Fuente: laverdad.es
Maribel Linares, nacida en el antiguo territorio español de Ifni,
dormirá en el aulario de Letras, por temor a los agentes secretos
marroquíes.
Una bibliotecaria inicia una huelga de hambre para pedir el regreso a El Aaiún de la activista saharaui Aminatu.
Ímpetu. Maribel Linares, ayer, junto a la jaima que la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui ha instalado en el campus de la Merced. GUILLERMO CARRIÓN / AGM
Las convicciones pueden más que el estómago. Así lo
piensa Maribel Linares, una miembro de la Asociación de Amigos del
Pueblo Saharaui que desde la mañana de ayer está en huelga de hambre en
solidaridad con Aminatu Haidar, la activista expulsada por Marruecos de
los territorios ocupados hacia el aeropuerto de Lanzarote. Donde lleva
más de dos semana sin probar bocado. A base agua, como Maribel.
«Sé que mi gesto es simbólico. Una tontería. Ella es la
que lleva 15 días sin comer», decía ayer en relación a la situación
crítica a la que se aproxima Aminatu. Maribel pasará los días hasta que
el Gobierno le deje montar en un avión de regreso a El Aaiún, capital
del Sahara Occidental, en una jaima instalada en pleno patio del campus
de la Merced. Durante las noches, sin embargo, se resguardará en el
aulario de Letras, temerosa de los «agentes de seguridad marroquíes»
que, asegura, están presentes en la Región «vigilando a los saharauis».
Durante toda la jornada de ayer se acercaron decenas de
estudiantes a conocer y apoyar la causa del pueblo saharaui y la
solidaridad a prueba de apetito de Maribel.
La jaima, precariamente preparada para las rachas de
viento, está acondicionada con unas alfombras, unas sillas y un sofá.
Desde el que Maribel cuenta su historia de vida, entrelazada con la
causa saharaui. Nacida en 1954 en Sidi Ifni, capital del pequeño
territorio, aislado del Sáhara Occidental, que España cedió a Marruecos
en 1969, momento en la que sus padres retornaron a la península.
Licenciada en Historia, es la responsable de la Biblioteca Nebrija de
Humanidades y ha vivido durante cuatro años en los campamentos
saharauis de Tinduf.
Su acampada está autorizada por el rector de la
Universidad, José Antonio Cobacho, «gran amigo de la causa saharaui»,
comenta. Laboralmente, Maribel aún tiene que decidir con sus superiores
si el tiempo que permanezca en huelga de hambre se computa como días de
asuntos propios, de asuntos de utilidad pública o como permiso sin
sueldo.
La huelga de hambre iniciada por Maribel será secundada
a partir de hoy en otras ciudades españoles. En todas se pedirá al
Gobierno español que permita el regreso de Aminatu a El Aaiún, «y que
Marruecos haga lo que quiera con ella», dice Maribel, consciente de las
más que probables represalias para una activista que ya ha pasado
cuatro años en las penosas cárceles de los territorios ocupados.
Maribel acusa al Ejecutivo de «connivencia» con
Marruecos por aceptar que Aminatu accediese al aeropuerto de Lanzarote
sin su pasaporte marroquí, que le fue requisado y que ahora sirve de
excusa para no dejarla embarcar. Pese a lo complicado del conflicto,
Maribel es optimista y exclama '¡Sahara hurra!' (¡viva el Sahara
libre!).
Apoyo desde Águilas
Izquierda Unida de Águilas tiene previsto enviar 180
euros a Aminatu Haidar para sufragar «la multa que le han puesto por,
según las autoridades del aeropuerto de Lanzarote, una falta de orden
público» durante su huelga de hambre.
En caso de que la multa ya haya sido pagada, el dinero
«deberá destinarse como fondo de resistencia» para el «mantenimiento de
las protestas de Aminatu», durante su estancia en Lanzarote, como para
posteriores campañas en defensa de un «Sahara libre», explicaron.
Los 180 euros «los enviaremos al coordinador insular de
IU de Lanzarote, Francisco Martínez», también «en huelga de hambre
indefinida en apoyo a Aminatu», para que se lo entregue personalmente.
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