Fuente: El Faro de Ceuta
Que conste que no tengo nada que objetar a la magnífica labor de la
ministra de Defensa, Margarita Robles Fernández, la cual considero una
persona que cumple aquella cita: “son personas que hablan poco, pero
hacen mucho”. Y hablo con conocimiento de causa porque conozco muy bien a
nuestras Fuerzas Armadas y digo que conozco a nuestros ejércitos porque
siendo hijo de viuda, y pudiendo haber sido excluido de cumplir mis
deberes con la Patria, cumplí año y medio de mi servicio militar
alcanzando los galones de cabo y cabo 1º en el batallón de Infantería
del Ministerio del Ejercito, agradecido y orgulloso porque entré un
joven y salí hecho un hombre.
El teniente Gonzalo Fernández Fuentes y el sargento José Osorio Ramírez.
Honrar a los héroes, un deber de gratitud
En
ninguno de los artículos que escribo jamás pondré algo que antes no lo
haya comprobado o que no tenga algún documento que pueda avalar la
realidad. Y digo esto porque mi gran amigo Ricardo Acirón Royo,
catedrático de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna
(ya fallecido), me enseñó una maravillosa lección que fue esta: “las
opiniones son libres, los hechos son sagrados”.
Por dicha
razón, en todos los artículos que escribo siempre tengo un testimonio
del protagonista o bien algún documento que avala la realidad y no
simplemente una opinión. De hecho, desde la Universidad de Fulda
(Alemania) se desplazó a Tenerife un catedrático y me solicitó copias de
los artículos que había escrito en el diario El Día para una tesis
doctoral sobre la División Azul. Tiempo después, desde Frankfurt
(Alemania) vino una profesora de Historia para solicitarme copias de los
artículos sobre la División Azul publicados en el mismo diario para un
libro. Aparte de estos dos intelectuales, también teniente general del
Ejército del Aire (ya fallecido), Juan Antonio Beltrán Doña, y varios
coroneles me han solicitado copias de los artículos de El Faro de Ceuta
sobre la Guerra de Ifni-Sáhara para presentar tesis doctorales. Y es
por ello por lo que puedo presumir que sé de lo que escribo.
Tumba en el cementerio de La Cenia (Tarragona), del teniente-piloto del ejército ruso, fallecido en el aeródromo cercano el 4 de noviembre de 1937, con flores frescas. (Foto: José Carlos Herrero Vázquez)
Me duele que algunos de nuestros héroes queden en el más doloroso de
los olvidos, sin embargo, naciones extranjeras sí que saben honrar a sus
hijos héroes. Esto me ocurrió cuando trabajaba en Iberia en
mantenimiento de aviones en el aeropuerto Reina Sofia de Tenerife. Un
día aterrizó un avión de una compañía chárter de un país de Europa del
Norte. Una vez que le puse los calzos, observé en el morro en ambos
costados una frase que encabezaba ‘Soldaten’ y su apellido. Al compañero
coordinador que hablaba inglés le pedí que le preguntara al comandante
que significaba ese texto. Este le informó que se trataba de un soldado
que se batió heroicamente en la defensa de su nación. Sin embargo, aquí
en España las compañías aéreas llevan nombres de ciudades, ríos, o de
personas de la cultura, pero de sus héroes solo el olvido.
Dos héroes abandonados en tierra de Marruecos
El teniente Gonzalo Fernández Fuentes, tirador de Ifni, muerto heroicamente en combate. Sus restos se encuentran a pocos metros del Puesto de Hameiduch. Estos fueron enterrados por el soldado Pelayo Rosa Viera.
Conocí
hace años a un buen amigo, Pelayo Rosa Viera, soldado de Tiradores de
la 13ª Compañía (ya fallecido), y me contó cómo fue la defensa de
Tamucha el 23 de noviembre de 1957 bajo las órdenes del teniente Gonzalo
Fernández Fuentes. Recordaba a su teniente como un hombre sencillo,
campechano y preocupado por sus soldados. En la defensa de dicho puesto
el teniente, de pie en la posición y disparando contra el enemigo cayó
abatido. Pelayo y un compañero excavaron un hoyo de algo más de medio
metro y lo enterraron. Colocaron sobre donde lo enterraron unas enormes
piedras para impedir que los chacales o las hienas pudieran hacerse con
los restos de su teniente.
Para uno de los artículos que publiqué hace bastantes años, le envié
una carta al que era jefe del Estado Mayor del Ejército, incluyendo
fotos del lugar y señalando con una cruz el lugar donde fue enterrado,
pero la respuesta me dolió, ya que, según este, los informes de su
Estado Mayor diferían de los de un testigo de dicha defensa.
Pero
lo que me llegó al fondo de mi corazón fue el testimonio de mi buena
amiga Maria Teresa Osorio, sobrina del sargento Jose Osorio Ramírez,
muerto en la defensa de Hameiduch con sus soldados, la cual con un
coraje digno de una mujer española se recorrió más de 2.000, kilómetros
para encontrar el lugar donde reposan los restos de su tío, el
sargento-jefe del Puesto de Hameiduch con doce soldados de Tiradores,
consiguiendo el testimonio de un musulmán, el cual siendo niño, su padre
lo llevó para enseñarle el pozo donde arrojaron su cadáver los
enemigos, donde hoy como el teniente en tierras de Ifni, Gonzalo
Fernández Fuentes, reposan abandonados.
El sargento José Osorio Ramírez, asesinado por los rebeldes. Sus restos se encuentran en un pozo a pocos metros del Puesto de Hameiduch.
Para que tomen ejemplos nuestros políticos, soy testigo de lo que yo
comprobé con mis ojos, en el cementerio de La Cenia (Tarragona) donde en
la pasada guerra había un aeródromo militar que fue primero del
Ejército Republicano y más tarde del Ejercito Nacional. Vi dos tumbas,
una de un teniente-piloto del ejército soviético, y pocos metros más
adelante otra tumba de un teniente-piloto de La Legión Condor (Alemania)
con flores frescas, ambas perfectamente cuidadas.
Según me
comentó el alcalde de dicha localidad tarraconense, que se preocupa de
la conservación de donde reposan los restos de estos dos soldados, hasta
allí llegó el embajador de Rusia y más tarde el cónsul de dicha nación
en Barcelona a visitar personalmente donde descansan los restos del
teniente, al igual que el embajador de Alemania se preocupó donde
descansan los restos de este teniente-piloto alemán. Incluso vi
personalmente el año pasado que ambas tumbas siempre tienen flores
frescas. Espero que tomen nota nuestros políticos para que nuestros
compatriotas tengan una sepultura digna.
Y deben tener muy en
cuenta estos políticos que nos gobiernan la célebre cita: “pueblos que
no saben honrar a sus héroes, se deshonran a sí mismo”.
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