Fuente: Pax Augusta
No debemos confundir a los áscaris con los soldados mercenarios.
A estos últimos los podíamos encontrar en un ejército durante las
numerosas guerras vividas por la humanidad y estaban compuestos por
guerreros de fortuna; es decir, gentes de muy distinta procedencia que
vendían su persona al mejor postor. El áscari, en cambio, es el soldado nativo aprovechado para sus intereses por las fuerzas de ocupación de un territorio o por los ejércitos coloniales.
Es un término antiguo, que proviene del árabe, difundido con esa
acepción durante la época de los nuevos imperios europeos, el
colonialismo del siglo XIX.
Áscaris o askaris cameruneses en la Primera Guerra Mundial. Imagen ya libre de derechos. Fuente: Biblioteca Nacional del Congreso de Estados Unidos
Cuando aparece escrito como askari y
se dice que es un término africano, se comete un pequeño error que, en
el fondo, explica su origen histórico que no está en la época colonial
del África negra de los siglos XIX y XX. Estaría en el periodo medieval cuando los árabes emplearon a nativos africanos para engrosar sus ejércitos de conquista, en la expansión del Islam.
Muchos acabarían luego formando parte de las fuerzas defensivas de las
alcazabas (fortalezas), llegando a ser oficiales, como se pudo ver en la
defensa de Málaga o Granada durante la Reconquista
en España. El término árabe pasaría a los idiomas africanos con los que
tuvieron relación los árabes y de ahí al castellano, como áscari.
Durante la expansión colonial europea del siglo XIX y las primeras décadas del XX, el término árabe antiguo -askari-
se siguió utilizando para designar a soldados o guardias indígenas que
hacían más tareas de patrulla y defensa que de combate. Tenían un carácter auxiliar,
de apoyo a las tropas de la metrópoli y siempre dirigidos por oficiales
o suboficiales europeos. Sin embargo, en muchos ejércitos nacionales de
las potencias coloniales comenzó a dárseles un mayor
protagonismo; debido a concretas circunstancias, como su necesaria
participación en grandes conflictos, ya fuesen en guerras coloniales o en las mismas guerras mundiales.
Un grupo de Regulares de Marruecos del Ejército español en una fotografía hacia 1920.
Tanto fue su protagonismo, que acabaron constituyéndose en algunas de las unidades militares con más historia y reconocimiento en esos ejércitos. Es el caso en España tendríamos el ejemplo en los Regulares marroquíes o en los Tiradores de Ifni. Su historia relacionada con el Protectorado español de Marruecos resulta más significativa de lo que parece, al influir en hechos históricos tan relevantes como la Guerra Civil española y la dictadura franquista. Pero también tuvimos otros áscaris
que se ciñen más al significado de soldados-guardias coloniales nativos
y que han pasado mucho más desapercibidos en nuestra historia. Me
refiero a la Guardia Colonial de Guinea, que supone ser el germen constitutivo del actual ejército de Guinea Ecuatorial.
La Guardia Civil colonial de la Guinea española nació a principios del siglo XX,
como solución a la escasez de fuerzas españolas que siempre hubo en esa
colonia del golfo guineano. Poco más de un centenar de infantes de
marina y de guardias civiles eran los responsables de la seguridad y
defensa, apostados además en la capital Santa Isabel, actual Malabo. El gobernador Ángel Barrera, responsable absoluto de la colonia, pensó en emplear soldados nativos como ya se hacía en otras colonias de la zona, para reforzar esas exiguas tropas y poder crear destacamentos en la zona continental de Guinea, cuya ocupación efectiva se comenzó a hacer en su mandato.
Otra imagen de los áscaris alemanes del Camerún durante la Gran Guerra.
Sin ir más lejos, el gobernador Barrera tendría una muestra de esa tropa nativa en la vecina colonia alemana del Camerún, cuyos áscaris africanos del emperador alemán cobrarían protagonismo durante la Primera Guerra Mundial.
Serían utilizados por los oficiales germanos para intentar contener el
ataque combinado de franceses y británicos, al no contar con un
suficiente ejército profesional en el África ecuatorial. Así, cuando la
derrota alemana ya era evidente y se pidió refugio en Río Muni,
la parte continental española de Guinea, el grueso de las fuerzas
germanas que cruzaron la frontera de la colonia española eran los áscaris cameruneses. Ese acontecimiento supuso el incidente más directo que hizo a la neutral España participar en la Gran Guerra.
Confinados primero en Bata y luego llevados fuera del continente, a la isla de Fernando Poo, la actual Bioko de Guinea Ecuatorial, por las exigencias de los aliados que no querían a los alemanes cerca de su colonia perdida, los áscaris del Camerún tuvieron un disciplinado comportamiento. Su colaboración con la Guardia Colonial guineana
para desarmarse y montar los campamentos de internamiento fue
excelente. Dirigidos con la disciplina militar prusiana de los oficiales
alemanes, causaron la admiración y envidia del gobernador Barrera. Era
la excelencia que deseaba para los áscaris de la Guinea española.
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