobar en las veces que nos vimos –en Elche- tras la licencia.

Lo cierto es que Antonio falleció prematuramente dejando un par de hijos, que su viuda volvió a casar y que su recuerdo ha quedado diluido en el tiempo. Ocasionalmente resurge su nombre y figura al ser mentado por los compañeros. Momentáneamente su figura se agiganta para volver a caer en el olvido. Aquel policía chiquito de estatura pero grande de bondad y compañerismo ha quedado en mi retina con su uniforme color garbanzo y la insignia con el camello de Ifni prendida en el mismo.

Manuel Javaloyes Escolano

Manuel Javaloyes de uniforme.
Manuel Javaloyes de uniforme.

Es duro tener que continuar el relato para constatar que otro de los compañeros de entonces también ha fallecido. En este caso se trata de MANUEL JAVALOYES ESCOLANO, notable maestro albañil (pese a sus 21 años de edad) al que pronto le echaron la vista encima los jefes. En el campamento pudo eludir muchas horas de dura instrucción para dedicarlas a su oficio en el que no era un hombre rápido ya que tardó casi cuatro meses en rematar la construcción de una gran media luna y estrella en el centro del perímetro cuartelero. La obra fue perfecta en todos sus detalles y supongo que los reclutas posteriores a nosotros debieron admirarla.

Javaloyes, agachado, es el de la izquierda.
Javaloyes, agachado, es el de la izquierda.

Tras la licencia le perdí la pista que recuperé en el año 1.981 cuando al comprarme un chalet en El Altet y tener que hacer unas obras de reforma recordé que Javaloyes era de esa pedanía ilicitana y albañil (lo que yo necesitaba). Durante un par de años me fue haciendo diversos trabajos y después mantuvimos una relación de compañerismo. Pese a que era un hombre de fuerte constitución enfermó gravemente (algo hepático, según creo) que le hizo pasar por un trasplante y por unos últimos años de postración hasta que hace unos meses falleció.

Los amigos de la mili fuimos representados en su entierro por el "Cabo Cremades", y todos lo recordamos como una buena persona y un buen profesional. Los que estuvimos destinados en la Compañía Mixta aún tuvimos la suerte de verle construir otra estrella y media luna en el patio central del Cuartel (con su habitual lentitud y la colilla del cigarro en la comisura de los labios). No cabe duda de que su obra artesanal del campamento llegó a conocimiento del capitán Castilla que le hizo venir destacado desde la Compañía Local, y con su parsimonia habitual le cogió la licencia al mismo tiempo que el fin de la obra ¡Lo calculó bien!

A raíz de la muerte de Manolo Javaloyes, su viuda e hijos me han facilitado algunas fotografías de su estancia en la Policía de Ifni, que voy a intentar colocar y comentar.

Día de la Jura de Bandera (14 de Mayo de 1.961).
Día de la Jura de Bandera (14 de Mayo de 1.961).
De "excursión". Abril de 1961.
De "excursión". Abril de 1961.

Esta fotografía corresponde al día de la Jura de Bandera (14 de Mayo de 1.961). Javaloyes es el del centro de los agachados. En el extremo derecho (de pie, algo separado) está otro alicantino (Modesto Jara).

Durante el periodo de reclutas los jefes solían llevarnos a los policías a unas agradables "excursiones". En esta, que puede fecharse sobre el mes de abril de 1.961, Javaloyes es el cuarto de los agachados, empezando por la izquierda. Destaca el sargento Blanco y el instructor. Al lado del sargento está el "cabo Cremades" y la cabeza que se ve entre ambos es de Modesto Jara Sánchez. Puedo reconocer también al alto y fornido Agapito, así como a Manuel Artés Marín (de Almería), Eduardo Jardí Besa (de Barcelona), y un grupo de valencianos cuyos apellidos empezaban por "R" y entre los que estaban Rosa, Rosado, Rosales, Ros y Rosaleny.

Javaloyes, a la izquierda, y Antonio Jalón, a su derecha.
Javaloyes, a la izquierda, y Antonio Jalón, a su derecha.

