Fuente: ElPaís.com
10.000 documentos de 1936 a 1968, listos para difundirse.
La mayor desclasificación de la democracia, pendiente de la aprobación por el nuevo Gobierno
Carmen Sevilla visita en 1957 a las tropas españolas en la guerra de Ifni, uno de los episodios a los que afecta la desclasificación.
El Ministerio de Defensa ha ultimado la
mayor operación de desclasificación de documentos secretos de la etapa
democrática. El objetivo de esta medida es poner a disposición del
público unos 10.000 informes fechados entre 1936 y 1968 que se guardan
en los archivos militares y que, pese a su interés histórico, no pueden
ser aún consultados por estudiosos e investigadores debido a que siguen
legalmente clasificados.
Tras varios años de análisis, la
ministra de Defensa, Carme Chacón, elevó en octubre pasado al Gobierno
una propuesta de desclasificación en bloque de estos documentos
-técnicamente, cancelación de la clasificación-, cuya divulgación,
adelantada anoche por la Cadena Ser, ya no representa una amenaza para
la seguridad nacional o la defensa del Estado ni vulnera la intimidad de
las personas. La propuesta quedó aparcada debido a la inminencia de las
elecciones, pero las fuentes consultadas subrayan que el trabajo ya
está hecho y corresponderá al próximo Gobierno decidir si da luz verde a
su difusión.
Los informes ya no afectan a la seguridad nacional, según los expertos
Entre los miles documentos listos para
ser conocidos figuran, por ejemplo, boletines de radioescuchas,
actividades clandestinas y emisiones de Radio España Independiente
(1946-68), espionaje, actividades inglesas y americanas (1944-1945),
repatriación y licenciamiento de las unidades expedicionarias de las
provincias de Ifni y Sáhara (1956-1968), procedimientos por masonería
(19401945), los planes de defensa de los Pirineos (1939-55), las
dotaciones de los buques de guerra italianos y alemanes en puertos
españoles (1940-46) o entregas de material aéreo por EE UU (1955).
En España no existe, como en la mayoría
de los países occidentales, un mecanismo periódico de revisión y
desclasificación de documentos, por lo que el sello de secreto se
convierte en un cerrojazo casi perpetuo. El reglamento de la
preconstitucional Ley de Secretos Oficiales, de 1968, preveía que las
mismas autoridades (militares) que podían clasificar documentos
determinaran su reclasificación o desclasificación, "a los efectos de
evitar la acumulación excesiva de material calificado". Esta previsión
nunca se ha puesto en práctica, lo que ha producido la anunciada
acumulación.
El acceso depende ahora de la buena voluntad de los jefes de los archivos
Se da la circunstancia de que los
informes secretos están depositados en archivos militares, cuya
principal función, además de la propia conservación de los documentos,
es facilitar su libre acceso y consulta por parte de ciudadanos e
investigadores, según la Ley del Patrimonio Histórico Español. En la
práctica, la posibilidad de consultar estos documentos depende de la
buena voluntad de los responsables de los archivos, lo que da lugar a
una notable inseguridad jurídica, cuando no arbitrariedad. Además,
muchos documentos no están clasificados uno a uno, sino de modo
genérico, lo que añade incertidumbre.
Para poner fin a esta indefinición y
desatascar el problema, Defensa ha preparado la desclasificación de
aquellos bloques o materias que no incluirían documentos individuales
que puedan afectar a la seguridad del Estado. Aun así, el acuerdo
preparado para el Consejo de Ministros preveía un plazo de tres meses
para identificar los documentos y ponerles el correspondiente sello de
desclasificado antes de su libre consulta.
El Ejecutivo aparcó en octubre el procedimiento por las elecciones
En total, los documentos afectados por
el acuerdo -que Defensa reconoce que no puede cuantificar con exactitud,
pero cifra en unos 10.000- se agrupan en 41 bloques referidos, entre
otros temas, a la organización y despliegue de unidades del Ejército
durante la Guerra Civil; campos de concentración, batallones de trabajo,
arrestos, denuncias, deserciones; documentación de las Fuerzas
Militares en Marruecos, política en el protectorado español, información
de las zonas española, francesa y cabilas; documentación de la Armada
de los dos bandos de la Guerra Civil o en la Segunda Guerra Mundial,
etc.
La mayoría están dispersos en los ocho
archivos históricos de los Ejércitos y 17 archivos intermedios,
correspondientes a los cuarteles generales y las circunscripciones
militares, a los que ha venido a sumarse el recién creado Archivo
General e Histórico de la Defensa.
La desclasificación en bloque supone, en
todo caso, una solución parcial, a la espera de que una reforma de la
ley de secretos oficiales o una nueva ley de transparencia informativa
fije un procedimiento reglado con vistas al futuro.
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