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Los “Jaleos de Ifni”
En la corta historia del territorio, es
necesario destacar, que en 1957, miembros del FLN marroquí, atacaron las
posesiones españolas en Ifni, Sahara y Protectorado Sur, en la última
guerra, no declarada, que mantuvo España, de unos ocho meses de
duración, y que ocasionó, según la generalidad de los autores, 198
muertos, 574 heridos y 80 desaparecidos la mayoría entre soldados de
reemplazo. No hay datos fiables de las bajas y se desconoce cuántos
heridos fallecieron con posterioridad como consecuencia de las heridas.
Las relaciones e integración entre la
población musulmana y cristiana fueron excelentes hasta el año 1955
cuando se empezaron a deteriorar con continuos incidentes, cuyo origen
estaba: en el movimiento en la ONU por el fin del colonialismo, y en la
lucha, principalmente contra los franceses, por la independencia de
Marruecos, concedida en 1956, tanto por parte de Francia como de España;
en las tensiones internas en un Estado recién creado entre monárquicos y
republicanos; así como en los errores y la ambigüedad de las
autoridades españolas, entre otras, no hacer caso a las advertencias
que, sobre el deterioro de la situación, se les hacía desde los
territorios; o permitir el tránsito del FLN por zona española cuando
estos atacaban a los franceses; o la apertura de oficinas del Istiqlad
en su territorio; o el no desmentir públicamente entre los habitantes
del territorio que Ifni no estaba comprendido en los términos de la
independencia de Marruecos; o la imposición de unas tasas sobre
mercancías y ganado que hicieron perder prestigio a su política de
subsi-dios y tolerancia conocida como “política del pilón de azúcar”, y
por último, por pensar que no se actuaría contra los territorios
españoles basándose en los manidos mitos de “amistad”.
Así mismo, se debe reseñar, la falta de
fuerzas españolas y su deficiente y obsoleto equipamiento, hecho
conocido por los atacantes, que, en un primer momento, superaban en
número a los defensores. La precariedad de medios era tal, y así está
reflejada en lo escrito sobre tal guerra que, por ejemplo, el calzado de
los soldados eran alpargatas de lona y esparto que no duraban una
marcha en aquel tipo de suelo pedregoso; se les entregaban hasta cinco
mosquetones, a cada soldado, por su deficiente funcionamiento, cuando no
fusiles mejicanos anteriores a la Guerra Civil; se carecía, de equipos
de radio, de medios de locomoción, y me refiero a simples camiones, por
supuesto ningún medio acorazado, y de suficientes armas automáticas; las
granadas de mano eran obsoletas y peligrosas; no había bombas de
aviación con espoletas apropiadas a la altura que se tenía que
bombardear, ni aviones tácticos modernos y para aquel tipo de guerra. A
ello había que añadir el transporte, por el problema para trasladar
hombres y material con la dificultad de su desembarco, que en aquellos
años se hacía con vehículos anfibios, no pudiendo realizar la descarga
por las características del mar que no lo permite la mayoría de los días
del año; como por la carencia en España de aviones de transporte
modernos. A pesar de ello se hizo un enorme esfuerzo logístico, hasta el
extremo de tener que trasladar la leña por medio aéreo, por utilizar
las cocinas de campaña ese combustible. Para colaborar en este
transporte se llegaron a requisar aviones de la compañía civil Aviaco.
A este enfrentamiento se la denominó
“incidente” “jaleos” “guerrita” “follones”. Nunca se aceptó ni se
acepta, en medios oficiales, la existencia de una guerra y que la misma
era con Marruecos a través del FLN, que estaba equipado con armamento
español y francés, que había sido donado para sus nacientes Fuerzas
Armadas Reales. La tesis oficial española se basaba en el ataque de
guerrilleros orientados por el comunismo internacional. Todavía hoy, no
se ha reconocido oficialmente su existencia y el sacrificio de tantos
soldados y militares en dicha guerra y con posterioridad hasta la
entrega del territorio en 1969.
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