Esta fotografía está tomada en el campamento de Reclutas, en Mayo de 1.962, cuando los veteranos fuimos invitados a una comida tras la Jura de Bandera de los nuevos policías. En esa especie de "danza" se hallan entrelazados ambos compañeros fallecidos: Javaloyes, a la izquierda, y Antonio Jalón, a su derecha. Como se puede comprobar, pese a la gran dureza de aquella mili, la alegría juvenil no decaía. Cualquier ocasión era buena para demostrarla. Y la Jura de nuestros "hijos" nos acercaba a la ansiada licencia tras quince meses ininterrumpidos en el territorio africano.

Aquel campamento lo habíamos construido nosotros, los quintos que llegamos en marzo de 1.961. Hubo que limpiar el terreno de matorrales espinosos y de piedras, muchas piedras. A esa labor nos dedicábamos los 300 reclutas desde las 6 (toque de diana) a las 7 de la mañana, bajo la atenta mirada de los instructores, que nos obligaban a no levantar la vista (ni el espinazo) del terreno. Y cuando iban faltando las piedras, la recogida era de colillas, papeles o cualquier otro elemento extraño.

En estas tres fotografías se puede observar el grado de evolución del recluta, al veterano entre dos policías nativos vestidos de gala, y formando parte del desfile de una compañía de policía por las calles de Sidi Ifni.

 
El recluta Manuel Javaloyes.
El recluta Manuel Javaloyes.
El veterano Javaloyes entre dos policías nativos vestidos de gala.
El veterano Javaloyes entre dos policías nativos.

 
Desfile de una compañía de policía por las calles de Sidi Ifni.
Desfile de una compañía de policía por las calles de Sidi Ifni.

Jaime Juan Cremades

El Cabo Cremades.
El Cabo Cremades.

Con quien siempre tuve una fluida y continua relación fue con JAIME JUAN CREMADES (el cabo Cremades). Nos conocimos el primer día de concentración en el cuartel de Alicante, fuimos juntos en el tren que nos llevó hasta Málaga, y juntos permanecimos en las bodegas del barco "Poeta Arolas" que nos llevó frente a la costa de Ifni.

Incluso nos tocó subir al anfibio que nos trasladaría desde alta mar a la playa, y de allí al campamento, la misma chabola, y tras finalizada la instrucción a la misma compañía (la Mixta de la Policía), en donde nos dieron los galones de cabo y tuvimos cómodos destino de oficina, aunque sin quitarnos el uniforme ni dejar el armamento. No hay que olvidar que Sidi Ifni era una ciudad sitiada por Marruecos desde 1.958, y que así continuó hasta que nos "dieron la patada" por conducto diplomático el 30 de Junio de 1.969.

En el campamento.
En el campamento.

El cabo Cremades fue una institución en la Mixta. Un furriel modélico (solo admitía reclamaciones de los "amigos"), amable, diligente, estimado por compañeros y superiores... Era el único capaz de beberse un porrón con un litro de vino (¡mejunje infernal, todo química!) sin un segundo de reposo. Cuantos le desafiaron en tan bello "deporte" fueron siempre vencidos.

En la Mixta.
En la Mixta.

Su vida posterior a la licencia ha transcurrido entre zapatos, y ha sido un gran contable y administrador en las empresas de Elche para las que ha trabajado. Hoy está jubilado y aunque le falta media pierna (amputada por enfermedad) corre más que todos nosotros y no se pierde ningún acontecimiento que afecte a Ifni y a nuestro servicio militar.

El Cabo Cremades durante la I Asamblea de AVILE en octubre de 2010.
El Cabo Cremades durante la I Asamblea de AVILE en octubre de 2010.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Modesto Jara Sánchez

Tengo ahora la obligación de traer a los "papeles" a otro de aquellos siete alicantinos que dimos con nuestros huesos (y nunca mejor dicho, pues estábamos francamente delgados todos) a la Policía Indígena de Ifni. Se trata en esta ocasión de MODESTO JARA SÁNCHEZ, natural y vecino de Benejuzar, quien por una coincidencia de parecido físico con otro policía de la quinta anterior, también de la Vega Baja del Segura, apellidado Torrecillas, por ese nombre fue conocido durante el Campamento.

