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Fuente: Revista General de Marina, marzo de 2008.
Consideraciones finales
En este conflicto quedó plenamente demostrada la necesidad que tenía
la Armada de disponer de medios de desembarco, y como consecuencia
emprendió con decisión la obtención de la Fuerza Anfibia que precisaba.
La contribución de los medios de desembarco fue imprescindible en tan
particular teatro de operaciones para llevar a cabo con éxito las
operaciones pertinentes. Del esfuerzo logístico que supuso situar en el
AOE los hombres y el material que hicieron falta para hacer frente a la
situación da idea el haber tenido que recurrir para su transporte por
vía marítima a los siguientes buques mercantes: Ciudad de Oviedo,
Ciudad de Salamanca, Ciudad de Tenerife, Ciudad de Alicante, Plus Ultra,
Virgen de África, Domine, Poeta Arolas, Viera y Clavijo, Paloma, Gran
Tarajal y Capitan Mayoral; aparte, claro está, de todos los de guerra capaces de embarcar tropas y material.
Con independencia de la labor realizada por los buques y embarcaciones
de desembarco y tropas de Infantería de Marina, no cabe omitir el
brillante y abnegado papel desempeñado por las demás unidades de la
Armada que operaron en el AOE, tanto en misiones de vigilancia como de
apoyo logístico o de fuegos. Estas últimas, principalmente, en Ifni.
Difícilmente se podría sacar mayor partido de unos buques anticuados
pero magníficamente construidos y convenientemente mantenidos que,
gracias al esfuerzo y espíritu de sus motivadas dotaciones (constituidas
mayoritariamente por marineros de reemplazo), pudieron salir airosos
pese a sus muchos años de servicio y a las duras pruebas a que fueron
sometidos.
Comentario aparte merece la demostración naval de Agadir, que puede
calificarse de acción de presión resolutiva en un ambiente de crisis al
borde de la escalada, que conducía a un enfrentamiento directo con
Marruecos. Nadie podía sospechar que unos barcos viejos próximos al
desguace pudieran, con su presencia y amenaza de empleo de la fuerza,
prestar tan gran servicio. A partir de entonces se percibió un cambio en
la actitud política de Mohamed V respecto a las bandas a las que
abandonó a su suerte facilitando su aniquilamiento.
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