Fuente: lasprovincias.es
Excombatientes de la Ribera en Sidi Ifni se unen en una asociación para reivindicar su labor en el conflicto
Con idéntico valor y fortaleza. Incluso, con el mismo deber de
responsabilidad por combatir y defender aquello que les pertenece. Hace
50 años, el enemigo se escondía detrás de las dunas en el desierto; hoy
parece arremolinarse en medio de las montañas de la burocracia. Pero el
tesón con el que los excombatientes del Regimiento de Guadalajara
número 20 reivindican, frente a la administración, que se les reconozca
su labor en la batalla del Sáhara es igual al que demostraron entonces,
con a penas 20 años, en el desierto de Sidi Ifni.
La unión de los miembros del batallón ha sido la estrategia
elegida. Así lo decidieron en la primera asamblea de la Asociación de
Excombatientes del Sahara que se celebró recientemente en Algemesí. El
objetivo de la acción también está claro: exigir su reconocimiento
moral y económico. Y ya tiene quien les dirija o al menos quien les represente. Vicente Penadés y Francisco Codina fueron elegidos por los
37 miembros presidente y secretario, respectivamente.
Afortunadamente, en esta nueva contienda que tienen que librar no
les harán falta ni las granadas, ni los fusiles. Les bastará con su
experiencia, con la valentía demostrada en los años que permanecieron
en el Sáhara y con su memoria. Al fin y al cabo, si los acontecimientos
de Sidi Ifni forman parte de la Historia de España, también ellos son,
como le gusta enfatizar a Penadés (Algemesí, 1937), "memoria histórica".
Por desgracia, aún hay a quien no le gusta que la memoria haga
pasar las páginas de los libros de Historia, para dejar su espacio a
aquellos que, por olvido, por silencio o por temor, nunca fueron
nombrados, más allá de las listas de reclutamiento. Sin embargo, los
combatientes y sus familias no olvidan; no pueden olvidar.
Por eso, aprovechando que España empieza ahora, más de 70 años
después del inicio de la Guerra Civil, a reflexionar sobre esta
imborrable parte de su historia más reciente, los del Sáhara vuelven al
batallón. "Hay que hacer fuerza sea como sea. Ya son demasiados años
sin que nadie nos haga caso", comenta Vicente Penadés. Su tono de voz,
entre la resignación y el enfado, aún se muestra contundente y firme, a
pesar de años y años de deambular por las diferentes administraciones.
Este excombatiente lamenta que, desde la aprobación de la Ley de
Memoria Histórica el 28 de octubre de 2007, no se haya emprendido
ninguna acción por parte de las autoridades. De hecho, durante el
debate legislativo en el Congreso, sólo CiU y ERC pidieron una
compensación económica para los alistados en la campaña de Sidi Ifni y
el Sáhara entre 1957 y 1960.
Recompensa moral
Como si aún estuviese en el frente, no es el dinero lo que más
motiva a los miembros de la asociación. "Creemos que hay que recordar
lo que hicimos", dice Penadés con rotundidad. Largo silencio.
"Simplemente, nos gustaría sentir que nuestro padecimiento durante
cinco meses sirvió para algo". Esta es la "recompensa moral" a la se
refiere Vicente durante la conversación.
Con este algo, Vicente se refiere a las
circunstancias en las que se produjo el fin del conflicto. Aquel
territorio que el régimen de Franco presentaba como parte de España,
desde cinco siglos atrás, fue "devuelto" a Marruecos con una simple
firma. Aquella con la que se zanjó el acuerdo entre Estados Unidos,
Marruecos y España en la ciudad de Citra (Portugal).
Al igual que cuando desembarcaron en el puerto de Valencia, después
de cinco meses por el desierto del Sáhara, los excombatientes también
aguardan ahora tocar tierra. Por el momento, ya han
iniciado los primeros contactos con cargos del PP - "porque son los que
gobiernan aquí en la Comunitat", explica Vicente la decisión de la
asociación-para que "nuestra peripecia no se quede en el aire".
Como en todos los conflictos bélicos, en la campaña del Sáhara se
disparó. No fueron los únicos sonidos de esa guerra. También se
escucharon los lamentos de los compañeros del batallón. "Las víctimas,
tanto se pueden contar por centenares, entre fallecidos, heridos y
desaparecidos", recuerda. Sin embargo, apenas se habló de la contienda
en el Sáhara una vez que las tropas españolas se hubiesen retirado de
la zona y dejaran el territorio en manos de Marruecos.
En el palacio del Pardo, Franco parece que llegó a la conclusión de
que aquellos fortines eran indefendibles. "De todo ello nos hemos
enterado tarde y poco a poco. Durante años, no es que no se dijese
ninguna mentira, es que simplemente no se dijo absolutamente nada". Hoy
por hoy, basta con coger un manual de Historia para comprobar que el
episodio de Sidi Ifni queda relegado a una o dos imágenes del
desembarco en España y de algún momento, no demasiado esclarecedor, del combate en el frente.
Cuando se le pregunta a Vicente a qué cree que se debe el silencio
que sepultó al batallón de Sáhara bajo las dunas, vuelve a responder
sin dudarlo un instante. "A Franco, no le interesaba". Nueva pausa para
la reflexión. "Aquello terminó como terminó", puntualiza sin dejar de
recordar la "impotencia" que sintió cuando vio subir la bandera de
Marruecos en el territorio por el que tanto había luchado.
¿Y ahora? "Hay demasiados intereses políticos. Marruecos continua
siendo un país estratégico". Así sin titubeos. Del Sáhara les obligaron
rendirse; pero su regreso a las trincheras esta vez merece la victoria.
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