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Una unidad de efímera vida
Mención especial merecen los Tiradores del Rif,
unidad que se reclutó en agosto de 1936 y se disolvió en febrero del año
siguiente. Surgió, según unos, por idea del comandante Doval, de la
Guardia Civil, y según otros, por la del capitán que la mandó, Sánchez
Pérez, mediante la recluta de indígenas procedentes de todo el
Protectorado y bajo condiciones especiales basadas en las campañas
marroquíes en cuanto, sobre todo, a remuneraciones económicas.
Llegó a la Península el 12 de septiembre de 1936
compuesta por veinte oficiales y suboficiales mayoritariamente
indígenas y 218 askaris. Este número aumentó con nuevos reclutas, pues
al disolverse se componía de un oficial español, cuatro suboficiales y
331 askaris. Durante los combates en los que intervino sufrió las bajas
por muerte de dos caídes y veinticinco askaris, sobre todo en la zona
de Seseña, donde actuó hasta que se estabilizaron los frentes.
Por ello y las circunstancias especiales de
reclutamiento que la hacían apta para la guerra en Marruecos pero no en
España, tras algunos conflictos surgidos entre la tropa y sus mandos
europeos, y un intento de exposición de agravios ante el mismo general
Franco, se ordenó que se investigasen los hechos por la Mehaznia afecta
al Cuartel General del Generalísimo. Como resultado se acordó la
disolución de la unidad, ofreciendo a los askaris que lo desearan el
traslado a los tábores expedicionarios de las “Mehal-las” del Rif,
Tetuán y Larache, según sus cábilas de origen, y la repatriación a
Marruecos de los que no lo solicitasen y de los que habían observado
mala conducta.
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