Fuente: El Español Digital
Breves antecedentes
En 1476, desembarcaba en la costa africana que con el tiempo se
conocería como Ifni, el Capitán Diego de Herrera quien, de parte de la
Corona de Castilla, fundaba un establecimiento denominado Santa Cruz de
la Mar Pequeña que permaneció en manos españolas hasta 1524, año en que
fue abandonado ante la imposibilidad de sostenerlo en paraje tan aislado
y sometido a constantes ataques de los indígenas de la zona.
No sería hasta 1860, con el tratado de Wad-Ras, cuando en su artículo
octavo dicho acuerdo entre España y el Majzen –máxima autoridad
marroquí– otorgó a aquella un espacio de terreno en dicha costa
atlántica, justo en donde estuvo el antiguo emplazamiento de Santa Cruz
de Mar Pequeña, con el fin de instalar una base que sirviera para
actividades pesqueras.
Sello de Ifni.
Los viajes, en 1878 y 1883 respectivamente, de dos comisiones mixtas hispano-marroquíes constituidas ad hoc
para estudiar el lugar exacto en el que se ubicó la antigua Santa Cruz
de Mar Pequeña, desembocaron –más por presión de los españoles, que por
la intención de sus colegas marroquíes– en la fijación de Sidi-Ifni como
el punto en el que consideraron que había estado emplazada la antigua
fortaleza.
Pero la insurrección que pronto se extendió por las regiones aledañas
del Sūs y del Nūn, y la proclamación, por parte de Madrid, del
protectorado español sobre la costa de África comprendida entre los
cabos Bojador y Blanco, a finales de 1884, pospusieron la delimitación y
ocupación de Sidi-Ifni sine díe.
Así era la torre de Santa Cruz Mar Pequeña. La de la imagen es una torre gemela que se encuentra dentro
del Castillo de la Luz (que se construyó posteriormente entorno a ella), en Las Palmas e Gran Canaria.
Únicos restos de Santa Cruz Mar Pequeña.
El gobierno español no volvió a preocuparse por Ifni hasta 1911.
Aunque el gobernador político-militar de Río de Oro, el Coronel
Francisco Bens Argandoña –gran africanista–, se postulaba para dirigir
la expedición de ocupación del territorio desde 1910, el ministro de
Exteriores del momento, García Prieto, decidió designar para tal
operación al cónsul español en Mogador, Gustavo de Sostoa.
El Coronel Bens con indígenas marroquíes.
Nativos Ait-Baamarani de la zona de Ifni.
Entre el 17 y el 24 de Marzo de 1911, una misión de cuatro personas
(Gustavo de Sostoa, un jefe de Estado Mayor, un interprete y un guía
indígena) arribaron a la rada de Ifni reuniéndose con notables
Ait-Baamarani –indígenas autóctonos de la zona–, con objeto de
convencerles de la necesidad de proceder a la ocupación del territorio,
bien que sin conseguir su aquiescencia.
El 1 de Mayo los comisionados marroquíes, que debía acudir a una
nueva cita, no se presentaron mostrando así su indignación por la
reciente ocupación de Larache y Alcazarquivir por tropas españolas.
El 26 de Agosto, el ministro de la Guerra, Agustín Luque Coca,
transmitía al capitán general de Canarias las instrucciones necesarias
para incorporar el territorio a España. Tras fijar una nueva fecha con
el Majzen para que facilitara tal hecho, el 5 de Septiembre la ocupación
de Ifni se posponía ante las presiones francesas de cara a las próximas
negociaciones sobre Marruecos que tendrían lugar en Paris.
Durante la dictadura de Primo de Rivera, aunque se intentó llevar a
cabo dicha ocupación, no se consiguió debido a que la administración
española no logró cambiar la tradicional inercia de la política colonial
en la región, basada en pequeños destacamentos situados en determinados
puntos de la costa atlántica, pero sin ningún interés en penetrar en el
interior del territorio, dado el coste humano y económico que ello
suponía, además de sus posibles repercusiones en la política interna. No
hay más que ver la situación de parálisis en que se encontraban los
puestos militares de Cabo Juby, Villa Cisneros y La Güera dos años
después (1930). Mientras tanto, en cambio, Francia había ganado el
tiempo necesario para ir “pacificando” la región próxima a Sidi-Ifni,
preparándose para traspasar el Anti-Atlas y lanzar su ofensiva final
sobre los territorios de los confines argelo-mauritano-marroquíes.
