Fuente: El Confidencial

Rabat, 10 abr (EFE).

Un tribunal de Agadir (sur) condenó hoy a 18 personas a penas de entre un año y medio y siete meses de prisión por los graves disturbios de Sidi Ifni en junio del año pasado, aunque sólo cuatro de ellos deberán permanecer recluidos.

Según informó a Efe Lucille Daumas, responsable de la ONG Attac en Marruecos, la sentencia ha sido recibida como "una victoria" por los habitantes de la ciudad de Sidi Ifni, que temían que las penas fuesen mucho más duras, dada la gravedad de los cargos.

"Con esta sentencia, las autoridades alivian la presión que se vivía en Sidi Ifni sin perder la cara", señaló Daumas.

La mayor parte de las penas impuestas por la sala de lo Criminal del Tribunal de Apelación de Agadir en el macrojuicio contra 22 personas ya han quedado cumplidas después de que los inculpados hayan pasado ocho meses en prisión.

Los hechos se remontan al pasado 7 de junio, fecha en que se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas del orden y jóvenes desempleados que bloquearon el puerto de la localidad meridional de Sidi Ifni para pedir trabajo y que parte de la producción pesquera del lugar, uno de sus escasos recursos, se quedara allí.

Los únicos que deberán purgar todavía parte de su condena en la cárcel son Mohamed Isam y Zinelabidin Radi, sentenciados a 18 meses de prisión firme, mientras que Zakaria Rifi y Hasan Agharbi han sido condenados a 12 meses de prisión firme.

Sin embargo, la mayoría de los condenados, que recibieron con alborozo el veredicto del tribunal leído a primera hora de la mañana tras un día entero de sesión judicial, quedarán en los próximos días en libertad condicional.

Todos ellos estaban acusados de "constitución y dirección de una banda criminal, insultos a funcionarios, destrucción de instalaciones industriales, obstáculos a la circulación" y, entre otros cargos, "agrupamiento armado".

Asimismo, el tribunal absolvió a tres imputados y condenó a pagar una multa de 1.500 dirham (135 euros) a la única mujer del grupo, Jadiya Ziyán.

Con esta sentencia se pone fin a uno de los capítulos más tensos y problemáticos de los últimos años en Marruecos, que amenazó con quebrar la paz civil en todo el Estado.