El bueno de Modesto, notable "cantaor" flamenco para deleito de los compañeros, durante el periodo de instrucción sufrió la persecución del sargento Blanco y del cabo 1º Rey. Se emplearon con dureza rayana en la crueldad y fue objeto de golpes y arrestos por el motivo más nimio, aunque nunca le borraron la sonrisa y el gesto alegre que ha mantenido hasta la fecha. El último día que nos vimos (en la Asamblea y comida de la Asociación el 2 de Octubre) consiguió que la alcaldesa de Alicante se fotografiara con su grupo de Veteranos.

Modesto era un jornalero agrícola cuando fue llevado a Ifni y allí le dieron una capa de barniz policiaco para ejercer funciones de agente de la autoridad y mantener el orden público en la ciudad de Sidi Ifni: Durante las horas diurnas armado con una pistola y una porra de caucho, y por las noches con un fusil y cuatro bombas de mano, sin olvidar las patrullas montado a caballo por la demarcación marítima.

 
Creamdes y Modesto en día de su Jura.
Creamdes y Modesto en día de su Jura.
Cremades y Modesto un año después.
Cremades y Modesto un año después.

Aquí podemos ver al cabo Cremades y a Modesto en dos fotografías que tienen un año de diferencia. En la primera (izquierda) están preparados para la Jura de Bandera propia mientras que a la derecha, ya veteranos, están celebrando la Jura de los reclutas, durante la comida extraordinaria ofrecida en el campamento a todos los policías libres de servicio.

Tras la licencia perdimos el contacto e incluso el rastro de Modesto. Muchos años después supimos que fue emigrante a Francia, que volvió sin un céntimo ahorrado, que se casó y tuvo un par de hijas... A esa información llegamos los amigos por un conducto inesperado. Ya he contado que al cabo Cremades le amputaron un trozo de la pierna derecha, y estando hospitalizado en Elche, el enfermo de la cama de al lado resultó ser de Benejuzar y conocer a Modesto. Tirando de ese hilo pudimos reencontrar al amigo y compañero que había pensado seriamente en dirigirse a un programa televisivo en busca de los amigos de la mili.

La alegría fue tan grande como la bondad del amigo perdido en la lejanía de los tiempos y desde entonces el vínculo se ha venido reforzando día a día.

Juan Miguel Jiménez García

En el Campamento de Reclutas.
En el Campamento de Reclutas.

De la Vega Baja, en este caso de Daya Nueva, es JUAN-MIGUEL JIMENEZ GARCIA, agricultor con terrenos propios, tractorista, industrial cosechero que con sus máquinas trilladoras ha acudido, año tras años, a las tierras de Aragón.

En la mili ya tenía conocimientos mecánicos pues consiguió "enchufarse" en la compañía Mixta como ayudante de la cuba de suministro de agua, y más adelante como conductor de camión y de lo que se terciara. Él, y el gallego Murga, eran los mejores de la Unidad.

En la fotografía puede apreciarse como era el campamento de la Policía de Ifni al llegar los primeros reclutas. Aun no se habían montado las tiendas de campaña y ya exigían un afeitado perfecto. Juan Miguel, mirando a la cámara, me está sosteniendo el espejo de mano mientras me rasuro.

En las cocheras.
En las cocheras.

No es necesario insistir en la dureza de aquel periodo de reclutas que se prolongó durante cuatro meses aquel año de 1.961, y que para los "destinos" tras la jura de bandera (el 14 de Mayo) tuvo un plus añadido de penosidad ya que los mandos pensaron (con razón) de que nos íbamos a salvar de muchos servicios, y a lo largo de dos meses (finalizamos el 19 de Julio) nos adjudicaban todas las patrullas nocturnas por el poblado indígena, con lo que nos eran sustraídas muchas horas de sueño. Afortunadamente éramos jóvenes y lo pudimos resistir.

