Fuente: El Faro de Ceuta
Por mucho que se empeñe toda la turba de resentidos y sus
acompañantes, los ignorantes, en querer hacer creer que aquella guerra
de Ifni-Sáhara fue silenciada y, con la gran falsedad de que nada se
sabía, por suerte las hemerotecas son su peor enemigo, y ahí quedan los
testimonios de los diarios ABC, Pueblo, Informaciones, Arriba, El
Alcázar, Heraldo de Aragón, Diario de Navarra, El norte de Castilla,
Diario de Las Palmas o El Día, donde se pueden leer las crónicas, reportajes, entrevistas, etc., sobre aquella campaña.
Carmen Sevilla, con boina negra, y Elder Barber, con gorro legionario, llevan alegría a los soldados en Ifni.
Horas emocionantes con los legionarios
En la visita que varios periodistas y cámaras de No-Do realizaron a los
territorios del África Occidental Española, uno de ellos narró: “en la
visita que realizamos a El Aaiún hemos visitado las avanzadas de la
zona, en el corazón del Sáhara. Pisamos tierra empapada de sangre
española y, al visitar el taller de automovilismo vemos un jeep con 28
impactos. Tras la visita que se describía de forma rápida almorzamos con
el coronel Manuel Mulero Clemente, subgobernador de la región, el cual
orgulloso afirma sus 15 años de servicio en el desierto y, que, además
es un enamorado del territorio sahariano”. “Hablando con el capellán
militar, nos informa de que en las posiciones avanzadas de Ifni, en las
navidades, ofició 18 misas en acción de gracia de una bandera de La
Legión. Hubo 200 confesiones y días después cuatro legionarios hicieron
su primera comunión”, Diario de Las Palmas, 7 de enero de 1958, Manuel
Calvo Hernando.
Otro periodista, fallecido hace años, así describía su presencia con
las tropas españolas en las líneas avanzadas: “de pronto llega un
legionario pequeñito y se cuadra ante el capitán de su compañía que está
entre nosotros y dice: ¡A sus órdenes mi capitán! El capitán le pone la
mano en el hombro y le acerca a nosotros. Este chico es hijo de un
oficial del Tercio, que al morir nos pidió que lo acogiésemos en la
Bandera. Tiene tan sólo 15 años y vino andando 450 km para transmitimos
el deseo de su padre de incorporarse al Tercio. Actualmente es el
legionario más joven del Tercio”, Pueblo, 10 de enero de 1958, Ricardo
Fernández de la Torre.
"Aquellas navidades de 1957 sobre los territorios de Ifni y Sáhara se derramaron muchas lágrimas"
Aquellas
navidades de 1957 sobre los territorios de Ifni y Sáhara se derramaron
muchas lágrimas. En esas memorables fechas se sentía la lejanía y la
ausencia de los seres queridos de aquellos miles de soldados que no
tenían más compañía en las trincheras que la tierra para dormir y el
cielo, los disparos, las explosiones del enemigo y los aullidos de las
hienas y chacales que por las noches salían en busca de comida. Pero el
cariño de un grupo de artistas les hizo, por unas horas, olvidar la
tristeza y les llevó la alegría y el cariño a sus corazones. Estos
artistas y soldados vivieron unos gratos momentos, donde hasta hubo
algunos que subieron al improvisado escenario, bailando sevillanas y
cantando desde lo más profundo de sus corazones.
Otro periodista en una entrevista al fallecido Miguel Gila así lo
decía: “me parece que algunos periódicos han exagerado al hablar de
nosotros en la Nochebuena con los soldados en Ifni. Aquellos soldados se
merecen todo. De allí no hay quien nos eche, se comen al primero que lo
intente. Los soldados se rieron bastante y con verlos alegres, lo sentí
yo también. Son estupendos. La Nochebuena me metí en una tasca de Sidi
Ifni con un grupo de legionarios y paracaidistas y allí nos zampamos las
doce uvas y pasas. ¡Qué buenos chicos!", enero de 1958, Álvaro López
Alonso.
Mi primera Nochebuena con lágrimas
El
Estado Mayor del Ministerio del Ejército, consciente de que aquellos
millares de soldados combatiendo en las trincheras en diciembre de 1957
iban a pasar las fiestas alejados de sus familias (y con ese agravante
de que estaban en guerra), contactó con varios artistas para actuar en
Ifni y estos, voluntariamente, aceptaron trasladarse a Ifni para, con su
presencia, alegrar a los miles de combatientes. Entre ellos se
encontraba Carmen Sevilla, Elder Barber o Eva Frometta. Que quede claro,
repito, que estos artistas aceptaron voluntariamente el ofrecimiento
del Ministerio del Ejército, pero en modo alguno existe algún resentido
que ha llegado a afirmar que fueron llevados a la fuerza.
Tico Medina.
Un
verdadero maestro de periodistas, al cual admiro, le hizo una entrevista
a la también admirada y querida por los españoles María del Carmen
García Galisteo, conocida en el mundo artístico como Carmen Sevilla. En
esa entrevista así dice: “a las doce y media de la noche del 31 de
diciembre de 1957, en la quietud de las aguas, escuchan a través de los
altavoces de cubierta el parte más hermoso y emocionante. Un inmenso y
denso silencio con tanta emoción que muchos lloraban. Una voz limpia y
femenina así les habló: ‘os habla Carmen Sevilla. Pero no la artista. Os
habla una mujer española. Os traigo un abrazo a todos de vuestras
madres, hermanas y os regalo en esta Nochebuena memorable, lo único que
os puedo enviar, una canción sencilla’. Carmen Sevilla cantaba desde un
cuartelillo de urgencia de Sidi Ifni. Momentos antes había tomado doce
bombones, el regalo del general Gómez-Zamalloa, a cambio de las doce
uvas tradicionales. Ha sido para mí la primera Nochebuena con lágrimas.
Aquellos momentos con los soldados fueron imborrables. Es algo que no se
puede contar ni pagar con todo el dinero del mundo. He sido feliz y me
he emocionado sinceramente. He llorado más que en todos los días de mi
vida, y he pasado la Nochebuena más inolvidable, y puedes decirlo
sinceramente”, Pueblo, 3 de enero de 1958, Tico Medina.
Quizás
con menos renombre, pero lo que la mayoría del pueblo español sentía
por sus soldados, en este caso por parte de una joven gaditana que les
envió en un medio de comunicación una poesía, que extractando uno de sus
párrafos así dice: “soldados de España eterna, que en peñasco estáis,
sin alegría ni pena de vuestro hogar. Soldados de España eterna, si no
tuviera historial, no hubiera podido nunca, cantarle a ningún juglar,
ahora duerme, ya es muy tarde y tendrás que madrugar. Dios te bendecirá
muchacho”.
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