Fuente: TelQuel online (en francés)
Traducido por Ana Vázquez Ramírez
Sidi Ifni, plataforma de mezclas entre bereberes, árabes
y saharauis, simplemente no tiene nada que ver con el resto del
Souss. Ciudad costera, puerta del Sáhara, sufre una degradación desde su independencia en 1969.
Edificio del antiguo Consulado Español después de los tiempos de la colonia. Hoy abandonado.
No se puede no querer a Sidi Ifni, no se puede dejar de amar la vida
apacible que allí reina. Es tal que uno no tiene miedo de caer en la
postal y amamos aun mas Sidi Ifni cuando se conoce a sus gentes. Su
historia singular, diferente del resto de Marruecos, diferente de "el interior" como se dice por ahí. Sidi Ifni es de hecho otro Marruecos,
del que se habla tan poco: yo he recorrido los puertos de Marruecos. Se
habla de todas las ciudades, pero no de Sidi Ifni. Es un "raïss" quien
habla, un pescador, como son la mayoría de los hombres de la ciudad; él
tiene de particular que durante seis años ha
llevado inmigrantes clandestinos a las Islas Canarias; las Islas están a
treinta y cinco horas en barca (patera), todo el mundo lo sabe. Incluso
la inmigración clandestina es singular en Sidi Ifni. No hay ninguna mafia de
barqueros aquí, pero familias y amigos reúnen dinero para comprar una
barca y dar lo que les queda al "raïss", conocido de todos y que a veces
presta servicio a un familiar o vecino haciendo la travesía. La postal
se difumina. Los ifneños huyen de su ciudad, a menudo a las Islas
Canarias, donde se les acoge con los brazos abiertos: "su situación es
rápidamente regularizada", subrayan Abdelmalek Alaeddine, agente de
desarrollo e investigador, y Abdellah Loutouli, maestro en Sidi Ifni. No
es que los ifneños no amen su ciudad, es que tienen mas bien la
impresión que Marruecos no los quiere, los ha olvidado siempre.
En Sidi
Ifni el estado marroquí está ausente, cuando piensa en ella es justo
para construir en su costa dos puertos de desembarco, acondicionados
para vigilar mejor a los pescadores y no para desarrollar la región, eso
es todo. Incorporarla administrativamente Tiznit, mientras que las
relaciones familiares y económicas están en Tan Tan, Laâyoune y Guelmime. Aberración. No se espera nada del estado;
incluso aunque el año pasado se ha dignado mejorar el estado de las
avenidas y callejuelas, apenas se habla del estado marroquí. Se prefiere, a riesgo de disgustar, contar "la belle epoque" de Ifni, cuando era un
enclave español. Se prefiere enseñar la antigua iglesia, transformada en juzgado, el teleférico de Sidi Ifni, hoy oxidado y olvidado, en el
puerto, el antiguo aeropuerto y todas las construcciones coloniales que jamás han sido cuidadas.
Por otra parte, Sidi Ifni permanece un poco
española, se habla todavía el idioma como si se hablara el bereber o el árabe; se duerme la siesta hasta las 16 h y el paseo de noche (al borde
del mar) es allí una tradición. Pero Sidi Ifni es más que eso, es una
mezcla acertada entre africanos, saharauis, bereberes y árabes. Las
reivindicaciones bereberes no tienen su sitio aquí: "sería completamente
ilógico y antihistórico, las alianzas con las tribus árabes datan de
varios siglos. Los Aait Baâmrane, de quienes Sidi Ifni es la capital,
son el resultado de todas estas mezclas, incluso si su origen pareciese
ser bereber. Lo que es seguro, es que, en Sidi Ifni, raros son los que se
reivindican como árabes o bereberes, es mas bien el reencuentro de dos
culturas lo que ellos reivindican", explica Abdelmalek Alaeddine. Este
investigador que prepara una tesis sobre la historia de la región es
firme: la diversidad cultural y social de Sidi Ifni es su riqueza. Por
otra parte es suficiente oir hablar a un ifneño para darse cuenta de la
importancia de su mezcla: habla bereber, hasany y árabe. En cuanto a las
mujeres, las de edad avanzada llevan los "melhaf" coloreados saharauis a
la manera "soussie" y las mas jóvenes a la manera saharaui, lo que
explica que Sidi Ifni abre las puertas del Sáhara. Difícil entonces
reivindicar cualquier identidad original.
Sidi Ifni es indolente y apacible, pero aspira,
sin embargo, a mejorar. La fundación "Si H´mad Derham" prevé abrir un
gran museo de la historia y patrimonio de Ait Baâmrane. Afortunadamente
hay pesca y turismo, un turismo respetuoso con el espíritu de la
ciudad. Por otro lado, nadie quiere turismo de masas y grandes hoteles;
aqui se viene a hacer surf o parapente. Se viene al "Suerte Loca", el pequeño
y mítico hotel de la ciudad construido por los españoles en los años 30
y que ha conservado la misma arquitectura. Comer mejillones y hojear un
libro que narra la historia de Santa Cruz de Mar Pequeña, hoy Sidi Ifni.
Historia: la otra independencia
El teleférico del puerto, construido por los españoles. Hoy en día y cuando aún funcionaba (miniatura)
Los ifneños festejan dos independencias: la de Marruecos y la suya. El
resto de Marruecos una sola, la de 1956, y olvida la de Sidi Ifni, el 30
de Junio de 1969: "incluso la resistencia de los Ait Baâmaran no tiene
el sitio que merece en la historia de Marruecos. Es lo que se llama una centralización nacional", dice este joven de la ciudad. "Era de la
colonización y le habíamos hecho cara durante años. Estábamos
orgullosos de ser marroquís de nuevo, ¿qué ha hecho Marruecos por
nosotros?. Nada. Después de marcharse los españoles la situacion
economica de la ciudad no ha hacho mas que empeorar", añora este viejo
resistente. ¿Cuánto le da el estado marroquí? 500 DH al mes. ¿Cuanto
da España a los viejos combatientes del ejercito español en Sidi Ifni?.
Hasta 5.000 DH al mes, y es ahí donde se dan cuenta que la identidad de
los ifneños no es la de los otros marroquís, porque ellos, simplemente, no
tienen la misma historia. Sidi Ifni será, peligrosamente, otro Marruecos
mientras que no sea integrado en el proceso de desarrollo
del país. Y en su historia.
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