Situación de Ifni.
Con el advenimiento de la II República, la política de Francia hacia
España se endureció, siendo conscientes los españoles de que Paris no
vería con buenos ojos una ocupación del enclave antes de que Francia
pacificara la zona de los confines aledaños, ya que “además de ser una amenaza sobre el flanco de su línea militar Tiznit-Goulimin, arruinaría la región de Mogador”.
En el fondo se buscaba una colaboración que no se limitara a asegurar
el flanco de Sidi-Ifni, sino que abarcara también la “pacificación” de
los confines de Marruecos.
Sin embargo, Azaña estaba convencido de que los franceses no tendrían ningún inconveniente en buscar “una
salida al mar por nuestra costa del Sáhara [entendida ésta como la suma
del enclave de Ifni, la zona sur del Protectorado y el Sáhara
Occidental], y lo harán por las buenas si no estamos allí de veras”.
Así pues, en la reunión del Consejo de Ministros celebrada el 29 de Junio de 1933, Azaña tomaba la decisión de “realizar un acto simbólico de ocupación de Ifni”. En su opinión “los
asuntos del Sáhara son totalmente desconocidos en España y hay que
proceder con mucho pulso, no vayan a creer que emprendemos una guerra”. A este respecto, Manuel Azaña le insistió al comandante Cañizares, en calidad de máximo responsable de la expedición, “que
allí se desembarca para abrir una factoría, y que los medios de acción
son los regalos y las buenas amistades adquiridas entre los naturales”.
El Almirante Lobo.
En Julio de dicho año, Madrid daba la orden de preparar “el ánimo de los indígenas para la ocupación pacífica”. El 1 de Agosto, a bordo del Almirante Lobo,
embarcó una pequeña expedición compuesta por una unidad de la Mía a
camello de Cabo Juby, al mando del Teniente Fernández Álvarez Amado, una
sección de la Mehal-la de Tetuán, el cónsul español en Marraqués,
Argimiro Maestro de León, y el Comandante Cañizares –delegado del Alto
Comisario en Cabo Juby– como jefe de la citada expedición. Diez días
después la expedición regresaba al punto de partida sin haber podido
desembarcar y con el saldo de dos indígenas que sirvieron de emisarios
muertos.
La ocupación efectiva
El Coronel Capaz Montes.
Hubo que esperar al año siguiente para que, gracias a la habilidad
del nuevo mando designado para tal misión, se consiguiera el objetivo
tanto tiempo dilatado.
Efectivamente, el nuevo Gobierno, presidido por el liberal-radical
Alejandro Lerroux, designó para tales efectos al Coronel Osvaldo Capaz,
el cual consiguió, en una reunión en Cabo Juby el 27 de marzo de 1934
con representantes de la población indígena del territorio, su visto
bueno para la ocupación.
Así, el 4 de Abril dicho coronel, tras recibir la autorización del Gobierno, embarcaba en el cañonero Canalejas
rumbo a Ifni. Adelantándose a su llegada, el día 5 un trimotor
arrojaba, en el zoco del Arbaa de Mesti, una carta de Capaz en la que
anunciaba los acuerdos adoptados y el próximo desembarco español para
que la población del lugar tuviera conocimiento del inmediato hecho.
En el lugar sólo existía una pequeña construcción, un aduar denominado Amezdog, perteneciente a la cabila El Mesti de la tribu bereber Ait-Baamarani, y de la que no queda actualmente ningún resto.
Momento en que un cárabo con nativos se acerca al bote del Col. Capaz para recogerle y llevarle a tierra.
El acontecimiento fue relatado así por Francisco Hernández-Pacheco,
que formó parte de la expedición científica que recorrió poco después el
territorio de Ifni: «Tras su desembarco en Ifni, el Coronel Capaz
emprendió rápidamente el recorrido por los límites teóricos de la
frontera del enclave con la zona francesa, disponiendo la ocupación de
varios puntos que los galos tenían también intenciones de adjudicarse.
