El Marqués de Comillas
Artículos digitales
Escrito por Antonio Tomás Bermejo Rodríguez   
jueves, 16 de abril de 2015

Fuente: AVILE

Mi compañero Domingo Bernardo Miranda y yo salimos de casa el día 4 de marzo de 1959 para reunirnos en la caja de reclutas, también llamada "La Zona". Allí nos entregaron la cartilla militar con el destino. A mí me tocó "Intendencia de Sidi Ifni" y a mi compañero "Sanidad Militar de Sidi Ifni". Nos contentó mucho el ir al mismo sitio.

En aquel lugar nos reunimos 85 compañeros, unos con destino a Ifni y otros al Sáhara. En la llamada "La Zona" conocí a Celestino Baraja Mateos de Casasola de Arión, a Francisco Asensio de Gallegos de Hornija, a Jesús Beato de Velliza, a Pablo Bernardo Blanco y Félix Bernal Vélez de Villanueva de San Mancio aunque este último era residente en Madrid y nos hicimos amigos para toda la mili. El resto de quintos del grupo eran de Valladolid y de su provincia como yo que soy de Tordesillas.

El Marqués de Comillas.
El Marqués de Comillas.

A las tres de la tarde nos llevaron a la estación a los 85 que éramos y nos subieron a un tren donde recuerdo que los asientos eran de dura madera. El tren arrancó y no paró hasta llegar a Ávila para recoger a otros 60 mozos cuyo destino era también aquellas lejanas tierras africanas. A las 9 de la noche llegamos a Madrid, a la Estación del Norte y nos alojaron en el cuartel de María Cristina. Recuerdo que por la noche se organizó una tremenda batalla campal entre abulenses y vallisoletanos tirándonos almohadas unos a otros. La verdad es que estuvimos toda la noche de juega.

A la mañana siguiente, a las 8 en punto, salimos del cuartel de María Cristina y maleta en mano fuimos andando hasta la Estación del Sur donde nos embarcaron en el tren al grupo de Valladolid, al de Ávila y un nuevo grupo de mozos de Madrid. El tren iba parando en las principales estaciones para ir recogiendo a los quintos. El trayecto duró dos días y parábamos a desayunar, comer y cenar donde unos camiones militares nos llevaban el rancho caliente. Recuerdo paradas en la ciudad de Úbeda, Córdoba y Sevilla para recoger a más compañeros hasta que el tren cargado hasta los topes de futuros militares arribó a su destino: La ciudad de Cádiz.

Antigua estación de Cádiz.
Antigua estación de Cádiz.

Durante cuatro días estuvimos hospedados debajo de los graderíos del campo de futbol Ramón y Carranza que, según recuerdo, estaba muy limpio. Cuántos de los que fueron al Grupo de Tiradores de Ifni se estuvieron acordando de lo bien que se estaba allí.

Salíamos a comer a la puerta del estadio, y tras haber comido envolvíamos el plato con una hoja del periódico y lo dejábamos en un bar que había allí cerca.

Estuvimos visitando las principales calles de la ciudad, la Catedral y nos empapamos del murmullo que había en la ciudad hasta que por fin nos asomamos a ver el inmenso océano, que a muchos de los que allí estábamos nos causó una grata e inmensa impresión porque era la primera vez que lo veíamos y era donde teníamos que embarcar hacia nuestro destino. Una de las cosas que más nos gustaba era dar paseos por Cádiz y frecuentar aquellos bares y "freidurías" donde nos servían unos chatos de vino blanco (muy bueno por cierto) y un trocito de pescado por una peseta. Después solíamos regresar en el tranvía hasta el bar donde habíamos dejado el plato. Allí nos tomábamos un café que ya nos servía de cena. Nos uníamos al gran grupo que había salido a cenar y todos para adentro. Así pasamos los inolvidables cuatro días que pasamos en Cádiz.

Después de que subiéramos al barco "El marqués de Comillas" y pasáramos 4 días con sus 4 noches, llegamos a las Palmas de Gran Canaria donde se bajaron la mitad. Después el barco continuó hasta Tenerife donde bajamos el resto.

La trama de este relato continua en la entrada "Desembarco en Ifni" que publiqué en esta web el año pasado.

Un abrazo para todos los que pasasteis por Ifni y Sáhara.

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