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El Paso del Estrecho
Tras cruzar durante la noche del 18 al 19 julio a bordo del destructor Churruca y la motonave Ciudad de Algeciras,
desembarcaron por la mañana en Cádiz el 1º/Reg.Ceuta (562 hombres) y
el 2ºescuadrón/Reg.Ceuta (107 hombres) desmontado. Tras descargar a las
tropas, el Churruca junto con el crucero Libertad se pasaron al bando republicano. Esa misma mañana, la del 19, salió de Ceuta a bordo del cañonero Dato y del mercante Cabo Espartel el 2º/Reg.Ceuta (566 hombres), que desembarcaron en Algeciras a las 9 de la mañana. [5]
Tras la rebelión de la marinería frente a sus
oficiales y la consiguiente defección para los nacionales de la Flota,
ésta bloqueó el paso naval del Estrecho. Como consecuencia, el mando
nacional habilitó siete aviones para transportar las tropas desde el
Protectorado a Andalucía. [6] Así, el día 20 de julio, estos aparatos
transportaban a 40 legionarios de la 5ªBra./Legión y a otros 24
regulares del 3º/Reg.Larache. Comenzaba de esta forma el primer puente
aéreo de cierta importancia de la historia, que se fue reforzando a lo
largo de los siguientes días. [7] Todos estos aparatos siguieron
realizando innumerables travesías para poder transportar una cantidad
significativa de tropas a la Península. Así, entre los días 20 y 30
de julio, transportaron a los tábores 1º/Reg.Tetuán (544 hombres) y
2º/Reg.Tetuán (456), además de un centenar de soldados del
3º/Reg.Larache.
Al tiempo que continuaba el puente aéreo, el 5 de
agosto burló el bloqueo naval de superficie impuesto por los buques
fieles a la República el denominado Convoy de la Victoria. En él
cruzaron el Estrecho el 3º/Reg.Melilla (599 hombres);
1ºescuadrón/Reg.Melilla (100) y los soldados que quedaban del
3º/Reg.Larache (643). Pero este caso fue sólo la excepción que confirmó
la regla, por cuanto las tropas del Ejército de África debieron
trasladarse a la Península durante los siguientes meses por vía aérea.
Así, durante el mes de agosto cruzaron 3.629 hombres agrupados en cinco
tábores de Regulares y una harca de Tiradores del Rif recién reclutada
entre las cábilas de esa zona. En septiembre fueron los 2.540 de los
cuatro tábores de Regulares que aún quedaban en el Protectorado los
transportados. [8]
Al finalizar septiembre, quedaban en Marruecos como
guarnición casi 18.000 soldados. De Regulares, la mayor parte de los
escuadrones de caballería y las Planas Mayores y Compañías de Depósito
de los diferentes Grupos con las que se comenzó a formar nuevos
tábores. En total unos 3.000 hombres. [9] De las Fuerzas Jalifianas,
las cinco mehalas y cinco mezjanias de la Policía para un total de
unos 7.000 hombres; los 1.200 del Batallón de Tiradores de Ifni y el
medio millar de los dos batallones de Zapadores y Transmisiones de
Marruecos. Además, esperando su turno aún permanecían los seis
batallones de Cazadores de África con un total de 6.097 soldados
europeos. Hasta la fecha, habían cruzado unos 13.000 soldados; los
4.000 legionarios iniciales y más de 9.000 regulares.
A primeros de octubre de 1936 se suspendió el puente
aéreo, por lo que el transporte de tropas por el Estrecho se volvió a
realizar mediante buques. En los primeros días cruzaban cuatro tábores
de sendas mehalas de las Fuerzas Jalifianas y el día 5 se realizaba el
"doble paso" de los navíos Arango y Montecillo hacia Marruecos cargados
con 676 reclutas y del Ciudad de Alicante hacia Cádiz con un millar de
soldados marroquíes. [10] Entre el 6 y el 14 de octubre se
incorporaron a la Península cuatro batallones de Cazadores de África,
cinco tábores de Regulares recién creados, la Bandera de Marruecos de
Falange, los dos batallones de ingenieros y las dos mehalas que restaban
por cruzar. En total, unos 10.000 hombres. [11]
A estas alturas habían pasado todas las unidades
iniciales del Ejército de África y otras nuevas como los cuartos
tábores de Regulares y la harca de Tiradores rifeños al mando del
capitán Sánchez Pérez. En total, se incorporaron al Ejército nacional
en campaña unos 23.000 soldados de diferentes cuerpos aunque la mayoría
marroquíes. Desde el mes de agosto se había iniciado el reclutamiento
de norteafricanos con los que formar nuevas unidades: para estas fechas
eran ya más de tres mil quinientos y los voluntarios continuaban
afluyendo a los centros de instrucción.
