Fuente: Canarias7
Entrevista al Cónsul de Marruecos en Canarias
— ¿Qué balance puede expresar de los 10 primeros años de monarquía de Mohamed VI?
El recorrido de esta década es sumamente positivo en lo político, social y económico. No hay duda.
— ¿Puede ser más preciso?
Los avances democráticos son obvios con dos convocatorias de elecciones
generales en 2002 y 2008; los derechos de la mujer han dado un salto de
gigante, con mejoras cualitativas que implicaron incluso la reforma de
la Constitución. Por fin las mujeres gozan de una igualdad de derechos
igual a las de los hombres. Se les otorga el mismo valor jurídico y
social, participan en la vida activa (hay ministras, diplomáticas,
policías...), transmiten la nacionalidad a sus hijos, no existe ya el
repudio. Mi país es un ejemplo de libertad de prensa, es libre, crítica
y neutral. Los periodistas investigan, con alusiones a la familia real.
En derechos humanos hemos conseguido el crédito de Amnistía
Internacional o del Ministerio de Asuntos Exteriores de Estados Unidos.
Somos un país de progreso.
— ¿Y los retos?
Desarrollo económico y educación, sobre todo,
para acabar con la analfabetización, que afecta a un sector de la
población de más edad, porque el 70% de los niños está escolarizado.
También nos queda cierto recorrido en mejorar las condiciones de vida
del medio rural.
— El Índice de Desarrollo Humano se mide, entre otras variables, por el agua potable y la electrificación.
Cumplimos con creces. En todo el país hay agua y luz. En los medios más
rurales llegamos al 80% y en menos de cinco años alcanzaremos el cien
por cien.
— ¿Cree usted que la comunidad internacional, fundamentalmente, España, tiene esa percepción de progreso?
Marruecos es aún gran desconocido para España, a pesar de sus
relaciones ancestrales, milenarias. Es una percepción de España hacia
Marruecos y no al revés.
— ¿Por qué?
Quizás, habría que
ahondar en el sentimiento posterior al fin de la colonización en el
Norte, Tánger, Sidi Ifni, el Gran Sáhara... El día que los españoles
conozcan más Marruecos, saldremos beneficiados todos.
— ¿Qué idea exacta poseen?
—
Creo que una idea retrógrada, similar a la de un país subdesarrollado
del África subsahariana. Y la realidad acredita que nada tiene ver.
— ¿Y Canarias-Marruecos?
A nivel institucional, gobierno, partidos políticos...., la relación es
fluida y buena, pero a nivel de la sociedad civil, el desconocimiento
es notorio. Quizá, convenga insistir en que España vende a Marruecos
bienes y mercancías por valor de 6.000 millones de euros al año. Somos
el noveno cliente en la balanza comercial española; compramos más que
cualquier país de América Latina. Los Estados, todos, siempre van y
miran por sus intereses.
— ¿En qué medida influye en la sociedad civil el fenómeno del Frente Polisario?
Más que el Frente Polisario creo que influye el ánimo. Me explico; los
canarios se han establecido en nuestras costas desde el siglo XVI, con
el comercio o la pesca. Las relaciones han sido intensas hasta que
empezó la descolonización de zonas donde los canarios mantenían
intereses. Primero, Tan-Tan y Tarfaya, en 1958; luego, Sidi Ifni, en
1968; y después, el Gran Sáhara, en 1975. Y los canarios vieron mal
cómo abandonaban un territorio que consideraban como su tierra. Mucha
gente dejó todo atrás y eso genera un remordimiento que sigue presente
cuando, en realidad, Marruecos jamás quiso que se fueran. La culpa fue
del Gobierno español de la época, que trató aquella situación como
escenario bélico cuando lo que perseguíamos es que los canarios se
quedaran.
— ¿Y El Sáhara no influye?
Claro que influye.
Acrecienta es imagen de que somos algo raro, ¿un dragón tal vez? No.
Vamos a ver, muchos canarios creen que saharaui es sólo el que reside
en Tinduf. Yo mismo soy saharaui, nacido en Dajla. Saharaui no es el
alguien vinculado al Polisario. En realidad, el 85%-90% de los
saharauis genuinos vive fuera de Tinduf, en El Aaiún, en Tan-Tan. Hay
ministros, gobernadores, alcaldes (la mayoría unionistas en favor de
Marruecos) que son saharauis.
— Entonces, ¿cómo se entiende su fortaleza social?
Porque actúan y se mueven como un grupo de presión. No son un
movimiento de liberación; representan al 13% de los saharauis, nada
más.
— ¿Habrá algún día solución al conflicto de El Sáhara, enquistado desde 1975 y sometido a valoración de Naciones Unidas?
El problema de todo es Argelia. Es un vecino que no quiere el
desarrollo y despegue de Marruecos. El Sáhara jamás será independiente,
puede haber autonomía u otro modelo de gestión, pero siempre será parte
de Marruecos. Y la autonomía es una gran oportunidad para todos
nuestros hermanos saharauis, una oportunidad para mejorar su calidad de
vida, para disfrutar el pasaporte de un gran país, para beneficiarse de
la condición de socio avanzado en Europa, de los acuerdos comerciales
libres de impuestos con Estados Unidos... Es una ocasión histórica.
— ¿Estabilidad marroquí equivale a estabilidad y seguridad canaria?
Canaria
y del resto de España. Es una área estratégica que depende de
solucionar y equilibrar muchos intereses. Argelia, por ejemplo, sufre
grandes problemas internos, con una guerra civil encubierta desde hace
13 años, cuando se negó el acceso al poder al FIS, hoy integrado en Al
Qaeda. La Cabilia pide la segregación y los tuareg podrían controlar
los pozos de gas y petróleo. Sí, nos jugamos muchos en el futuro de la
zona.
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