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Fuente: Revista General de Marina, marzo de 2008.
Situación política tras la independencia de Marruecos
La relación con los nativos de estos territorios empezó a deteriorarse
como consecuencia del establecimiento de unos impuestos sobre bienes de
consumo en 1955 y el incremento de refugiados procedentes de Marruecos,
huidos de la persecución de las autoridades del Protectorado Francés
Marroquí, que propalaron entre los habitantes del AOE la oleada de
anticolonialismo que por aquel entonces se extendía por todo África.
Pero todo esto no fue más que el preludio de lo que ocurriría cuando,
tras la reposición de Mohamed V en el trono (cuya causa había defendido
España) el 7 de abril de 1956, se concedió la independencia a la zona
norte de nuestro protectorado, dejando bien claro que conservaríamos
nuestras plazas, peñones y territorios de soberanía (entre éstos Ifni y
Sáhara) y que el futuro de la franja de terreno situada entre el río
Draa y el paralelo 27o 40’ se decidiría más adelante en entrevista
personal de Franco con el sultán. Mohamed V había reivindicado al
caudillo todo el AOE.
En la lucha por la independencia de Marruecos en la zona francesa se
habían distinguido las llamadas bandas del Ejército de Liberación (brazo
armado del partido independentista Istiqlal). Una vez declarada la
independencia y organizadas las Fuerzas Armadas Reales (FAR), las bandas
armadas, que no se disolvieron ni desarmaron, iniciaron su
desplazamiento hacia el sur del país.
En agosto de 1956 se acusó la presencia de una concentración de unos
800 hombres armados en la zona de Egleimin (población que sería más
tarde cuartel general de las bandas), situada entre el río Draa e Ifni.
Todos los puestos fronterizos marroquíes con este último territorio, y
del río Draa al sur, pasasaron a ser ocupados por dichas bandas, no por
destacamentos regulares de las Fuerzas Armadas Reales marroquíes. En
septiembre de 1956 atravesaron los pasos del río Draa y en octubre se
infiltraron en el Sáhara Español, llegando a penetrar hasta la altura de
Villa Cisneros. Desde nuestro territorio atacaron con poco éxito los
puestos fronterizos franceses de Argelia y Mauritania, evitando el
enfrentamiento con las débiles guarniciones españolas del
Sáhara.
Los componentes marroquíes de las bandas fueron haciendo prosélitos
tanto entre los naturales de Ifni como entre los saharauis, testigos
presenciales de la condescendencia española. Los efectivos de las bandas
fueron aumentando hasta alcanzar y superar los 3.000 hombres.
Disponían de armamento portátil, subfusiles y morteros de 81 mm. La
tercera parte eran desertores de los ejércitos coloniales francés y
español y mercenarios extranjeros. El resto
eran nativos: marroquíes y saharauis. No era fácil mantener efectivos
tan numerosos en el Sáhara. Aparte de camellos —indispensables— que
tenían las bandas, disponían de camiones robados en una base
norteamericana de Marruecos y otros vehículos requisados, cedidos o
comprados. La línea de aprovisionamiento de las bandas cruzaba Auserd en
el sur. El principal proveedor de suministros era un comerciante de
Sidi Ifni, Boaia, que fijó su residencia en Rabat y que en premio de sus
servicios fue nombrado por Mohamed V gobernador de la provincia de
Tarfaya cuando fue restituido a Marruecos el terreno situado entre el
paralelo 27o 40’ y el río Draa.
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