Entre Ceuta y Melilla, a 85 km al oeste de ésta última y en
la costa próxima a la ciudad marroquí de Al-Hoceima se encuentran dos pequeños
islotes deshabitados llamados Mar (ó Afuera) y Tierra (ó Adentro), que junto a
otro mayor y habitado (el Peñón de Alhucemas) conforman el archipiélago del
mismo nombre, plaza menor de soberanía española.
Antiguamente fueron refugio de piratas, y pertenecen a
España desde que en 1560 el sultán de Marruecos, Mulay Abdalá el Galib Billah
las cedió a Felipe II como apoyo en su lucha contra los turcos. Sin embargo, no
fueron ocupados hasta el 28 de agosto de 1673, fecha en que una flota comandada
por el príncipe de Montesacro las incorporó a la Corona reinando Carlos II el
Hechizado. A partir de ese momento la presencia española ha sido
permanente.
El Peñón de Alhucemas.
El Peñón de Alhucemas recibió en un principio el nombre de
Peñón de San Agustín y de San Carlos de Alhucemas por el santoral del día 28 de
agosto y por el nombre de pila del monarca en la época respectivamente, y
pronto se convirtió en presidio y penal para criminales,
confinados, exiliados y presos políticos, que junto a algunos miembros de la
guarnición se sublevaron en 1838 a favor de los carlistas, evadiéndose en
dos buques franceses anclados en sus proximidades.
Durante el siglo XIX la población
desterrada llegó a ser el 45% del total, normalmente en torno a 120 penados,
habiendo constancia de la presencia de algunos independentistas cubanos. En el
último tercio del siglo la población reclusa fue disminuyendo progresivamente,
y es en 1945 cuando se cierra definitivamente el presidio.
En varias ocasiones, el Gobierno Español
sopesó la idea de abandonar el Peñón de Alhucemas por los costos y problemas
que generaban sus guarniciones, su escasa utilidad y su nulo rendimiento
económico, puesto que en la práctica solamente era usado como penal. Ya durante
el reinado de Carlos III (1759-1788) se estudió su venta a Marruecos; y al
término de la Guerra de la Independencia se intentó permutar por exenciones en
las importaciones de productos agrarios, y que, si bien no prosperó, provocó
una sublevación de los desterrados por el temor a ser entregados a Marruecos si
se llevaba a efecto la operación.
A lo largo del tiempo sufrió diversos ataques de los moros,
los más importantes durante la guerra del Rif, en la que las hordas de Abd el Krim
lograron en 1922 hundir el vapor Juan de Juanes mientras iniciaba
la
descarga de mercancías y el desembarco de pasajeros; lo cual explica que
su situación llegó a ser crítica en algunos momentos debido a
los hostigamientos de los moros y a las complicaciones para recibir los
necesarios
aprovisionamientos. En el mismo año hubo de ser suministrado por
sumergibles al
mando del capitán de fragata y después ministro de Marina D. Mateo
García de
los Reyes, creador del Arma Submarina.
En esta campaña el Peñón jugó un importante papel en el
socorro o auxilio a los cientos de soldados españoles que los moros mantenían
cautivos en el poblado de Axdir en condiciones infrahumanas y no equiparables a
la de prisioneros de guerra, pues por diversas causas permitían que algunos de ellos
accediesen a la hoy turística playa de Sfiha a recoger los suministros que
desde el Peñón les enviaban para paliar en alguna medida sus carencias y
penalidades.
Desde aquella playa logró su libertad algún prisionero como
fué el caso del teniente médico de la Policía Indígena de Melilla D. Antonio
Vázquez Bernabéu en 1921, quien logró alcanzar a nado el Peñón tras ser
requerido por los rebeldes para una vista médica a sus familiares, ocasión que
pudo aprovechar para evadirse. Obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando por
méritos de guerra y humanitarios.
Archipiélago de Alhucemas, en la bahía del mismo nombre.
El Peñón de Alhucemas recibió en 1927 la visita del Rey D.
