Fuente: El Rincón Sapiente
(Revista Boina Negra nº 282. Centro de Publicaciones del Ministerio de Defensa, Madrid, 2015, P. 58)
Todos los que hemos estado en Zona de
Operaciones, lejos de nuestras fronteras nacionales, hemos visto cómo
nuestros compañeros anteriores y después nosotros hemos construido con
piedras esas verdaderas obras de arte que son los escudos de las
unidades. La Legión y sus hermanos los Paracaidistas no han estado en
ningún sitio sin haber dejado grabado su emblema, sus símbolos, aquello
que los une y vincula con lo nuevo y lo viejo, la tradición y la
actualidad.
En mi corta experiencia, siempre he relevado a mis hermanos
Legionarios y, tras poner tierra de por medio el último Legía, siempre
se cumplía el mismo ritual, las piedras encaladas del escudo de La
Legión se trasformaban en un paracaídas, el cual, después, se
trasformará en el escudo de la unidad sucesora (Aerotransportada,
Montaña…) y así sucesivamente.
Escudo BRIPAC Afganistán 2012
Cuatro veces he visto transformarse la
alabarda, el arcabuz y la ballesta en un paracaídas, pero, ¿esto ha
sido siempre así? ¿Siempre se trasforma el emblema de La Legión en el de
los Legionarios Paracaidistas? Pues no, esto es ahora, en este ciclo
militar, en otro anterior, allá por 1958, en tierras africanas, fue a la
inversa.
En junio de 1956, se volvió a crear la XIII Bandera Independiente
de La Legión en El Aaiún (esta bandera se disolvió tras la Guerra Civil
Española y volvió a activarse en el acuartelamiento de Rayen-Mansur).
Poco después, en julio, fue destacada la I Bandera Paracaidista «Roger
de Flor» a Sidi Ifni. Cuando llegaron los Paracaidistas a lo que serían
sus alojamientos, les tocó hacer todo tipo de oficios para adecentar su
acuartelamiento.
Los Paracaidistas se asentaron a los pies del monte Bu laalam
donde, como no podía ser de otro modo, dejaron su escudo de piedras
encaladas, un gran paracaídas con una corneta en su base, dentro de un
cuadrado, en las faldas de dicho monte. Mucho sudaron los paracaidistas
hasta ver terminada esta auténtica obra de arte.
Vista de Sidi Ifni con emblema al fondo (Archivo BRIPAC)
Este paracaídas era una gran
referencia para nuestros compañeros del Ejército del Aire, pues, cuando
no había buena visibilidad, el emblema les servía para saber que estaban
cerca del aeródromo.
Tras la Campaña de Ifni (en la cual, entre otros, Legionarios de la
VI Bandera lucharon codo a codo con sus hermanos Paracaidistas), en
1958, hubo traslado de tropas en el África Occidental Española.
Recorte de prensa La actualidad española de 1957 (Archivo BRIPAC)
El 27 de Agosto, la VI Bandera de La
Legión es embarcada en el minador Eolo y el cañonero Magallanes,
trasladándose de Sidi Ifni al Aaiún e instalándose en el acuartelamiento
de la XIII Bandera.
Días más tarde, el 6 de Septiembre, es la XIII Bandera la que es
trasladada de El Aaiún a Sidi Ifni y, como su Bandera hermana, ocupa su
acuartelamiento, inicialmente.
Dos días más tarde, el día 8, es la I Bandera Paracaidista la que
termina de embarcar en el cañonero Magallanes y el minador Eolo, siendo
trasladada a Las Palmas de Gran Canaria, terminando aquí la presencia de
Paracaidistas en Ifni.
A partir de entonces, la XIII Bandera de La Legión permanecerá en
Sidi Ifni, ocupando posteriormente el acuartelamiento de los Paracaidistas.
Cuartel de los Paracaidistas y Legionarios en Sidi Ifni
Es a partir de la ocupación del nuevo emplazamiento cuando las piedras del paracaídas se convirtieron en el escudo de La Legión.
Estos Legionarios (3ª Cía.) de la XIII Bandera, junto a una Sección
de la Policía Territorial de Ifni, tuvieron el honor, y supongo que el
embarazoso cometido, de realizar junto al General Vega Rodríguez,
Gobernador General de Ifni, el último arriado de la Bandera Española en
Ifni, por la retrocesión de la colonia, el 30 de julio de 1969.
Retrocesión de Ifni.
No habían embarcado aún nuestras tropas para poner fin a la presencia
española en la que fuera una de nuestras provincias, cuando los nuevos
ocupantes volvían a recolocar las piedras encaladas del escudo
legionario, formando el del Ejército Real Marroquí, escudo que aún
permanece en ese monte Bu laalam, donde las piedras cambian de forma,
rubricando con su estampa el sudor y la sangre derramados por los
españoles que por allí pasaron y los cuales merecen nuestro máximo
respeto y veneración.
Escudo del Ejército Real Marroquí.
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