De hecho, el Gobierno le había ordenado expresamente que ocupara “todo
territorio no lo esté por las tropas francesas y nos pertenezca según
los planos que tiene en su poder. Asimismo ocupará aquellos que siendo
discutible no esté ocupado. Planos tanto franceses como españoles no
pueden ser exactos, por eso sólo el acto de ocupación determinará
derechos a negociar más tarde”. Aún así, durante los años siguientes
ambas naciones tuvieron que dedicar arduos esfuerzos in situ hasta
llegar a conseguir un acuerdo firme en cuanto a la delimitación de sus
fronteras.»
El Col. Capaz observando el desembarco de las primeras fuerzas de ocupación.
Por su brillante actuación Capaz fue nombrado Gobernador civil y
militar de Ifni y ascendido a General el 29 de Agosto, dándose además el
nombre de Puerto Capaz al lugar conocido como Punta de Pescadores, en
la costa de Gomara.
En sólo tres años Sidi-Ifni pasaría de ser un campamento ocasional de
tiendas de campaña, y algún barracón, a la construcción de seiscientas
viviendas, crecimiento espectacular para tan pocos años.
Delimitación del campo de aterrizaje mandadas hacer por el Col. Capaz el mismo día de su desembarco.
Reseña biográfica del Gral. Osvaldo Capaz Montes
Había nacido en Cuba el 17 de Marzo de 1894, ingresando en el
Ejército en 1910, desarrollando la mayor parte de su carrera en
Marruecos.
Capitán de la Policía indígena en 1922, participó activamente en
dicha campaña. Su acción más significativa la protagonizó, ya como
Comandante, durante el verano de 1926, cuando en una misión confiada por
el General Goded, jefe de Estado Mayor del Alto Comisario, Gral. José
Sanjurjo, le fue encargado someter a toda una serie de cabilas de la
región de Gomara, desarmándolas y nombrando autoridades indígenas
adictas al poder colonial español. Comandando una harka indígena de unos
mil hombres y apoyado por la Armada y aviación españolas, en dos meses
sometió a diez cabilas y confiscó casi tres mil fusiles, entrando en
Xauen el 10 de Agosto de 1926. Esta marcha le daría fama de brillante
jefe militar y, sobre todo, de poseedor de grandes cualidades
diplomáticas, ya que la mayor parte de las sumisiones de las cabilas no
se produjeron por la fuerza.
El Col. Capaz explicando los pormenores de su desembarco en Ifni al nuevo Presidente del Gobierno Ricardo Samper.
Cadáver del General Capaz.
Ascendido a Coronel, fue nombrado delegado de Asuntos Indígenas de la
Alta Comisaría de España en Marruecos en 1927, estableciendo un eficaz
sistema de control de las cabilas rifeñas a través del Servicio de
Intervenciones Militares. Permaneció en este puesto hasta 1931, cuando
tras el advenimiento de la Segunda República Española, fue destituido
por el nuevo Alto Comisario, Luciano López Ferrer. No obstante, tras su
destitución, Manuel Azaña le nombró para un mando en Las Palmas de Gran
Canaria, con plaza de General.
Como se ha dicho, con el nuevo gobierno presidido por Alejandro
Lerroux, Capaz volvió a Marruecos, de nuevo como delegado de Asuntos
Indígenas, siendo destinado en seguida a Cabo Juby a fin de encargarse
de tal misión; bien que debido a la inestabilidad política de la II
República, para cuando Capaz realizara poco después la ocupación de Ifni
quien figuraría al frente del Ejecutivo sería Ricardo Samper.
Una vez realizada oficialmente la ocupación de Ifni fue nombrado
Gobernador civil y militar de aquel territorio y ascendido a General,
destacando su prestigio en los cargos desempeñados en su último empleo.
Fue propuesto para la cruz del Mérito Naval, además de poseer otras
varias condecoraciones de importancia. Asimismo, se le dio el nombre de
Puerto Capaz al lugar conocido como Punta de Pescadores, en la costa de
Gomara.
En 1936 era Comandante General de Ceuta. Poco antes de que fuera a
producirse el Alzamiento, se trasladó a Madrid donde fue detenido por
milicianos frentepopulistas e internado en la Cárcel Modelo, de la que
fue sacado junto con otros destacados presos el 23 de Agosto y fusilado
en la Pradera de San Isidro.
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