Fuente: AVILE
La nochebuena del año 1959 resultó una cena demasiado fría. Este año se
cumplirán los 59 años de esas navidades en Ifni.Sería difícil no
recordar la cena que nos dieron, en la nochebuena de aquel año en Ifni.
Fue una cena fría y silenciosa consistente en una gallina en una bolsa
de plástico entera y congelada para cada uno, que no tenía más que
huesos. Tuvo lugar en el comedor que inauguramos el día quince de
octubre, día de nuestra patrona Santa Teresa.
Aquel comedor se
hizo con el esfuerzo de todos mis compañeros y se mantuvo operativo para
que lo disfrutaran nuestros compañeros durante diez años más, hasta que
se cedió aquel territorio que tanto deseaban Mohammed V y el ejército
de liberación mandado por su hijo Hassán II.
Tomás Bermejo en su particular 'foto-tarjeta de navidad'
Mucho mejor recuerdo tengo del último
día del año, día de San Silvestre. Aquel día bajamos hasta la playa a
por un camión de gravilla y despedimos el año bañándonos por la tarde.
En la cena de ese día puedo decir que se
extendieron un poco más que en la cena de nochebuena. Nos sirvieron
unas patatas con bacalao con un trozo que se salía del plato, regado con
aquel vino tan malo que llevaban de las Islas Canarias. También nos
proporcionaron una botella de coñac para cada seis que bebimos con gran
armonía pensando que al año siguiente estaríamos con nuestras familias
comiendo el turrón.
Esa noche estuvimos cantando hasta las
doce, porque a los cabos primeros que teníamos los llevaron para
Melilla. Como eran tan malos, su partida resultó lo mejor que nos pudo
pasar pues nos quedamos tan a gusto sin ellos. Qué a gusto nos quedamos
cuando se los llevaron all sitio donde pertenecían pues fueron llevados a
aquel territorio cuando estalló la guerra de Ifni, dos años antes.
Mientras tanto, en los almacenes de
Intendencia, seguían almacenados los polvorones y las pastas que se
habían recibido gracias a los donativos de España para sus soldados y
que cada día se ponían más rancios.
También, en el patio de Intendencia
había un camión de cajas de botellas de vino, todas ellas vacías de
contenido y creemos que fueron los jefes los encargados de vaciarlas y
eso de que algunas fueron para los soldados no puedo más que ponerlo en
duda. El vino era de la Cooperativa Bodega de la Seca, de Valladolid, y
la marca de vino, el famoso “61”.
Uno de los malos recuerdos que alojo en
la memoria era la prohibición de echar piropos a las chicas que pasaran
cerca de nosotros.
Las tardes de los domingos solíamos
pasarlas en el zoco, en el bar El Tamadaba, y en otro bar al que iban
mucho los vascos, ya que lo regentaba un señor llamado Balandro, que por
las mañanas estaba de maestro en la panadería de Intendencia.
Las tardes de los sábados íbamos al cine
Avenida a ver algún estreno que ponían para toda la semana y a hablar
con la taquillera, una chica que se llamaba Maite y que era muy
simpática con todos.
También recuerdo que frente a la parada
de taxis, se ponían las dos prostitutas más jóvenes que había en Ifni,
las cuales proferían insultos como maricones e hijos de puta y otras
palabras mal sonantes a todos los que no queríamos nada con ellas. Una
se llamaba Siroco y la otra Mari y tenían la peor lengua que jamás he
podido oír.
Y después de escribir todas estas cosas que ocurrían en Ifni, me azota el recuerdo de los tres que dejamos allí enterrados.
Dos que murieron ahogados cuando se
bañaban y otro del batallón de Regulares III expedicionarios de Ceuta,
que murió en circunstancias muy confusas. Mientras los demás compañeros
estaban haciendo la instrucción, él estaba dentro de la chabola
dibujando unos brazaletes que llevaban del codo hasta la boca manga y
que eran muy vistosos. Pues se disparo un tiro en la cabeza. Cuando
vimos al cortejo funerario pasar por delante de la puerta de
Intendencia donde estábamos nosotros, le despedimos saludándolo
militarmente.
Saludos para todos que pasaron por aquellas tierras de Ifni y Sáhara cumpliendo el servicio militar obligatorio.
Antonio Tomas Bermejo Rodríguez
Soldado conductor del grupo de Intendencia
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