Fuente: El Faro de Ceuta
Desde mucho antes de los ataques de noviembre de 1957 a los territorios
del África Occidental Española, los gerifaltes del Istiqlal trataron
siempre de hacer creer a la opinión pública que los ifneños querían ser
súbditos de Marruecos. Esto en castellano se llama ¡gran mentira! Los
nativos de Ifni son, en primer lugar y sobre todo, baamaranis, y en modo
alguno son marroquíes sus tradiciones y costumbres. En su mayor parte
nada tienen que ver con Marruecos, algo similar a lo que sucede en el
Rif, donde si se les pregunta dirán siempre que son rifeños.
El entonces comandante-jefe de Policía de Ifni, interrogando a prisioneros de las Bandas Armadas, todos ellos procedentes y originarios de Marruecos, en diciembre de 1957.
El vicepresidente de los Antiguos Combatientes Rebeldes
Hace
unos años, en un trabajo periodístico de la revista catalana Segle XX,
sus autores Andrés Luengo, periodista, y Andreu Mayayo, profesor de
Historia Contemporánea, ambos en una entrevista a Luacen Abakka, éste se
presentaba como vicepresidente del Consejo Nacional de Antiguos
Combatientes del Ejército de Liberación Nacional. El citado se explayaba
en la entrevista con bastantes falsedades, aunque esto no extraña en
boca de quien sufrió en sus carnes morder el polvo de la derrota, le
guste o no a este antiguo combatiente.
El mismo a preguntas de
estos periodistas así se expresaba: ”la resistencia en la región de
Ifni fue a partir de 1941 realizada por organizaciones clandestinas que
trataban de contrarrestar la propaganda que hacía el Gobierno de Franco.
Las tribus de ‘Ait-Baamaran’ siempre fueron fieles al sultán de
Marruecos. Los caminos del malestar entre la población de Ifni fue el
intento de desnaturalizar dicha población tras el acuerdo de las
autoridades coloniales que pactaron con España al arribar a Ifni. A raíz
de la independencia de Marruecos en 1956, Mohamed V en persona dijo que
negociaba con los españoles liberar el país. Pero el momento no
llegaba, siendo nosotros los combatientes del Ejército de Liberación
Marroquí quienes llevamos adelante las hostilidades”, David Alvarado.
Relación
de armamento capturado a los atacantes del Ejército de Liberación
Marroquí, donde se puede comprobar que no eran armas de juguete.
Al susodicho vicepresidente de los Combatientes Marroquíes, en tan
poco espacio de la entrevista no le cabían más falsedades y creo debe
saber que cuando el rey Hassan llegó de visita a Ifni lo abuchearon, y
el resultado fue que Cabo Juby o Villa Bens, que fue un pequeño poblado
de pescadores, lo hizo capital de provincia y la ciudad de Sidi Ifni,
triplicando los habitantes y con más infraestructuras como ciudad, quedó
relegada a lo que actualmente es, una ciudad y poco más.
Las
afirmaciones de este veterano marroquí son propias de quien, o bien lo
ignora o por lo contrario miente descaradamente, y por ello sus
afirmaciones se descalifican por sí solas. De ello más adelante se lo
demuestro con datos y documentalmente. Los españoles jamás en ningún
momento maltrataron a los prisioneros, les dieron un trato humano y
cuando lo precisaron asistencia médica en hospitales, lo contrario que
hizo Marruecos con nuestros 43 prisioneros, entre ellos tres mujeres y
dos niños, cautiverio impropio de cualquier nación civilizada.
De
hecho, en los documentos que obran en mi poder, varios de los
prisioneros que estaban en el campo de concentración en Fuerteventura,
cuando lo precisaron, fueron internados en el Hospital Militar de Las
Palmas, y hasta incluso los facultativos negaron el alta porque sus
dolencias precisaban hospitalización. Por el contrario, la esposa del
entonces cabo 1º de la Guardia Civil, Juan Rubio Martos, tuvo un aborto
prematuro, por negligencia y falta de asistencia sanitaria en su
cautiverio.
Hablan los documentos
Luacen Abakka, vicepresidente del Consejo Nacional de Antiguos Combatientes del Ejército de Liberación Nacional que atacaban a las tropas españolas.
Un
documento ‘secreto’ de la Capitanía General de Canarias sobre la
situación en Ifni y Sáhara, sobre las bandas rebeldes, así dice: “en
diciembre de 1958, el cuartel general de las bandas rebeldes se
encontraba en Gulimin (Marruecos). Su jefe es Ben Hamu. Otros jefes son
Ben Sahid Si Rahal, Dris Bubeker e Ibrahim Tiente, los que se encuentran
cercando Ifni. Están mandados por Ben Miludi, Haddu y Tahar. En Aaiún
está el jefe Salah el Yesaini; en Tan Tan, Dris el Hachiun. Se pudo
comprobar que el 7 de diciembre de 1958 se sublevaron los erguibat,
encuadrados en las bandas rebeldes del Ejército de Liberación Marroquí,
haciéndose dueños de Tan Tan, donde permanecen hasta el 22 de dicho mes
que salen de dicho puesto y se establecen al norte del paralelo 27/40.
El gobernador de Tarfaya (antigua Villa Bens), el comerciante que más
traicionó a España, fracasa en su gestión de atraérselos pacíficamente,
permaneciendo en su actitud durante el primer trimestre de este año,
tiroteando al menos en dos ocasiones el puesto de Messeis y desarmando a
una escolta de técnicos italianos. Más tarde, el 12 de mayo de dicho
año, en Bujaheiba, a 40 kilómetros al sur de Tan Tan, en una reunión de
varias tribus saharauis, asiste el príncipe Muley Hassan, prometiéndoles
que los marroquíes se marcharían del Sáhara”.
Por lo que consta en dichos documentos, se puede comprobar con
claridad quiénes eran los miembros del Ejército de Liberación Marroquí,
que en modo alguno nada tenían que ver con los ifneños, salvo los que
bajo amenazas y coacciones eran obligados a la fuerza, con la amenaza
del tiro en la nuca, como así sucedió con varios musulmanes ifneños
pertenecientes al Ejército español, en Tiradores de Ifni o Policía de
Ifni.
En plena campaña, en una entrevista de un periodista que
cubría información para diarios de la Península, en este caso sobre los
prisioneros, así narra la misma: “uno de los prisioneros dice llamarse
Embark Habeiduch, el cual afirma ‘me obligaron a salir con un fusil’.
Otro dice llamarse Embark Ben Hossain, éste dice ‘me obligaron por la
fuerza a enrolarme en las bandas armadas, cuando me encontraba en mis
tierras cultivándolas’. Más adelante otro prisionero que dice llamarse
Hassan Ben Hossain, afirma que tiene 70 años, que fue soldado francés y
combatió en la II Guerra Mundial, y fue reclutado en Gulimin, también
por la fuerza”, Gómez Figueroa, Informaciones, 1 de enero de 1958.
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