Fuente: El Faro de Ceuta
Resulta triste y lamentable que en aquella Campaña de Ifni-Sáhara a
los batallones expedicionarios que lucharon con heroísmo y mucho
sacrificio apenas se les mencione, excepto en los diarios de
operaciones, como si ocurre con los tiradores, La Legión o los
paracaidistas. Tampoco hay que olvidar a las compañías de sanidad,
transmisiones y las secciones de morteros, como lo corroboran los
diarios de operaciones y la relación de bajas en acción de guerra, que
no fue en gimnasia o en competiciones deportivas, lo fueron en combate
contra el enemigo.
Soldado Severino López García, del batallón Cádiz 41.
De Cádiz a Ifni en el crucero Canarias
En 1957 Severino López García era un
soldado del regimiento de Infantería Cádiz 41, de guarnición en la
capital. López era un joven de 20 años con un carácter vivo, alegre y de
gran agudeza, como todos sus paisanos. De esto puedo dar fe porque de
1960 a 1962 estuve destinado como Guardia Civil en Cádiz y comprobé que
los gaditanos se sienten orgullosos de la que ellos llaman la Tacita de
Plata, y su orgullo lo sienten por sus antepasados ilustres como Alcalá
Galiano, García Gutiérrez, Emilio Castelar y tantos otros hijos
ilustres, sin olvidar a Manuel de Falla.
En la madrugada del 27 de noviembre de 1957 en las compañías del
acuartelamiento solo se escuchaba algunos ronquidos y un silencio
sepulcral, cuando de repente, el sargento de semana y el imaginaria
ordenaba que todo el mundo se levantase, se vistiese rápido y saliese a
formar al patio del acuartelamiento. Aquellos jóvenes preguntaban que
estaba ocurriendo, que a dónde los llevaban, pero el silencio se imponía
a todas estas preguntas.
De inmediato llegaron los oficiales y
se reunieron con los sargentos, pero otra vez, a las mismas preguntas,
la respuesta era igual, un silencio absoluto. De pronto, se vislumbraba
lo que iba a suceder. Ordenan formar y el brigada y los furrieles le
entregaron a cada soldado una manta y una cantimplora, además de que
cada uno contaba su arma reglamentaria y dotación de munición al
completo, y de nuevo tenían que formar. Poco tiempo después, ante el
batallón al completo, el coronel del regimiento les pronunciaba una
arenga, esperando que supieran cumplir con el sagrado deber a la patria
ya que su destino era a tierras del África Occidental Española. Aquellos
800 jóvenes soldados se encontraban nerviosos, mientras que otros se lo
tomaban a cachondeo entre risas, y hasta algunos entonaban alguna
canción. Una vez en el Muelle de Cádiz, embarcaban en el crucero
Canarias, donde también se incorporaba el batallón de Infantería Soria
9, que venía de su acuartelamiento de Sevilla.
Grupo de oficiales de tiradores de Ifni y del batallón Cádiz 41 asistiendo a la santa misa en una posición de Ifni.
A bordo del crucero Canarias, aquellos jóvenes soldados veían con
lágrimas en sus ojos como el buque se alejaba de la capital gaditana con
destino a Sidi Ifni. Fue una travesía con todo tipo de incomodidades,
ya que apenas había espacios libres para albergar a los más de 1.600
soldados de los dos batallones, pero finalmente cada uno se buscó un
lugar donde pasar los dos días de navegación hasta su destino en Ifni.
Según
desembarcó el batallón Cádiz 41 en Sidi Ifni en los últimos días de
noviembre de 1957, fueron activados para ocupar la Cota 496, donde allí
rompía el silencio de la noche las ráfagas de ametralladoras y las
explosiones de los morteros. En estas posiciones serian relevados por la
VI Bandera de La Legión, los cuales tuvieron una brillante actuación
contra las Bandas Rebeldes del Ejército de Liberación marroquí. El
batallón fue trasladado a la posición del Busgadir, donde realizaron
trabajos de fortificación.
El batallón Cádiz 41, como otras
unidades como el batallón Soria 9, o el Pavía 19, no estaban de
excursión, estaban en zona de guerra donde enfrente tenían a un enemigo
escurridizo que normalmente no daba la cara, atacaban por la espalda o
bien por sorpresa, y donde en más de una ocasión, como le sucedió a un
centinela del Pavía 19, sus compañeros al ir a relevarle le hallaron en
el suelo degollado.
El brillante comportamiento del batallón
Cádiz 41 lo avalan los documentos: “el día 29 de junio de 1958 regresa
de Sidi Ifni el batallón expedicionario, siendo recibido en el muelle
por autoridades militares, civiles y eclesiásticas y numeroso público
que aplaudió entusiásticamente a las fuerzas expedicionarias al atracar
el buque y durante el desfile que después de la Salve cantada y un
responso por el caído en la Iglesia Conventual de Santo Domingo, tuvo
lugar desde la Plaza de San Juan de Dios hasta el cuartel. Hasta aquí la
llegada del batallón a Cádiz y los actos que tuvieron lugar”.
Diario de operaciones del batallón Cádiz 41.
Pero de lo que seguramente aquellos soldados se sintieron orgullosos
es del texto que relata el diario de operaciones de dicho batallón, que
así dice: “durante la permanencia del batallón en Ifni, esta unidad tomó
parte en las operaciones que se desarrollaron en aquel territorio y
ocupó las posiciones asignadas, siendo felicitado por el mando en varias
ocasiones como así consta:
- 24 de abril
de 1958. Felicitación verbal al comandante y toda la oficialidad,
ordenando se hiciera llegar a la tropa, por la presentación y desfile de
dicho batallón después de meses consecutivos en contacto con el
enemigo.
- 4 de mayo de 1958. Felicitación verbal a
la unidad por el Excmo. Sr. gobernador general de Territorio, por su
presentación y desfile en el acto de Jura de Bandera.
- 22
de mayo de 1958. Felicitación verbal por la ocupación nocturna
imprevista del centro de resistencia B, por todas las unidades del
batallón en un plazo de tiempo entre las 22:00 y las 0:00 horas.
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21
de junio de 1958. Con motivo del relevo y regreso de este batallón a
Cádiz, el general-gobernador de Ifni: ‘en orden de la plaza me es grato
hacer patente mi felicitación a dicho batallón por el magnífico espíritu
demostrado en todos los cometidos encomendados, pese a lo inhóspito del
terreno y la escasez de medios disponibles, un temple y un ánimo
exclusivo de una estirpe pujante”. Cádiz, 31 de diciembre de 1958.
Este batallón tuvo un soldado muerto, un capitán, tres cabos y seis soldados en acción de guerra.
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