Fuente: El Faro de Ceuta
Un documento de la 3ª Sección del Estado Mayor del 16 de febrero de 1958
de las Fuerzas Militares del África Occidental Española, redactaba la
‘Orden general de operaciones’ en cuyo preámbulo especificaba esto:
“objeto reconocimiento (LM-5). La fuerza realizará un reconocimiento
hasta Tabelcut. Es posible que el enemigo ofrezca una ligera
resistencia, salvo en la Cota 325. No se descarta el empleo de medios
blindados y muchos combatientes, todos ellos procedentes de Marruecos, y
con base en Mirleft…”.
La Agrupación Táctica M
En la operación Pegaso
intervino la Agrupación Táctica C al mando del entonces teniente coronel
Ignacio Crespo del Castillo con estas unidades: I Bandera Paracaidista
del Ejército de Tierra, compuesto por una compañía de fusiles, una
sección de ametralladoras y un pelotón de morteros de 81 mm del IV Tabor
de Tiradores de Ifni, un destacamento del Grupo de Policía de Ifni al
mando de un oficial, una sección de zapadores de la compañía
expedicionaria del Regimiento de Zapadores nº6 de San Sebastián, un
pelotón de cañones sin retroceso (S/R) del II Tabor de Tiradores de Ifni
con cinco vehículos tipo Comando y 18 camiones, todo ello situado en el
punto y hora que designó ese mando.
Documento de la Orden de Operaciones Gento donde consta el ataque en el que fallecen los dos paracaidistas.
La Agrupación Táctica M estaba al mando del teniente coronel Félix
López Maraver del Grupo de Tiradores de Ifni contando con estas fuerzas:
VI Bandera de la Legión del II Tercio Duque de Alba de guarnición en
Ceuta, II Bandera Paracaidista del Ejército de Tierra, menos una
compañía de fusiles, una sección de ametralladoras y un pelotón de
morteros de 81 mm, una sección de zapadores situada en el
acuartelamiento de Tiradores de Ifni, una sección de morteros de 120 mm
en el mismo acuartelamiento de Tiradores. Todas esas fuerzas dispusieron
de tres radio de 15 w y dos de 2 w, con un vehículo tipo Comando, y
todo ello en el acuartelamiento del mencionado grupo de Tiradores de
Ifni.
Asimismo se contó con un grupo de artillería a lomo de
Ifni, de 105/11, para apoyo directo a la Agrupación Táctica M. Al mando
de dicha unidad estaba el comandante jefe de dicho grupo, situando una
batería en el vértice del Buyarifen y en las proximidades de Id Limezen.
Como
apoyo directo y a partir de la hora H, había un avión en vuelo del
Ejército del Aire y tres aparatos en alerta en tierra en espera de la
orden, así como otras unidades por si se necesitaban de manera urgente.
Tanto
en esta operación como en otras se puede afirmar aquello de ‘aún te
queda la fiel Infantería’. Y así fue. Allí en tierras de Ifni, lo mismo
La Legión, Paracaidistas, Tiradores de Ifni, como otras unidades,
tuvieron todos ellos una brillante participación. Especialmente
reservado un lugar de honor para todos los soldados de reemplazo que sin
apenas preparación puede afirmarse que rivalizaron en el cumplimiento
del deber mostrando al enemigo un bien, probado valor y unas virtudes
castrenses que ello, hoy después de medio siglo, debe enorgullecernos a
todos los españoles. En ningún momento flaquearon, y nunca dieron un
paso atrás. Acreditaron no solo valor sino también, decisión y arrojo,
unido a una disciplina y abnegación propias que hoy en día pudiera
servir de enseñanza en las academias militares de unos valores que no
caducan jamás.
Un duro combate capturando armas españolas
Cabo paracaidista Pedro González Jordán.
A la
generosidad que siempre tuvo España con Marruecos en la mayor parte de
las ocasiones, el pago fue de auténtica traición. Y ello puede
comprobarse documentalmente. A las bandas rebeldes del Ejército de
Liberación Marroquí, entre el abundante armamento que se le intervino
habían fusiles Mauser y granadas de mano, todas ellas de procedencia
española de los Parques de Artillería. Armamento y munición que el
Ejército Español le había entregado al recién creado Ejército Real de
Marruecos tras la independencia de 1956.
Un documento
calificado de secreto, firmado por el teniente coronel jefe de la
Agrupación M, Félix López Maraver, especifica que el armamento capturado
al enemigo se trata de fusiles Mauser y cartuchería de fabricación
española, granadas de mano PO1, interviniendo además documentación y
dejando en el campo dos muertos. Se puede asegurar que tuvieron más
bajas a juzgar por los vendajes encontrados con sangre en el teatro de
operaciones, capturando también a cuatro prisioneros.
En esta
operación Pegaso cayeron dos auténticos héroes de la II Bandera
Paracaidista. Uno de ellos era Pedro González Jordán, un cabo destinado
en la 2º Sección de la 6ª Compañía, y allí junto a él, cayó el
paracaidista Francisco Mestre Monteagudo, destinado como su compañero en
la misma sección y compañía. Ambos eran dos jóvenes, como muchos de
aquella época, que su ilusión les había llevado a ingresar en aquella
joven unidad de reciente creación, la Agrupación de Banderas
Paracaidistas del Ejército de Tierra.
CLP Francisco Mestre Monteagudo.
El jefe de aquella II
Bandera, el fallecido teniente general Tomás Pallas Sierra, siempre
cuidó hasta el extremo el salvaguardar la vida de sus paracaidistas. No
en vano él mismo había sufrido en carne propia los horrores de la guerra
donde con sus 17 años, el 12 de enero de 1937, en Yebra de Basa
(Huesca), con gran riesgo para su vida, solicitó ser voluntario para
llevar medicamentos a un herido grave que se encontraba en una posición
cercada por el enemigo. Consiguió llegar, logrando que este herido grave
pudiese salvar su vida. Por dicha acción heroica, en el Boletín Oficial
nº6 del 20 septiembre de 1939 se publicaba la concesión de la Medalla
Militar Individual.
En el citado documento secreto del Estado
Mayor de las Fuerzas Militares del África Occidental Española, sobre la
muerte de estos dos héroes de la II Bandera Paracaidista, así dice: “a
las 08:20 horas se inicia la operación para la ocupación de los
objetivos asignados marchando en vanguardia la 6ª Compañía. A las 06:30
se ocupa la Cota 435 por la 6ª Compañía. Seguidamente, mediante una
convención al norte avanza la VI Bandera de la Legión. En esta acción la
6ª Compañía sufre fuego enemigo de armas automáticas y fusilería de
alguna intensidad, en cuyo combate caen muertos el cabo Pedro González
Jordán por proyectil de arma ligera en el pecho, y su compañero, el
caballero legionario paracaidista Francisco Mestre Monteagudo, también
por proyectil de arma en el pecho, ambos de la 2ª Sección de la 6ª
Compañía”.
Con su heroica muerte cumplieron el lema: “sobre
nosotros Dios. Con nosotros la victoria. En nosotros el honor. ¡Triunfar
o morir!”.
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