Fuente: El Faro de Ceuta
En las distintas operaciones militares llevadas a cabo en la Campaña de
Ifni-Sáhara 1957/58, en los territorios de África Occidental Española
sin lugar a duda alguna, sin la cooperación aérea y terrestre de
Francia, al menos en lo que se refiere al Sáhara, difícilmente, por no
decir imposible, España hubiese podido terminar y expulsar a las bandas
rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí, puesto que sus componentes
conocían a la perfección el terreno en el cual se movían, y además la
lucha de guerrillas, que aún es más difícil de combatir.
El general Francisco Mata Manzanedo (Foto: Archivo Cristina Leste)
El general-jefe de la Zona Aérea de Canarias en Port-Etienne
El
3 de julio de 1957, el entonces jefe de la Zona Aérea de Canarias,
Francisco Mata Manzanedo, se trasladaba desde Las Palmas a Port-Etienne a
una reunión con los mandos franceses, a la cual asisten por parte
francesa, el ministro plenipotenciario Chaubard y el jefe de Estado
Mayor de las Fuerzas Militares del África Occidental Francesa, el
coronel Rocaboy.
Este fue un encuentro que se desarrolló
con total cordialidad. El gobernador del África Occidental Francesa, el
general Charles Bourgound, en dicha reunión hacía referencia a lo que
Francia con anterioridad había insistido que era lo principal, resolver
de forma drástica la problemática de las bandas rebeldes. En dicha
reunión también se tomó el acuerdo de que, en caso de combate contra los
rebeldes, las fuerzas francesas pudiesen utilizar sus medios en una
profundidad de 30 km a uno y otro lado de las fronteras. Asimismo, se
estableció un código de radio entre Sidi Ifni y Fort Trinquet, con el
fin de intercambiar informaciones y de entregar documentos en mano entre
La Güera y Port-Etienne.
egún el coronel de artillería y un gran historiador, José Ramón de
Diego Aguirre, en una nueva reunión entre mandos españoles y franceses,
se confirma que las fuerzas francesas y españolas podían entrar en la
frontera en persecución del enemigo hasta unos 60 km y la aviación hasta
100 km pero con la advertencia de no sobrevolar las pistas, señalando
como puestos neurálgicos españoles Smara, Bir Nzaran y Auserd, aunque
los franceses insistían en una colaboración completa, en caso de
pretender la eliminación total de las citadas bandas del Ejército de
Liberación Marroquí.
Este era el material de que disponían
los franceses para las operaciones en el Sáhara, una vez finalizadas las
conversaciones: veinticuatro aviones (T-6), diez aviones ‘Marcel
Dassault’ 315, y diez (B-26) ‘Boeing’ para misiones de ametrallamiento y
bombardeo, dos ‘Broussard’ y seis ‘Tripacer’ para reconocimiento,
enlace y conducción de operaciones; siete ‘Nord Atlas’ (2501), cuatro
‘JU-52’, dos ‘DC-3’ para transporte y cinco helicópteros ‘Augusta Bell’.
Todos con base en Fort Trinquet y Atar.
La situación y
distribución de las fuerzas aéreas españolas en octubre de 1957 eran
estas: en el Aeródromo de Villa Bens, 5 oficiales, 9 suboficiales y 88
soldados; en Villa Cisneros, 4 oficiales, 3 suboficiales y 44 soldados;
la mayoría de los aviones ‘Heinkel’ y ‘Junkers’ se encontraban en la
Base Aérea de Gando. Puede comprobarse que las fuerzas aéreas francesas,
eran notablemente más numerosas que las del Ejército del Aire español,
aunque, no obstante, nuestros pilotos y tripulaciones tuvieron una
actuación más que ejemplar.
El general-gobernador del
África Occidental Francesa, Charles Bourgound ofreció personalmente a
las autoridades españolas la colaboración de 24 aviones (T-6) y 10
aviones (B-26) ‘Boeing’ para misiones de ametrallamiento y bombardeo, 2
aviones ‘Brissaurd’ y 6 aviones ‘Tripe para reconocimiento y enlace y
conducción de operaciones, así como 7 ‘Nord Atlas’ (2501), 4 (JU52) y 2
‘Douglas’ (DC-3).
Comienzo de las operaciones aéreas
Los
franceses se enteraron con mucha antelación de los ataques previstos
por el Ejército de Liberación, a través de un suboficial francés que se
encontraba en un burdel de prostitutas en Atar, por lo que los franceses
inmediatamente comenzaron a actuar. Días después de esta confidencia la
aviación francesa llevó a cabo una operación de limpieza con el apoyo
de una compañía de paracaidistas coloniales del 7° Regimiento del
coronel Grall, logrando rodear en una zona montañosa al enemigo que
después, aprovechando la noche, logró escapar de la zona francesa, pero
se internó en el Sáhara español.
En un documento del
coronel de artillería José Ramón de Diego Aguirre, consta que el 14 de
enero de 1957 se presentaron en Ifni el ministro plenipotenciario
francés Chaubard, el representante del alto comisionado de África
Occidental Francesa Cousin y el coronel del Estado Mayor, el general
Charles Bourgound, los cuales llegaron a protestar por la permisividad
española ante las bandas rebeldes que, según los franceses, utilizaban
el Sáhara en Río de Oro como base para atacar Mauritania.
El
movimiento de fuerzas aéreas, tanto españolas como francesas, en estas
operaciones era incesante y así consta en un informe secreto de la Zona
Aérea de Canarias, núm. 19/58, de 13 de febrero de 1958: “dos aviones
franceses ‘Nord Atlas’ despegan de Gando-Aaiún, transportando dos jeeps y
un transformador de gasolina, material de guerra y víveres con un total
de 9.000 kg”.
Otro informe secreto, núm. 20/58, de 16 de
febrero del mismo año, consta que un avión francés ‘Nord Atlas’, realiza
un vuelo Gando-Tenerife-Aaiún, con cuatro rotaciones, transportando
18.000 kg de material de guerra y víveres.
Sigue otro
informe secreto, núm. 21/58, en el cual consta que un avión ‘Nord Atlas’
francés despega de Gando-Aaiún, transportando 1.240 kg de bidones
vacíos.
El 17 de febrero de 1958, tres aviones ‘Nord Atlas’
del Ejército del Aire de Francia, realizan seis vuelos Gando-Los
Rodeos-Aaiún, transportando 27.000 kg. de carga (material de guerra) en 9
horas y 21 minutos.
Una de las últimas operaciones aéreas
entre los ejércitos del aire de España y Francia, fue en el lanzamiento
de la 2ª Escuadrilla del Escuadrón Paracaidista del Ejército del Aire
Español desde aviones franceses ‘Nord Atlas’, cuyo salto se realizó el
10 de febrero de 1958, sobre Smara, al mando del capitán Celso Díaz
Pérez, ocupando dicha ciudad y donde era izada la bandera española. Esta
fue una operación perfectamente combinada entre Francia y España, y
que, como siempre, no importa el uniforme que se viste. Constituyó un
éxito total y, una a vez más, la confraternización entre los ejércitos
de Francia y España fue cordial, ejemplar y de mutuo compañerismo.
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