Fuente: La Razón
El combate de Edchera fue el más importante de La Legión durante la
última guerra de España, la de Ifni-Sáhara (1957-58), donde obtuvo sus
dos últimas Laureadas (máxima recompensa militar para premiar el valor
heroico). El día 13 de enero de 1958 la XIII Bandera tenía la orden de
trasladarse hasta el paso de la saguia (río) el Hamra existente en
Edchera, a 30 km. de El Aaiún, capital del Sáhara, para efectuar un
reconocimiento en la margen Este del cauce seco. Las bandas rebeldes utilizaban la zona para esconderse tras sus ataques nocturnos a la capital.
El lecho fluvial, con 60 metros de profundidad y con 2 km. de anchura,
estaba repleto de pequeños montículos y matas secas que facilitaban la
ocultación, mientras que la inmensa llanura de la altiplanicie estaba
desprovista de obstáculos y matorrales donde protegerse.
Convoy de camiones Ford-K
A primera hora se
organizó el convoy con 30 camiones Ford-K, Jeeps y dos Carriers
semioruga. Los legionarios formaron con equipo muy ligero al tratarse de
una operación de rutina en la que se tenía previsto volver a comer. En
vanguardia marchaba la 2ª compañía al mando del capitán Jáuregui, con la
sección del teniente Gamborino adelantada en misión de reconocimiento. A
la 2ª seguía la 3ª, que avanzaba próxima al borde de la saguia
cubriendo el flanco derecho y, a su misma altura, más al interior, iba
la 1ª para de vigilar el flanco izquierdo y ser la reserva de la bandera
ante imprevistos. Un poco atrás marchaba el comandante Rivas Nadal,
jefe de la XIII Bandera, con la 5ª compañía de máquinas.
El primer choque
Unos
2 km. antes del paso de Edchera sonaron los primeros disparos desde lo
alto de la margen del río. Rivas ordenó a la compañía de vanguardia
avanzar para establecer contacto con el enemigo y fijarlo. En cabeza la
sección de Gamborino vio como le acribillaban las ruedas de los vehículos,
resultando muertos el teniente y el conductor del Jeep. El resto de los
legionarios de la sección saltaron de los coches y desplegaron. El
capitán Jáuregui se adelantó, junto con una sección hasta alcanzar el
inicio del paso. Con su pequeña plana mayor, descendió un tramo del
camino para divisar si había enemigo en el fondo del cauce y ver la
posibilidad de cortar su retirada. Mientras todo esto ocurría con la 2ª,
el resto de los camiones de la 3ª circulaban en una dirección paralela
al río, a 300 m. de su orilla. De repente, empezaron a recibir fuego
rasante y se produjeron las primeras bajas incluso antes de que los
legionarios saltaran de los vehículos.
El
comandante Rivas no podía eludir el combate pues así lo exigía el credo
legionario. Reaccionó de inmediato dando órdenes a la 3ª de desplegar y
atacar las posiciones desde donde les disparaban, pero quedaron
clavados al terreno por el fuego enemigo. En esta acción cayó el
teniente Vizcaíno y el teniente Lafuente fue herido. Rivas ordenó a la
1ª avanzar con rapidez hasta alcanzar la zona del paso, bajar al fondo
de la saguia y cortar la retirada al enemigo. La 1ª compañía cumplió la
orden de bajar por el paso, donde tomó contacto con el capitán Jáuregui,
sin recibir disparos. Sin embargo, arriba en la meseta, el enemigo
empezó a avanzar sobre la 3ª por el flanco norte. Rivas, ante esta
amenaza, ordenó a la 1ª que dejara una sección, la del brigada Fadrique,
en el fondo de la saguia y que con las otras dos subiera al llano en
auxilio de la 3ª y contraatacara. Así lo hizo y los rebeldes se
replegaran hasta el borde, si bien la 1ª compañía quedó clavada al
terreno. Tuvo varias bajas, entre ellas la del teniente Zorzano. En la
explanada sobre la saguia se encontraban desplegadas en un único escalón
las tres compañías de fusiles de la 1º, menos la sección de Fadrique.
No se podían mover por causa del tiro rasante enemigo al ser el terreno
llano y sin obstáculos donde protegerse. No podían levantar un palmo.
Aún así, no faltaron los actos de heroísmo en ayuda de compañeros,
reposición de municiones... Desde El Aaiún se mandó una compañía para
reforzar a la XIII.
El combate de Edchera (Foto: T. Nieto)
En el lecho del río, un
grupo muy numeroso atacó de frente y por los flancos a los legionarios.
El capitán Jáuregui murió luchando con su plana mayor. La sección del
brigada Fadrique sostuvo un violento combate llegando al cuerpo a
cuerpo, siendo herido en el hombro y oído izquierdo. Cuando las bajas de
su sección ya eran muy numerosas ordenó el repliegue a los
supervivientes. El legionario Maderal Oleaga se ofreció voluntario para
quedarse con el brigada y entre ambos proteger la retirada de sus
compañeros. Aguantaron firmemente con arrojo y valor. Murió Maderal y
Fadrique continuó la lucha, cada vez con más impactos, hasta que cayó
muerto. Cuando fueron a rescatarles sus dos cadáveres estaban rodeados
de numeroso enemigos muertos.
La XIII sufrió 37 muertos y 50 heridos. Durante las ocho horas que duró el combate, los legionarios fueron fieles cumplidores de su credo: espíritu de acudir al fuego, de combate, disciplina, compañerismo… Por esta acción se concedió la Cruz Laureada de San Fernando al brigada Fadrique Castromonte y al legionario Maderal Oleaga.
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