El general Luis Orgaz fue el Alto Comisario en
Marruecos hasta el 25 de marzo de 1937 en que se convirtió en Jefe del
MIR (Movilización, Instrucción y Recuperación). Para comienzos de
octubre, el Protectorado se había convertido en un importante centro de
reclutamiento y formación de nuevas unidades, pero había pasado a un
segundo plano en importancia militar. En consecuencia, a las unidades
allí destacadas se les sustituyó el armamento por otro de inferior
calidad y se les restringió las reservas de armas, municiones y
equipamientos.
Además de los soldados marroquíes que nutrieron los
nuevos tábores de Regulares y de la Mehala, de la Península también
llegaron reclutas españoles con los que se formaron nuevos batallones
de Cazadores de África. [12] Los mandos nacionales prefirieron formar
nuevas unidades con los soldados que se incorporaban antes que
destinarlos a reemplazar las bajas de las que ya existentes, aunque tal y
como reconocían, fuesen de menor calidad. Esto se debía a los escasos
cuadros que quedaron en África para formar las nuevas unidades y a que
la tropa enrolada una vez comenzada la guerra era considerada de peor
calidad "guerrera". Además de instruir nuevos soldados, al poco,
comenzaron a salir suboficiales y alféreces provisionales formados en
las academias de Dar Riffien y Xauen. Para diciembre del 36, había
disminuido en gran medida la recluta de marroquíes.
Estas nuevas unidades siguieron cruzando a la
Península a medida que finalizaban su periodo de formación. Durante la
segunda mitad de octubre de 1936, se incorporaron dos tábores del
Batallón de Tiradores de Ifni y una mezjania jalifiana de caballería al
mando del capitán Reparaz. En noviembre se trasladaron tres tábores y
dos escuadrones de Regulares. En diciembre, siete tábores y un
escuadrón. En enero de 1937, cuatro tábores. En febrero, tres tábores y
en marzo, uno sólo. Durante este periodo de cinco meses, viajaron
también a la Península diferentes fuerzas jalifianas. En concreto, un
tábor (el 3º/Meh.Rif), una unidad de depósito y once compañías de
ametralladoras y once secciones de morteros para cada uno de los
tábores de mehala que luchaban en territorio nacional. En este último
periodo referido, entre la segunda mitad de octubre del 36 y marzo del
37, fueron algo más de 14.500 soldados los que salieron del
Protectorado, lo que elevaba el número total a 37.500. [13]
A partir de la primavera del 37 y como consecuencia
de la disminución de marroquíes enrolados desde finales de 1936, la
cadencia en la creación de nuevas unidades decayó hasta cesar. Entre
abril y mayo se incorporaron las últimas unidades de Regulares, así
como un tábor del batallón de Tiradores de Ifni-Sahara. [14] En estos
dos meses cruzaron 9.500 nuevos soldados. Para establecer el cómputo
global se debe añadir los más de 13.000 efectivos de las dos
agrupaciones de artillería iniciales y de los 17 batallones de
Cazadores que se crearon. En total 60.000 hombres, aunque queda por
saber el número de soldados enviados como reemplazos.
En definitiva, el Ejército de África de preguerra fue
trasladado paulatinamente a la Península para participar en los
combates. Pocas fueron las unidades iniciales que permanecieron en
territorio marroquí. Allí quedaron las planas mayores y las compañías
de depósito de estas unidades para encuadrar a los nuevos reclutas
llegados del otro lado del Estrecho o a los mercenarios marroquíes que
se alistaban. En el caso de los europeos, parte de los reclutas o
reservistas llamados a filas, especialmente los de Andalucía y
Extremadura, eran instruidos durante quince días en el Protectorado.
Desde allí, donde fueron encuadrados en batallones de Cazadores hasta
la primavera de 1937 y a partir de entonces en las denominadas
divisiones de la serie 150, eran enviados de nuevo a España para
combatir.
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