Fuente: Agencia MAP (en francés)
Traducido por Ana Vázquez Ramírez
Soumaya Derhourhi, periodista reportera, autora del documental, «Sahara: vraies guerres et fausses paix».
(Foto : www.aufaitmaroc.com)
La profundidad de relaciones ancestrales entre el sur y el norte
de Marruecos, simbolizadas por el pacto de fidelidad de las poblaciones
de las provincias saharianas a los soberanos del Reino, han sido
revisadas y puestas de relieve en un documento de Soumeya Derhourhi,
difundido la noche del jueves por la cadena de televisión 2M , en el marco de un numero especial
de la emisión "Gran Ángulo".
En esta película, titulada "Sahara: verdaderas guerras y falsa
paz" S. Derhouri, se ha entregado a la búsqueda de la génesis de una
crisis nutrida por intereses extranjeros entorno a un territorio que, desde tiempos inmemoriales, ha sido siempre marroquí.
La película vuelve, por otro lado, sobre las circunstancias de la
creación del polisario, apoyado por Argelia que por interés económico y
pretensiones de liderazgo regional, utiliza un doble lenguaje, afirmando
no tener ningún interés en este documento, pero haciendo durar esta
diferencia artificial.
El documental, ricamente ilustrado con secuencias que datan de
comienzos del siglo pasado,pone así en evidencia, las relaciones
espirituales entre los zaouïas del sur y los del norte,así como, " la
mezcla que jamas ha cesado a lo largo de los siglos, entre las tribus
del norte y del sur, una mezcla cuyos efectos son visibles en todas las
regiones del Reino"como ha sido realzado por diferentes especialistas
que así lo han expresado en este documental.
El paréntesis colonial, que ha dividido Marruecos en zonas de
ocupación francesa y española,no ha podido afectar este sentimiento de
pertenencia unitaria,ellos lo han recalcado,recordando que el pueblo
marroquí siempre ha mostrado una resistencia encarnizada de cara a la
codicia y a las incursiones extranjeras.
En 1476,con la ocupación por los españoles de las Islas Canarias y
la guerra de Tetuan, en 1860 , y después de la sucesión de
acontecimientos que reflejan la codicia colonial que se concretaba
sobre el sur de Marruecos y sus costas atlánticas, los nacionalistas
marroquíes,tanto en el sur como en el norte, hicieran frente común en
la lucha contra la invasión extranjera.
Según Naama Maa El Ainine,militante asociativo,después de la firma
del Tratado del Protectorado,el sultán Moulay Abdelhafid ha remitido un
correo a Cheikh Ahmed El Hiba ordenándole dirigir la Jihad y
explicándole que había firmado el tratado bajo presión.
Cheikh Ahmed Alhiba empieza entonces la guerra contra las fuerzas de ocupación, a partir de Kalaat Kerdous,una guerra que va a dirigir hasta 1934.
Se provocan enseguida una serie de enfrentamientos entre los
resistentes marroquíes y el ejercito de ocupación franco-español, que
reprime, de manera feroz, a la población.
La Jihad en nombre del Sultán.
Del mismo modo,en 1942,uno de los hijos de Cheik Maa El Ainine, ha
visitado al Padre de la Nación,el añorado Mohammed V,para renovarle su
juramento de fidelidad y el de todas las tribus saharauis, a pesar de
la posición francesa y española´nos recuerda el historiador Nourenddine
Belhaddat.
Mahauub Douih,exparlamentario, ha citado por su parte,las manifestaciones que siguieron al exilio de S.M. Mohammed V en 1953.
"Las gentes han comenzado a manifestarse en las provincias del sur para reclamar la vuelta de S.M. el Rey".
M. Bensaid Ait Idder, en esa época, en la dirección del ejercito
de liberación del sur, recuerda la constitución en Sidi Ifni a partir
de 1954, de un núcleo de resistencia unido a Casablanca,de
donde los resistentes aseguraban armas y financiación, añadiendo que
este núcleo acogía a las personas que huían de la persecución del
ejercito francés. Paralelamente, manifestaciones habidas en otras ciudades del Reino han sido reprimidas con sangre por las fuerzas de ocupación.
"Cuando el Rey Mohammed V fue exiliado, las poblaciones del sur no
han cumplido el ritual de Al-Adha, las mujeres no han llevado ropa de
gala y las poblaciones han rechazado incluso pagar El-Ochor, un
impuesto que se abonaba a los españoles", afirma Chèrif Sid Mou Charafi, antiguo resistente del sur.
Las gentes decían "mientras que el Rey este exiliado, nosotros no damos nada", añade él.
Al regreso de Mohammed V, el entusiasmo de la población era
compartido en Casablanca, Ifni, Laayune y en toda la región, apunta Ait
Idder, añadiendo que las poblaciones saharauis demandaban su interacción
a la madre patria.
Quince meses después de su regreso, S.M. el Rey Mohammed V ha sido
calurosamente acogido por la población del Sahara, reiterando su
juramento de fidelidad al Soberano en Mhamid Al-Ghizlan donde el
añorado soberano había llamado a la movilización por la integridad
territorial de reino.
España se niega a reconocer el pacto de descolonización que beneficia a varias autónomas y refuerza su presencia en el Sahara.
En enero de 1957, una columna del ejército de
liberación del sur parte de Ifni, cruza Sagiat alHamra y libera Smara,
Bir Anzarane y Auserd.
Para Mustapha Naimi,
antropólogo en la Universidad de Rabat, la única manera que tenía el
ejército de liberación para movilizar a las tribus saharauis fue
lreivindicar al Jihad en nombre del sultán.
Ver
el vídeo, 1h 38m (en francés y árabe con subtitulos en francés)
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