Una vez en la compañía Mixta, Juan-Miguel se pegó como una lapa al moro larguirucho, conductor del camión cuba mercedes, y después del desayuno y el arranque de los vehículos, que en muchas ocasiones tenía que llevarse a efecto a fuerza de empujones, ya que el parque automovilístico que teníamos era una auténtica birria, desaparecía hasta la hora del rancho, y las tardes solía pasarlas en la cantina o en el dormitorio, aunque sin descuidar todos los servicios cuarteleros que los 40 policías destinados en la Mixta tenían que efectuar. Y encima, en los primeros días del mes de enero de 1.962, la compañía pasó a denominarse Grupo Mixto y el mando se le dio al recientemente ascendido comandante Castilla, que le dio por hacer obras y más obras, en las que tuvimos que participar todos, sin distinciones (excepto los jefes, claro está).

Enmarcados.
Enmarcados.

Como las obras afectaron al dormitorio, la tropa tuvo que ser alojada en las cocheras de los camiones (arriba) y se elaboraban "cuadros" como el de la foto de abajo, en la que Juan-Miguel es el primero por la derecha, enmarcado conmigo (llevo gafas de sol), Carlos Cubos y el "Quillo" (también con gafas), un bonito retrato.

Durante muchos años nos perdimos la pista hasta que, tras el reencuentro con Modesto, pudimos un día reunirnos cuatro de los amigos en un restaurante que regenta una de las hijas de Juan-Miguel, la que nos tomó la siguiente fotografía:

Reencuentro de los cuatro amigos.
Reencuentro de los cuatro amigos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Ismael Jara Monzó

Por una de esas afinidades que los seres humanos tenemos pero que no somos capaces de explicar, en el tren que nos llevaba de Alicante a Málaga a los reclutas de 1.961, con destino a Ifni, se unió al pequeño grupo, a esa célula inicial de la amistad, ISMAEL JARA MONZÓ, de la vitivinícola comarca del Vinalopó (Pinoso).

De pie: José López, Antonio Jalón Candela (fallecido) e Ismael Jara Monzó. Sentados: Manuel Jorques y el futuro Cabo Creamades.  Málaga, marzo de 1961.
De pie: José López, Antonio Jalón Candela (fallecido) e Ismael Jara Monzó. Sentados: Manuel Jorques y el futuro Cabo Creamades. Málaga, 19 de marzo de 1961.

En esta añeja fotografía que nos hicieron en Málaga el 19 de Marzo de 1.961, de izquierda a derecha están José López, destinado a Tiradores, y a quien tras la licencia no he vuelto a ver nunca más, Antonio Jalón Candela (fallecido) e Ismael Jara Monzó. Sentados en el suelo estoy yo y a mi lado el futuro cabo Cremades.

Ismael era músico en la banda de su pueblo y en su equipaje se llevó la trompeta con la que tocaba. En el campamento fue el cornetín de órdenes, lo que le valía en muchas ocasiones eludir parte de la instrucción militar. Claro que eso era cuando estaban los oficiales, tras los que iba como un perro faldero, pero en el momento en que se iban los jefes, los subalternos le hacían sudar como a todos. Eso sí, en la chabola nº 2, donde él estaba, los conciertos de trompeta en los ratos libres resultaron muy "sonados".

Actualmente Ismael esta jubilado, recientemente operado de cataratas, y ha engordado algo. Pero continúa con el mismo espíritu alegre y juvenil de siempre, del que hizo gala durante muchos años en la Banda "Los Claveles" de Alicante, con la que recorrió toda la geografía provincial.

 

 

 

El reencuentro

Aquí estamos los cinco supervivientes de los siete que la Caja de Reclutas de Alicante destinó a las Fuerzas de Policía de Ifni en Marzo de 1.961: De izquierda a derecha, Juan-Miguel, el narrador, el cabo Cremades, Modesto Jara, y en primer término, Ismael Jara. Como se observará, la "J" (no la aragonesa), unió a siete reclutas que el pasado día 2 de Octubre de 2.010, gracias a la Asociación de Veteranos del Levante Español pudimos volver a reunirnos. Y digo bien ¡siete! Los dos que faltaron físicamente estuvieron presentes en nuestro recuerdo.

Juan Miguel, Manuel, Cremades, Modesto e Ismael, durante la I Asamblea de AVILE. 2 de octubre de 2010.
Juan Miguel, Manuel, Cremades, Modesto e Ismael, durante la I Asamblea de AVILE el 2 de octubre de 2010.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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