Fuente: El Faro de Ceuta
Estando unos días de vacaciones en Castellón, me enteré del
fallecimiento de mi gran amigo, el general de división Jose Colldefors
Valcárcel. Hace ahora más de cuarenta años, a través de una carta,
comenzamos una gran amistad sincera, tal como era este gran soldado. En
aquellas fechas era el teniente coronel-jefe de una bandera paracaidista
y siempre demostró su sinceridad, campechanía y, al menos conmigo,
tenía un trato paternal. Cuando comencé a publicar mis artículos en El
Faro de Ceuta, se los enviaba y siempre me decía lo mismo: “sigue
adelante que yo te leo con mucho cariño”. Tuvo un detalle conmigo que
jamás olvidaré; con motivo del 50 Aniversario de la Guerra de Ifni en
Paracuellos, sede de la Brigada Paracaidista, se celebró un brillante
acto, al que el general Colldefors me invitó, reservándome en la mesa
presidencial un lugar con mi nombre. Desde aquí al cielo, ¡gracias mi
general!
La 8ª Compañía desfila en la Castellana en abril de 1958 tras su regreso de Ifni, Foto de la revista Boina Negra.
Un gran soldado portador de valores
Cuando vine a conocer al general Colldefors me dijo que era
valenciano y como tal, éramos paisanos, él de Valencia y yo de
Castellón. Con la campechanía propia de él y de su trato cercano, era
uno de esos hombres que se hacen querer. Era sencillo y siempre
preocupado por sus inferiores, tratándolos con humanidad para que
estuvieran contentos a pesar de las dificultades como era en aquellas
fechas en la Campaña de Ifni; el entonces teniente Colldefors ponía su
corazón para que sus ‘paracas’ pasaran el menor sufrimiento.
Jamás
permitió injusticias bajo su mando, y menos aún maltrato a sus
inferiores. Fue un hombre grande de corazón en todos sus actos, tal como
así lo definió una intelectual “la grandeza y el amor, como los
perfumes, los que los llevan apenas los sienten”, Cristina de Suecia.
En
una extensa carta de varias cuartillas, el general Colldefors me narró
con todo detalle lo que vivió como teniente de la 1ª Sección de la 8ª
Compañía de la II Bandera en los combates de Ifni. En aquella carta, que
aún conservo, afirma que con mucho dolor vio caer algunos de sus
paracaidistas y tuvo que tragarse las lágrimas. Fue en un número
extraordinario de la revista Boina Negra, donde como protagonista narró
los recuerdos de él y de sus compañeros y así afirmaba: “yo me siento
infante y paracaidista y los sentimientos son los que te obligan a
escribir con sinceridad y la historia ha de ser escrita por los que la
vivieron”. Es decir, nunca por aquellos que cuentan lo que otro le dijo,
o que se lo había oído a otros. En definitiva, ninguno de ellos lo
vivieron.
El Diario de operaciones de la II Bandera cita entre otros a José
Colldefors Valcárcel
como distinguidos en la operación de liberación
de El Tenín.
Las lágrimas del teniente Colldefors en la liberación de El Tenín
General de división, José Colldefors Valcárcel. Foto de José Carlos Herrero Vázquez.
Lo recuerda con enorme dolor al mando de la 1ª Sección de la 8ª
Compañía de la II Bandera, cuya compañía la mandaba el capitán Alejandro
Román Páez, que venía curtido de otra guerra. Era con sus hombres los
elegidos para la liberación de El Tenín.
La 8ª Compañía la
componían tres secciones con Joaquín Caridad Arias, en la actualidad
residente en Puerto de la Cruz (Tenerife), Jose Colldefors Valcárcel y
Adolfo García Calvo, con una sección de la 6ª Compañía al mando del
teniente Francisco Gomila Pujol.
La liberación del Puesto de
El Tenín era un poco complicada. Este estaba al mando del teniente de la
Pacua y los tenientes de tiradores Arturo González Martínez y Arranz y
una sección de policía indígena, en el que había varias mujeres y niños.
El
día 7 de diciembre de 1957 a las 10 de la mañana las fuerzas de la 8ª
Compañía libera el fuerte. Lo que allí se vivió es imposible de narrar;
abrazos, besos y lágrimas al verse liberados tras varios días cercados
por el enemigo. Inmediatamente una vez liberado el puesto se ponen
varias minas y granadas para volar el puesto y así no lo pudiese
aprovechar el enemigo. El repliegue fue muy duro, ya que el enemigo no
podía soportar que se le escapase aquel puñado de valientes, por lo que
trataron por todos los medios atacar con dureza a los defensores de El
Tenín.
Aquí es cuando el entonces teniente Colldefors narra lo
que vivió: “el repliegue fue muy duro. Para los combatientes el
proteger aquel conjunto de hombres, mujeres y niños se pagó con un caro
tributo de sangre, tuvimos once bajas. En nuestras mentes siempre
estarán aquellos que cayeron heroicamente defendiendo el honor de
España. Allí cayeron los paracaidistas de la 8ª Compañía que se citan a
continuación: Antonio Arjona Hidalgo, Jose Hardán Martín, Manuel
Albacete Mate, Pablo Cutrona Sardinero, Raúl Rodríguez Amado, Fernando
Martínez García, Diego Zambrano Zambrano, Domingo Mirando Vidueiras,
José Urbao Aragu, Ramon Vilariño García, Abdón Clemente Gallego, y José
María Jiménez Morales”.
Hasta aquí lo que el general José
Colldefors Valcárcel recuerda de lo que vivió, y que con dolor en su
corazón tuvo que tragarse con muchas lágrimas. El día 4 de septiembre de
2021 realizó su ultimo salto hacia el cielo y allí, en el gran
acuartelamiento que es el cielo se habrá reunido con todos sus
paracaidistas, donde allí no hay ni envidias ni rencores, solo paz y
amor junto con el Señor de los Ejércitos, nuestro Señor Jesucristo.
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