Alfonso XIII, al que acompañaban los generales Primo de
Rivera, Sanjurjo Sacanell, y Franco Bahamonde; y llegó a tener una población
estable de 350 personas entre militares, funcionarios y sus familiares, así
como pescadores, deportados y comerciantes, los cuales mercadeaban básicamente
con la próxima cábila de Beni Urriaguel. Con la independencia de Marruecos los
civiles fueron abandonándolo, acabándose el fructífero comercio bidireccional
con las vecinas aldeas costeras.
No dispone de puerto y es inaccesible por su cara norte, por
lo que ha de utilizarse un fondeadero por la costa sur para llevar a cabo las
operaciones de aprovisionamiento por vía marítima. Para embarcaciones menores
existe un acceso directo, practicable con buena mar. Hasta 1985 un buque de la
compañía Trasmediterránea realizaba el avituallamiento y los
relevos de las guarniciones, sus familiares, y el transporte de personal civil.
Desde tal fecha la comunicación marítima la realiza periódicamente un buque de
suministro de la Armada, que se complementa con el uso de helicópteros
militares.
Actualmente el Regimiento Mixto de
Artillería núm. 32 tiene encomendada la guarnición de las islas, y de la forma
anteriormente descrita es relevada periódicamente. También hay una dotación de
la Compañía de Mar de Melilla, cuya función primordial es el desempeño de
tareas y cometidos marítimos en favor de la guarnición. No existe población
civil estable.
La consideración de terra nullius
del Peñón, así como de las islas de Mar y de Tierra cuando fueron ocupadas por
la Corona, hace que sean parte integrante de pleno derecho de España y -así-
forman parte de la Unión Europea, siendo Marruecos el único país que cuestiona
la soberanía de todas ellas.
Se trata de un territorio que no
está adscrito administrativamente a ningún municipio, provincia, comunidad o
ciudad autónoma, sin que ello ponga en tela de juicio su soberanía española. El
archipiélago tampoco tiene delimitadas sus aguas territoriales, que no lo han
sido por las autoridades hispano-marroquíes; lo cual implica que, aunque las
navegaciones para el suministro del Peñón se realicen habitualmente sin ningún
tipo de problemas, la situación descrita ha provocado tensiones bilaterales.
Así, se ha dado el caso en 1972 de que el buque-correo Ciudad de Ceuta fue
detenido cuando navegaba en demanda de la ciudad autónoma por una patrullera
marroquí, desde la que subieron a bordo dos oficiales armados que
inspeccionaron arbitrariamente el buque y su documentación.
Igualmente, durante la crisis de Perejil en 2002, una
fragata y otras unidades menores españolas fondearon en aguas próximas a las
islas, lo cual desencadenó una protesta marroquí. En 2010, su gobierno se quejó
porque un helicóptero español de abastecimiento sobrevoló a baja altura un yate
a bordo del que supuestamente se encontraba Mohamed VI.
Las islas Alhucemas constituyen una plaza militar, amparada
por la OTAN tanto por el protocolo de ingreso en la organización del Reino de
España sin distinción alguna de los territorios que lo componen, como por el
Tratado de Lisboa de 2007 que complementariamente le aplica la cláusula de
defensa mutua.
Alhucemas es un marquesado desde 1911, título nobiliario
creado por el Rey D. Alfonso XIII a favor de D. Manuel García Prieto, ministro
en varios gobiernos, negociador de los tratados con Marruecos que dieron origen
al Protectorado y posterior presidente del Consejo de Ministros. Actualmente el
marquesado pertenece a D. Manuel Sainz de Vicuña y Melgarejo por título
sucesorio.
También cabe señalar que hay una película rodada con
temática colateralmente relacionada. Su título es Alhucemas y fue estrenada
en 1948. En ella tuvo uno de sus primeros papeles María Antonia Abad Fernández,
conocida artísticamente por Sara Montiel, e intervinieron entre otros
los conocidos actores José Bódalo y Tony Leblanc.
|