Fuente: La Provincia
Un paracaidista y un ATS que vivieron el
conflicto y abandonaron la colonia española en África, tras ser
entregada a Marruecos, recuerdan en la ULPGC cómo fueron sus vivencia.
Pepe Guerra en Sidi Ifni, en 1957. | fedac
Estudiantes de la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y militares veteranos fueron testigos
ayer de una sesión de historia oral protagonizada por Francisco Aznar y
Francisco Mérina Maldonado, dos españoles que en el ámbito militar y
civil, respectivamente, estuvieron entre los últimos efectivos de España
en el territorio de Ifni cuando en 1969 fue entregado a la soberanía
marroquí.
Ambos también habían sido protagonistas, cada uno en
su papel, en el conflicto armado que enfrentó a España con Marruecos en
la Guerra de Sidi-Ifni (octubre de 1957-abril de 1958) por el control
del territorio de Ifni y Villa Bens-Tarfaya.
Aznar y Mérida Maldonado participaron
ayer en la mesa redonda La presencia española en IFNI, que organizó el
Aula de Estudios Sociedad-Ejército General Ignacio Pérez Galdós del
Vicerrectorado de Cultura, Deporte y Atención Integral de la Universidad
grancanaria.
El conflicto, conocido como la guerra ignorada o
la guerra olvidada acabó manteniendo la soberanía española en ese
territorio, uno de los que formaban "las espaldas" de Canarias, según
Francisco Quintana, profesor del Departamento de Ciencias Históricas de
la ULPGC, que ayer ejerció de moderador en este debate.
El
saldo de los combates fue cruento para apenas seis meses de lucha
armada: 852 bajas, entre muertos (unos 200), heridos y desaparecidos, en
la parte española. "En el otro bando los estragos fueron mayores",
según Quintana.
Como ayer se recordó, España apenas ejerció su
soberanía allí durante 34 años, ni la mitad de los casi 75 que tuvo en
derecho después de que el sultán de Marruecos Mohamed IV en 1860, en
virtud del Tratado de Wad-Ras, cediera ese territorio al dominio
hispano. La presión francesa, que tenía fuertes intereses en la zona
como las otras grandes potencias, hizo que el Gobierno de la II
República en 1934 hiciera efectiva esa soberanía.
Francisco
Aznar, uno de los participantes y supervivientes del conflicto bélico,
era entonces sargento de ingenieros del cuerpo de Paracaidistas.
Participó
en el segundo salto de combate para tomar la cabila de Erkún, en la
denominada Operación Pegaso, que tenía como objetivo ampliar el
perímetro defensivo de Sidi-Ifni.
"Recibimos la orden y
marchamos para allá 7 aviones Junker", relató ayer recordando un salto
de guerra que no tuvo incidencias. "Cuando nos elevamos vimos a dos
destructores en el mar, junto a Sidi Ifni, que habían bombardeado ya
algunas posiciones. Una vez en tierra, nos dedicamos a nuestro trabajo
de radiotelegrafistas".
Aznar evocó también su niñez en
territorio africano. "Me crié en Ifni desde los 12 años. Recuerdo cómo
jugábamos los niños españoles y los árabes, sin problemas. Y la escuela,
en la misma nave con el profesor español y el árabe. No entiendo por
qué, si el ambiente era tan cálido y cariñoso por parte de los españoles
hacia ellos, después se enfrentaron a nosotros", confesó.
Cuando
acabó la guerra, Aznar continuó en Ifni hasta que la dominación
española cesó, en 1969. "Nos retiraron en un barco de guerra. Llegamos a
Las Palmas y estuvimos varios meses en La Isleta y, después, otros en
Las Rehoyas".
También se quedó en la entonces colonia española hasta el final Francisco Mérida Maldonado, que arribó a Sidi-Ifni en 1956.
Soltero
y procedente de Melilla, ayer narró su primera impresión al llegar a
esa ciudad africana desde Tetuán, tras toda una noche de viaje. "El
trayecto fue muy largo y cuando la vi me causó una mala impresión. Tanta
que me fui a preguntar cuándo salía el siguiente autobús de regreso.
Pero me dí un tiempo y, desde entonces, no pasa un día que no recuerdo
Sidi-Ifni. Le tengo un cariño especial".
En sus primeros meses
en el territorio Mérida Maldonado tuvo frecuentes idas y venidas del
hospital a centros de salud, y travesías en el desierto para cubrir la
demanda de sus servicios como enfermero.
En uno de esos viajes
le sorprendió el asedio a Tiliuin, en noviembre de 1957. "Lo pasamos
mal. La población civil tenía pocos recursos salvo los que llegaban en
avión precisamente desde Las Palmas. Los militares estaban mejor
provistos y gracias a que tenía algunos amigos en el Ejército pude
superar la situación".
Este enfermero vivía solo y sin familia
pero en 1958 se casó con una joven nacida en Ifni pero de padres
canarios. Tras la salida de España de Ifni, se vino con ella a la isla y
aquí echó raíces.
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